08. NO LO APARTES DE MÍ

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JunMyeon ama un café cargado por la mañana y una buena lectura luego, sobre todo cuando el clima pinta por fuera tan bien. Antes de salir, la señora Zhang ha insistido en que visitase el jardín trasero con el huerto cultivado y las fuentes de agua que por la noche brillan en luces multicoloridas. JunMyeon ha preferido recostarse, sin embargo, por el lado lateral; Bajo un arbusto con buena sombra y en completa soledad.

—¡Hey, tú!

Levanta la mirada buscando aquel indescifrable balbuceo. Temprano, su padre ha ido con el señor Zhang y sus hijos a jugar golf, creyó ser el único hombre que quedó en casa.

En el momento en que baja la vista para perderse nuevamente en su libro, es cuando escucha otra vez aquel farfullo;

—¡Aquí arriba!

Es cuestión de minutos para que JunMyeon diese con el chico tras el vidrio de cristal encerrado en su 'torre' (como más tarde le llama). Es un tanto desconcertante cuando éste golpea la ventana e indica a la distancia «algo», detrás de aquel marco pequeño y redondo, enrejado como si de una cárcel se tratase.

El chico parece rendirse siendo JunMyeon un asco en leer labios o comprender señales. Es exhalando, luego, sobre el cristal, que con la yema de su índice derecho traza una palabra; "Llave."

Los siguientes quince minutos JunMyeon se lo pasa charlando con la ama de llaves quien, sobre un lado del puentecillo, da de comer a una multitud de peces coloridos en la pequeña pileta al estilo oriental japonés.

—Tengo un poco de sed. —Murmura al tiempo provocando que la mujer marchase casa adentro en búsqueda de algún jugo o bebida.

JunMyeon no sabe lo que hace cuando, con un cuidado extremo de que no le viesen, sube las escaleras con el juego de llaves que la mujer mantenía colgadas a un costado de sus caderas. Quiere convencerse de que el misterio es demasiado grande, haciéndole ignorar lógicas; Los señores Zhang nunca dieron cuenta sobre otro familiar o ser viviente al interior del hogar.

—¿La tienes? —Una vocecilla escapa por debajo de la puerta, la sombra de sus pies al otro lado de la pared; El mandarín de JunMyeon sigue siendo muy básico.

—¿Qué estoy haciendo? —Se pregunta girando el picaporte. Al abrir la puerta, una desastrosa sonrisa le espera del otro lado; El contraste de su pálida piel de luna y su apizarrado cabello como la noche resulta ser desconcertante. —¿Q-Quién eres?

La tanta luz, quizá, dentro de aquellos negros orbes que componen sus iris cuando aquel desconocido le mira;

—Eso debería preguntarte yo, estás en mi casa.

La respuesta de JunMyeon tiene que esperar, sin embargo, tras pasos provenir de la escalera haciéndole escapar lejos hacia el pasillo. Le deja las llaves a aquel curioso chico.

—El clima hoy está demasiado agradable como para encerrarse dentro. —La ama de llaves le ofrece un vaso de agua con una clara advertencia sobre que no husmease por esos lados y JunMyeon marcha sin preguntas, sin más palabras, quedándose ella a vigilar.

Diez minutos más tarde, vuelve bajo el árbol en el lado lateral de la mansión sorprendiéndose cuando sábanas y telas de variados colores cuelgan en nudos por la ventana cuya reja el chico ha abierto.

—¡¿Q-Qué estás haciendo?!

—¿Hay alguien a la vista? —La empleada se ha quedado a controlar el pasillo y no hay otra forma de escapar. JunMyeon comprueba hacia los lados antes de responder un monosílabo;

MONSTRUO [XiuHan|LuMin] FINALIZADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora