MONSTRUO [XiuHan|LuMin] FINALIZADO

13. DEMONIO

Prestándole para deudas, YiXing siempre ha ayudado a MinSeok. Aunque fingiese ser tacaño ante LuHan con sus "lo anotaré a tu cuenta" cada vez que bebía, el dinero nunca ha sido problema para él. MinSeok, sin embargo, es quien posee un gran sentido del orgullo sobre no deberle nada a nadie.

—Será la última noche. —El pelirrojo murmura saliendo del cuarto de empleados vistiendo el uniforme del personal, sorprendiendo con esto a Zhang quien se encuentra sentado a la barra bebiendo un trago entrada la noche.

Ni siquiera sabe cuándo ha llegado.

—LuHan ha dicho...

—LuHan no tiene nada que opinar.

"Yo te pagaré el resto de lo que MinSeok te debe. Ya no es necesario que ustedes dos se vean." Siendo lo último más bien una amenaza, el celópata rubio ha dejado en claro su territorio y propiedad.

—Es la última noche. Después de esto, no te deberé nada más. —La deuda quedaría saldada; No necesita que LuHan se encargue de su vida, no es un muñeco de trapo para tener dueño a quien obedecer. (Aunque sus verdaderas intenciones tienen que ver con el querer verle cuando en casa la distancia es cada vez más desoladora).

Que aún hoy viviendo juntos, LuHan prefiere pasar las noches saliendo y emborrachándose en vez de quedarse junto a él.

—Si insistes... —YiXing murmura divertido encargándole expresamente la sala 01.

Cuando MinSeok entra acomodándose el cinturón alrededor del ajustado pantalón negro que viste, un estupefacto LuHan rodeado de amigos se yergue contra el respaldo del sofá sorprendiéndose.

Claramente no lo esperaba ver allí; En su mundo, en su reino, en su puto dominio.

YiXing sonríe sentándose al frente.

—Hey, a ti te he visto...

Y ahí va de nuevo. El tipo moreno de marcadas ojeras quien la primera vez ha lanzado la copa sobre la alfombra para que MinSeok limpiase, dándose cuenta para la segunda ocasión que el pelirrojo resultó ser algo así como atractivo desenlazándose todo con un LuHan derramándole encima alguna botella de licor.

Si tuvo algo que decir, todo silenció, al rubio ser un monstruoso sujeto que hace lo que quiere y no rinde cuentas a nadie.

—¿Cómo era que te llamabas, bonito?

Con un aura indiferente, le mira directamente al responder: —MinSeok.

Siendo correspondido por una curvilínea sonrisa de coquetería.

Lamiéndose el labio inferior de la boca, delinea desde comisura a comisura sádicamente tras observar la apetitosa figura del chico. —¿Cuántos años tienes?

—Encendedor.

—¿Eres mayor de edad?

—Un encendedor, joder.

Atrapando el paquete de cigarrillos sobre la mesa, LuHan gruñe queriendo acaparar toda la atención del sujeto. Sin embargo, es el mismo MinSeok quien le lanza un zippo hacia las manos pasando por encima de todos los presentes.

—Aquí tienes. —Antipático y hastiado, murmura receloso. Como si LuHan fuese la peor de las cucarachas; Vil y despreciable, en un claro que dejase de molestar. —Sí, soy mayor de edad.

Responde lo último hacia el moreno.

El silencio que queda tras esa acción; MinSeok da la espalda buscando algún paño para limpiar mientras que unos curiosos presentes esperan la explosión del rubio ante tal falta de respeto. De aquel simple «chico de la limpieza» hacia el «Gran Lu».