18. Libertad o Muerte

14 3 0
                                    

"Ok Deyna, no sabes hasta cuando te quedarás aquí, ¡no sabes hace cuanto estás aquí!, no tienes noticias de Igna, nadie te explica nada, pero no puedes perder la cabeza, éste es el último intento"

Pensaba Deyna respirando hondo, se encontraba en una especie de castillo, o en una torre de él, el lugar no parecía una prisión, pero lo era, de hecho la mayoría de las prisiones no tienen barrotes.

Como el lugar era un castillo en efecto la habían tratado como a una princesa, pero sin derecho a salir de la habitación.

El baño estaba ahí mismo tras una puerta, hacía mucho tiempo que ella no sentía la luz del sol en la cara, y había intentado escapar tantas veces que tuvieron que aumentar la seguridad de su habitación, y le retiraron su derecho de saber sobre Igna  el primer día por su primer intento de escape fallido.

Para ella fueron años, pero lo cierto es que fueron unos cinco días. Los criados que la atendían le hablaban en otra lengua que ella no comprendía al principio, pero uno de ellos le puso arenilla en la lengua y la oreja y así pudo entenderlos y comunicarse con ellos.

En cuanto a Igna, lo tenían en una habitación más pequeña y sin tantos privilegios por  casi matar a Georg, pero en verdad su hospedaje no  era tan malo, de hecho él parecía disfrutarlo, como unas vacaciones, ni siquiera intentó escapar.

Para su buena suerte, un criado le traía cada día noticias de Deyna.

Ella ató muchas sábanas y toallas para poder bajar como en las películas. Pero justo cuando estaba por dar a cabo su plan, las puertas de su habitaci... celda, mejor dicho, se abrieron después de cinco días de pasarle la comida por una puerta de mascotas.


— ¿Señora... Ripoll? — dijo el criado que entraba.

Deyna no atinó a decir nada, creyó estar alucinando.


— ¿eres real? — respondió

El criado sonrió y asintió con la cabeza, Deyna se había cambiado de ropa a penas y su cabello estaba despeinado y sucio, su rostro parecía haber envejecido un poco.


— Sígame, es hora de su interrogatorio.

Deyna bajó del peldaño de la ventana por la que descendería y siguió al joven. 

La llevó a una habitación blanca, sin ninguna ventana, o silla, o mesa, nada.

"ahora si enloqueceré."

A los cinco minutos, apareció la mujer que la había traído hasta ese horrible lugar, la misma que había peleado con Georg días atrás.


— ¡hola, querida! — dijo ella alegre.

Deyna no respondió nada, ni siquiera la miró, se dedicó a sentarse en el suelo abrazando sus piernas.

— ¿puedo ofrecerte algo de tomar?

Fue ahí cuando ella giró su cabeza hacia la mujer de pie y levantó su mirada, con odio.


— ¿dónde está él? — dijo

— Ay niña Ripoll, sabes que se te retiró ese derecho.

— ¿dónde está Igna?, ¿y porqué me dicen señora Ripoll?

              — Lo primero no puedo decírtelo, sólo puedo comentarte que está bien, y lo segundo ya se lo explicamos a él. Queríamos explicártelo también pero queríamos que te calmaras, ya que tus intentos de escape cesaron, por fin pudimos programar ésta entrevista.

— Él... ¿vive? — preguntó ella creyendo que la afirmación de la mujer de que estaba "bien" significaba, "muerto".

La mujer no respondió nada. Deyna pensó que callar es otorgar, para ella, Igna había muerto.

Tragó saliva y se dispuso a contarle todo a la mujer, ahora identificada como Aurora. Mientras hablaba pensaba formas de "estar bien" ella también, quería irse junto a Igna.


— La gran mayoría de las cosas que Georg te dijo, son mentira — decía Aurora— Para responder todas tus dudas comenzaré con decirte dónde estás.

— Pues...¿dónde estoy?

— En Rem, el mundo de los sueños, aquí vivimos todos los tipos de Sapnas que conoces y más, Georg era uno de nosotros, entrenábamos juntos, éramos amigos, pero por casualidades de la vida, se transformó y nos dejó para formar su pandilla.... Y te reclutó. 

Lo que había pasado era simple de explicar, cuando un mensajero tiene la visión de un nuevo sapna nacido, se convierte en una especie de padrino para el mismo, Georg era el padrino de Deyna, al notar la cantidad de poder que ella tenía decidió reclutarla cuando tuviera la edad suficiente para trabajar para él.

Y hacerse un imperio de  sueños. En Rem habían más atrapasueños como Deyna, sólo que no tantos como de los otros tipos de sapnas.

Eran una civilización, con todo y lengua propia, por eso los mensajeros gobernaban, porque podían hablar cualquier idioma.

Quizá Georg pensaba que con el atrapasueños más poderoso sería suficiente y no había necesidad de reclutar más.


— Pero por lo que tu y otros testigos cuentan, deduzco que Georg quería matar a Igna desde el principio por que sabe que él es el único que puede destruirlo gracias a sus nervios de acero. 

Deyna se quedó intrigada.


— Bien eso demuestra que ambos son inocentes, — indicó pensativa mientras daba vueltas por la habitación. — cambiando de tema, ¿sabes qué significa esa marca en tu brazo?

Deyna negó con la cabeza lentamente.


— Fue por eso que los descubrimos, verás, tenemos aquí, en Rem, un registro, como el registro civil de los normales, pero poco más complejo, cuando un sapna nace, es el padrino el que debe registrarlo, y pues como ningún mensajero te registró ni a ti, ni a Igna, ni a varios de los niños perdidos, nosotros no sabíamos de su existencia; pero cuando se casan, el registro los anota automáticamente en el instante en que la marca aparece un uno de los brazos.

Deyna seguía sin entender absolutamente NADA. Lo pondré más fácil para el lector, cuando dos sapnas están enamorados, aparece ese misterioso brillo en el brazo, por eso se compran una especie de bracera, pero al estar Deyna e Igna separados de su verdadera sociedad, desconocían éste hecho, cabe aclarar que en una boda sapna, la bracera es retirada para que uno de ellos acaricie con su ánima el antebrazo y viceversa. Así que nuestros héroes estaban mitad casados y oficialmente registrados en Rem, dando notificación de su paradero.

Atrapa SueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora