Diamante Y Cristal "La Joya Del Alma" (CDM)(Castiel x Kentin)

Capitulo 8 (Tem II) "La joya del alma"

"Narra Omnisciente"

Una semana después de lo acontecido. En el instituto, Castiel se encontraba impartiendo sus clases como siempre, correcto, esplendido, como siempre luciéndose ante los estudiantes. Aunque no podía tocar una guitarra, era capaz de guiarlos con palabras y eso ya era increíble. En la ventaba una persona le estaba observando, mientras sonreía con un dejo de ternura en su expresión, pensaba:

—(Luchamos para poder llegar a obtener esa paz... estoy feliz de no haberme rendido, Castiel)— aunque al final lo hizo, regreso para salvarle la vida.

Ahora tenía más confianza en sí mismo, después de una terapia que el mismo Evan le dio durante unos días, por no decir sermón y regaños, ya que se arriesgó demasiado y pudo morir; pero, no se arrepentía y nunca lo haría, incluso se lo volvió a decir "si es necesario, volveré a hacerlo, daría mi vida por él" era increíble lo que un enamorado decía, pensaba Evan disconforme con tal estupidez. Asi que le pidió que se volviera más fuerte en todos los sentidos, para evitar que diera su vida por alguien más, ya que, si hacia eso, solo los entristecería; nadie está feliz de ser salvado a cuestas de una muerte:

—Hola— una voz lo saco de sus pensamientos, miro de reojo que se trataba de aquella señorita que los había interrumpido cuando... de tan solo recordarlo se preocupó y miro hacia los lados para evitar encontrarse con el director —Precisamente venía a decirte que, si quieres esperar a Castiel, ven a mi cubículo, sirve que conversamos un momento— muy amigable cogió su mano para llevárselo; Kentin un poco torpe asintió.

En el aula, Castiel se distraía un poco mirando hacia la ventana, sus ojos se abrieron como platos al ver a Kentin, y a Sarah cogiéndolo de la mano. Sin contenerse gruñido y estrujo los puños, uno de sus alumnos se sorprendió ante la fea cara y se carcajeo, llamando la atención de profesor descuidado:

—¡¿De qué te estas riendo?, supongo que ya sabes hacerlo bien y has llamado mi atención por eso!— intimidándolo se acercó, el alumno se disculpó varias veces, confundido por ese cambio de humor, ya que el profesor Castiel siempre era amable y apacible con todos (Enseñanzas de Eri) pero de repente gritándoles asi (Enseñanzas de Kentin) sí que era nuevo:

—Profesor Castiel, ya se parece al profesor Irie— todos se quedaron estáticos ante la comparación; miraron al chico que había osado decirlo, se trataba de chico rebelde que Castiel quería ayudar, el que estaba ahí obligado por sus Padres —Se la pasa gritándoles a sus alumnos y si no hacen algo bien, los invita a salir del aula, eso no es ser un profesor— estaba muy relajado criticándolo; Castiel sonrió con malicia sorprendiendo al insolente, y acercándose, golpeo su mesa banco con ambas manos, acercándose a su rostro para mirarlo con esa sonrisa malvada —¿P-profesor?— listo, ya le había puesto nervioso:

—Eres un mocoso boca suelta, ¿Sabes cuánto me pagan por venir aquí y darle clases a chicos estúpidos como tú? — ¡Lo insulto! Un profesor no tenía derecho pero, ese joven ya le había colmado la paciencia —Si me parezco tanto a ese hijo de p...gra, entonces talvez deba pedirte que abandones el aula ¿No crees? Ya que mi sueldo es tan pequeño que no estoy para soportar a un niño malcriado que solo se queja con los demás y no con los que originan su amargura— se estaba refiriendo a los Padres, y lo entendió, por lo que un poco triste se levantó y dejo el aula.

Los murmureos comenzaron, Castiel observo la retirada del joven y suspiro cansado, no tenía edad para soportar eso, pero tenía que ayudarle a ser más liberal o viviría siempre bajo las ordenes de todos. Como era todo, prosiguió con la clase.

El joven que había salido era Ian, hijo de dos empresarios acaudalados, quienes lo tenían ahí a fuerzas. Llego a los sanitarios para lavarse el rostro, si había huido del aula no fue porque asi lo quiso su profesor, sino porque las palabras que dijo, le dieron directo en el corazón. Todo lo que hacía, todo lo que sentía, la causa de ello eran sus Padres: