Capitulo 2: El chico nuevo

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*Narra omnisciente*

Un nuevo día para la humanidad, pero sobre todo, esta era una nueva oportunidad de hacer hoy, lo que no hiciste ayer. El tiempo seguía su curso y no pensaba detenerse para esperar a los desidiosos, simplemente, hay que hacer las cosas, hay que decir lo que se desea, porque no se sabe si habrá o no, un mañana. La vida no esta asegurada.

En el caso de la juventud, muchos vivían reprimiendo sentimientos y no disfrutaban de sus vidas. Había de todo en este mundo, débiles y fuertes, incluso una combinación de ambas. Pero, había quienes querían vivir amargados y destruidos, sólo por una causa cualquiera. Tal era el amor, que en vez de iluminar la vida de una persona, sólo la mancho de negrura y aflicción, ¿Quien? Esta claro que se trata de Castiel.

Todos los días se levantaba con la misma cara amargada, saludaba a su canino y desayunaba cualquier porquería que estuviera en el refrigerador. Su vida se volvió monótona desde el incidente que tuvo con Debrah, era evidente que su manera de vivir se desordenó por culpa de esa mujer; pero no, fue más bien por haberse enamorado profundamente, de una persona que no lo merecía. Sin embargo, lo hecho hecho esta, y la vida sigue.

Entre suspiros termino su desayuno y se preparó para ir al instituto, un día mas de estudio que para él era innecesario, ya que, lo que el chico quería estudiar era, solo música y no perder el tiempo con niñatos inmaduros y profesores incompetentes, a su pensar:

–¡Wof!– demonio llamo para que le dieran un poco de atención, pero incluso para alguien que amaba a su can, había perdido los ánimos de sacarlo a pasear:

–Lo siento, demonio, pero hoy tampoco tengo deseos de salir al parque– y sin mas explicaciones que dar, tomaba su mochila para salir rumbo al instituto. El pobre demonio se quedaba solo, meneando la cola y observando a su amo por la ventana dispuesto a esperar como todo un canino leal y paciente.

Por la calle, con los auriculares puestos, trataba de relajarse escuchando musica. La musica, aun cuando era un recordatorio cruel de haber sido abandonado, la amaba y no pensaba odiarla por culpa de una mujer que, lo único que prefirió fue seguir sus sueños... Y ¿Quien no haría lo mismo?...

(...)

Mientras tanto en la entrada del instituto Sweet Amoris, había revuelo con las señoritas que no dejaban de ver a cierto chico que poseía un atractivo increíble:

–¿Oye, quien es ese chico?–

–Es tan... Sexy–

–¡Oye, ni se te ocurra mirarlo, yo lo vi primero!–

–¡¿Ha? Y tu quien eres para evitarlo!–

Empujones, jalones y palabras ofensivas fueron la gota que derramo el vaso para un lunes por la mañana, en la que la mayoría estaba de malas; y las consecuencias, se inicio una pelea de gatas.

La causa del alboroto descendía del autobús a paso lento y decidido, simulaba mucha confianza en sus movimientos y expresión arrogante. No le tomó importancia al espectáculo de las señoritas, se puede decir que al hacerse el interesante, decidió ignorarlas. Entonces camino por entre todas ellas, luciendo su hermosa cabellera castaña meneándose por el viento y, provocando suspiros en las espectadoras.

Un castaño de apariencia rebelde y pantalones militares que, tenia una mirada muy especial. Sus ojos se asemejaban al verde de la naturaleza, a la esperanza y la vida, sobre todo, era un color hermoso que te hacia no querer dejar de verlo. De lo demás, tenia un buen físico y su expresión rebelde, incluso les parecía un atributo más que observar.

–¿Mh, que sucede?– Sucrette pregunto a todas las chicas que no dejaban de pelearse unas con las otras, halando de los cabellos y rasgándose las pieles –mmm... Y ¿A estas cosas le llamas damas? Lysandro– apuntando a las chicas alborotadas que se revolcaban en el suelo sin razón clara, pregunto a su acompañante, el albino de mirada serena que no parecía feliz con el espectáculo:

Diamante Y Cristal "La Joya Del Alma" (CDM)(Castiel x Kentin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora