Son dos piedras preciosas tan similares, pero diferentes a la vez... El diamante que posee la dureza de una roca... Y el cristal que se asemeja a la fragilidad de las alas de una mariposa... Estas piedras representan el corazón de dos personas que h...
Como cualquier otra vida ordinaria en esta ciudad, seguí viviendo a mi manera. En esta ocasión de forma diferente, y aunque es verdad que siempre he sido serio y malhumorado, he vuelto a sonreír y a disfrutar de las cosas que me gustan.
Mis manos, van mejorando... Cada vez que las veo recuerdo a ese enano... Si, lo se... me habrá dejado un triste recuerdo de como hirió mis sentimientos pero, al menos tengo estas cicatrices que me recuerdan a diario el hecho de haber amado de tal manera, por primera vez... Un amor extraño para mí, un amor que no me cambio al ser rechazando... fue un amor que trajo consigo un cálido sentir de alivio que significaba:
"Es hora de comenzar de nuevo, no veas la vida desde adentro de una caja..."
He comprendido que desde que sucedió lo de Debrah me llene de amargura y odio, eso fue lo que transformo mi personalidad; pero sucedió así porque, no era un amor honesto y real, era un amor pobre y confundido.
¿Que si duelen?, ¿Mis cicatrices? Toda herida duele por un tiempo pero saben... no es un dolor que vaya a durar para toda la vida.
Me da por reír cuando recuerdo lo que solía pensar antes de conocer a ese enano, que yo nunca me enamoraría, no... Más bien... Que no me volvería débil por un sentimiento tan estúpido como el amor... Pero saben, no se si sea débil o fuerte ahora, lo único que se es... Que si tuviera la oportunidad de tener a Kentin, no me importaría mas eso de ser fuerte o débil, si no que disfrutaría de la existencia del ser que amo.
Pero se ha marchado... no compartíamos los mismos sentimientos, ese fue el único y mas grande riesgo que corrí al enamorarme de un chico que a simple vista, me odiaba.
No se porque no me di cuenta antes, de que esa fría mirada no era solo orgullo, si no ese frío sentimiento llamado rencor, odio... Y lo peor es que, el último día que nos vinos, el me lo dejó muy claro, que me odiaba por... Bueno, la razón ya no importa ¿verdad?...
Uno, dos, tres ¿Cuantos días van ya?... Lo último que vi fue esa expresión fría y... Al menos ya se lo que se siente cuando te observan así... no he vuelto a saber nada de él...
¿No saber nada esta bien para mi? Esta bien así, de esta manera, si no le veo sera más fácil para mi atesorarlo como un buen recuerdo.
En esto pensaba mientras fumaba un cigarrillo sentado en la cama, con mis audífonos puestos; cuando el recuerdo de haberle dicho algo muy feo llegó a mi cabeza...
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Si, yo le dije que lo odiaría, pero resultó mentira porque sigo teniendo estos sentimientos a pesar de ya haber trascurrido 6 semanas. Es evidente que a ese enano de ojos cautivadores, no podré odiarlo nunca:
—Castiel, me retiro— Lysandro abrió la puerta y asentí con un movimiento de cabeza:
—Vuelve con cuidado, no te vayas a perder— freno y me miró de reojo, que si sus ojos fuera pistolas —jajaja— ya me habría matado, reí a lo tonto y se fue de ahí de mal humor, no le gustaba que le dijera distraído, todo el mundo se lo dice ¿Porque se molesta sólo conmigo? Bueno, es divertido de todos modos.
