VEINTISÉIS.

386 30 0
                                    

Una ráfaga de luz impacta contra mis ojos haciendo que por reflejo los cierre fuertemente.
Los vuelvo a abrir acostumbrándome a la luz y visualizo la habitación enorme con solo una habitante osea obviamente la única aquí soy yo.
Un suspiro de alivio se escapa de mis labios. Por un momento pensé que tenía que enfrentar en rostro de él y por supuesto eso es lo último que quiero hacer el día de hoy.

De recordar lo sucedido ayer. Me hace temblar de escalofríos y vergüenza.
Ahora que lo recuerdo perdí el conocimiento. Soy una maldita estúpida en primer lugar nunca debí aver aceptado quedarme aquí.
¿Por qué demonios no salí cuando el no estaba?
Si y ahora se me acuerda esas teorías locas.

Silenciosamente me pongo de pie tocando el frio piso de mármol.
Una inquietud en mi ser me dice que algo no está bien y no se por que.
Algo malo va a pasar y no se que es.
Me miro al espejo y veo mi cuello Lleno de marcas moradas y rojizas.
Contandolas todas son un total de 16 chupetes por todo mi cuello.
Parece que me caí y que tengo varios moretones solo en mi cuello.

Miró mis piernas y por suerte no tienen nada. Un suspiro de alivio pasa por mis labios. Pero al momento de levantar mi camiseta veo marcas de manos. Marcas rojizas. Con más chupetes.
Esto está fuera de control.
Todo mi cuerpo está marcado.
No puedo salir a la calle así. Ahora tendré que llevar una bufanda.

Murmuró entre dientes— Genial—.

Buscó rápidamente mis pertenecías pero no las encuentro por ningún maldito lugar. En estos momentos no tengo tampoco mi ropa de ayer.
Esos significa que el me ha cambiado.
"Esto es superior vergonzoso".

Un chasquido de lengua sale de mis labios.

Ya que más da. Así me iré de aquí.
La verdad el vestuario no está mal.

Cuidadosamente me paro en la cocina viendo que todo el lugar esta silencioso.
Inquietante demasiado inquietante.
¿Es que no está? Eso espero.

Camino rápidamente hacia la sala.
Ninguna señal de vida.
Si es que el esta vivo. "

Me acerco a la puerta de salida y un sentimiento de libertad me cruza por el cuerpo. Jaló la perilla y esta no abre.
" Chic. Chic."
Demonios no abre.
¿Esta cerrada con llave?
Inmediatamente un sentido de alerta se activa en mí.
Una respiración helada choca contra mi cuello.
"Ay no"

—¿Ves? Solo despiertas y ya ibas a desaparecer. En vez de dar un buenos días — Su voz áspera y tranquila me causa un revoltijo en el estomago que no logro descifrar.

—Me quiero largar— Respondo tenazmente.

El me Mira con el ceño fruncido y una sonrisa aparece en su rostro.

—Necesito dejarte inconsciente de nuevo ¿Para que entiendas? — Dice con un tono de burla.

"Maldito idiota"

— Gracias por todo. Te lo agradezco pero lo único que te pido es que me dejes ir¿Es demasiado? —

Un gruñido sale de su garganta.
—Todo lo que tenga que ver con alejarte de mi. Es demasiado para mi. Entiende que tu lugar está conmigo.
Lo quieres por las buenas o por las malas? — Su tono juguetón me causa un cosquilleo.

Saliva duramente pasa por mi garganta.
Me va a matar con sus palabras. Me esta poniendo nerviosa.

Me toma del brazo ligeramente.
— Me gusta el collar que tienes en el cuello. Hace muy bien juego conmigo— comenta divertido.

¿Se refiere a todos los malditos chupetes que me hizo? Si será cabrón!.

— ¡Estos malditos chupetes van a tardar en eliminarse! — Grito en su cara.

El solo sonríe. —¿Por qué crees que los hice? Estos chupetes son para que todos sepan a quien perteneces— Me afirma. Mientras me encamina hacia la cocina donde por arte de magia ya está el desayuno preparado.

Este va a ser un día largo.

BELCEBÚ ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora