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–Son la 6:30. ¿Acaso no tienes que ir al colegio? –pregunta mientras se coloca las manos en la cintura.

–Oh... Sí, si tengo. –suelto una risa nerviosa, me levanto de la cama y me dispongo a prepararme para ir a clase.

Nunca esperé que yo, a juzgar por mi condición física, pudiera moverme tan rápido y convertir una rutina de una hora y media en solo quince minutos... Fue hermoso.

Cuando llegué al colegio, ya habían entrado a clases, lo único que pensaba era: "Perfecto, lo que menos quiero es llamar la atención y llego tarde, sólo falta que me orine un perro". Además, aunque sé que la tierra no me iba a tragar, rogaba para que eso sucediera, todo menos arriesgarme al regaño del profesor en frente de toda la clase. Como no vi otra alternativa, entré en el aula.

–Llega tarde Sr. González –dice el profesor viendo con una mirada acusante –, espero que esto no se vuelva costumbre.

–No Señor, no será así. –murmuro increíblemente avergonzado, de verdad, sólo quería que la tierra me tragara y que me vomitara en Hong Kong, París o Moscú, de ser necesario. Sólo quería desaparecer. Escucho el teléfono en mi bolsillo y me apresuro a callarlo antes de que el profesor se diera cuenta, lo última que quería era ganarme otro sermón.

*WHATSAPP DE MERCEDES*

< ¡Ronnie! ¡Ya tengo WhatsApp!>

–Mercedes, estoy en clase, háblame más tarde.

<Ya no quieres hablar conmigo 7-7>

–No seas estúpida, estoy en clase, ya llegué tarde. Por favor no hagas que me expulsen.

< ¡¿LLEGASTE TARDE?!>

*Mercedes envió GIF*

–Ya déjame en paz, Mercedes.

*Mercedes envió GIF*

*Bloqueaste a Mercedes *

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Cuando los pacmans conquisten el mundo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora