—Nada de la mierda del "último beso".
MinSeok lleva encima una cazadora de cuero gastado sobre un ajustado pantalón azulado de mezclilla, dándole todo un aspecto letal. Los cordones de las botas de combate terminan abrochadas hasta media pantorrilla, sumándole la plataforma del talón un par de centímetros a su altura.
—Ni lo de "sexo de despedida". —Frío y calculador, mete las manos al interior de los bolsillos sin darle el placer a LuHan de mirarle en ningún momento. Con la vista fija hacia el parabrisas de al frente, encuentra en un fugaz segundo los ojos a través del espejo retrovisor con el chófer de la abuela. Éste quita la mirada. —Te doy quince minutos. No me quedaré más tiempo esperándote aquí como un imbécil.
Recostado como un chico malcriado por lo largo del respaldo de los asientos traseros del coche, comprueba la hora en el reloj de muñeca que LuHan le ha dado anteriormente; Ese del papá, y del papá de éste, y toda esa mierda de 300mil dólares americanos y que se hereda de generación en generación.
A MinSeok simplemente no le importa y ese día no está de humor.
LuHan suelta una de sus risitas enfermas, de esas desquiciadas y sarcásticas, con algo sobre que en quince minutos ni siquiera se alcanzaba a saludar o a pedir un buen vino.
—No necesitas saludar ni jugar a tus jueguecitos de conquistas, tonto.
Ha quedado de juntarse con su "prometida" de la cual no sabe hace semanas. A su defensa LuHan debe decir que no ha terminado con ella porque sencillamente no se tenían nada más que un título para la gente, cero contacto y nada de importancia. MinSeok no se lo cree, claro está.
—Está corriendo la hora. —Bufa con cansada voz, echándole. LuHan se baja a los segundos del coche entre esa guerra de egos y gallardearía dando un fuertísimo portazo antes de desaparecer;
—A mí tú no me das órdenes, mocoso.
MinSeok no se deja afectar sintiendo cada tic tac del reloj de muñeca y del digital sobre la radio del auto, con la hora avanzando.
—Debe pensar que soy horrible. —Susurra sin mirar al hombre, pero evidentemente es a él a quien le habla cuando son los únicos dos al interior del automóvil.
La abuela y su chófer no le han conocido así; Tan amargado y rencoroso. Si no más bien una versión parecida a sí mismo, como alguien siempre risueño y optimista a pesar de lo roto que se está por dentro. (Y no el monstruo que ha construido LuHan).
El sujeto no responde con la clara señal que no tiene qué opinar. Pero a MinSeok le gustaría escuchar a alguien que le corroborase la mala persona en la que se está convirtiendo a ver si despierta.
Con cinco segundos de retraso, se baja del coche entrando al lujoso Restaurant.
—¿Tiene reserva, señor? —El recepcionista le impide el paso, pero MinSeok pasa de él como si fuese nadie, deslizando una silla vecina (en donde una pareja almuerza) hasta un costado de LuHan.
Al centro de la mesa, entre dos copas recién servidas de vino, la chica tiene atrapada por encima una mano del rubio reluciendo su gran anillo de compromiso que por semanas fue tema de conversación en matinales y programas de socialités. Le acaricia antes de un apretón. MinSeok interrumpe la pregunta de ésta al alto sobre por qué no llevaba él también su anillo puesto.
—Suéltalo. —MinSeok le mira, con el aborrecimiento marcado en el rostro. —No lo toques.
Haciéndole sentir fatal, la chica se separa de la sola confusión sobre quién es él y qué hace allí. «Es mío, maldición. No le pongas tus sucios dedos encima».
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MONSTRUO [XiuHan|LuMin] FINALIZADO
FanfictionMinseok ha conocido a un monstruo. Un monstruo de carne y huesos. Un monstruo llamado Lu Han. ❄Secundaria: SuLay|LayHo ❄Mención: ChanSoo ❄20 partes, publicado originalmente en amor-yaoi el 2015-2016. ❄Advertencia: Relación enfermiza y obses...