Positivo

1. Vivir con él

Mis más sinceras disculpas por la tardanza, sé que debía publicar esto a inicios de Julio, pero se me fue el tiempo entre otros eventos y lo estoy haciendo hasta ahora, pero espero poder continuar actualizando como Andrés, una vez al mes. (?) También quiero agradecer a todas las bellas personas que han dejado comentarios, tal vez no he podido responderlos todos, pero los he leído, y prometo que trataré de responder cada uno de ellos si es que se puede. No debería estar publicando esto justo ahora, la mitad del capítulo no está revisada porque mi beta aún no lo acaba, pero soy un desesperado, así que cuando me lo entregue revisado lo voy a editar. En fin, ¡Gracias por leer! Espero disfruten el capítulo.

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Ϟ ~ 1. Vivir con él ~ Ϟ

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Sus pies descalzos se posicionaron sobre el frío metal, mordió su labio inferior mientras observaba la aguja moverse a gran velocidad y cuando esta se detuvo, soltó en un largo suspiro todo el aire que había retenido, sintiéndose un poco aliviado. Había subido. Se bajó de la balanza con una enorme sonrisa en el rostro, saliendo del baño y correteando por la casa hasta llegar con su hermana, la cual se encontraba en la cocina. La abrazó por la espalda, echando todo su peso sobre esta y recibiendo un gruñido como única respuesta.

—Mari, ¿Adivina qué? —Apoyó el mentón en el hombro de su hermana para poder ver mejor su rostro y, sin permitirle siquiera responder, volvió a hablar—. Conseguí subir de peso.

—Eso es genial, Yuuri —Mari se dio media vuelta, envolviendo al menor entre sus brazos y revolviéndole el cabello a modo de felicitaciones—. Es un poco irónico, antes celebrábamos cuando bajabas.

Yuuri la soltó, agitando su diestra de lado a lado a la altura de su hombro mientras caminaba hacia la mesa, moviendo una de las sillas y sentándose en ella.

—Los tiempos cambian, Mari, lo de hoy es subir de peso —ante aquella pequeña broma, ambos rieron.

Con el tiempo que había pasado la salud de Yuuri había mejorado, pero su apetito se había visto muy afectado durante el primer mes, provocando que su peso decayera de forma preocupante. Debido a eso, su médico le dejó una dieta, la cual —al contrario de todas las que alguna vez había seguido— buscaba devolverle esas libras perdidas. La emoción en Katsuki al ver que había logrado estabilizar su peso era demasiada y deseaba contarle a todo el mundo de ese logro, porque cuando te das cuenta de que te queda poco tiempo en el mundo comienzas a tomarle importancia hasta a lo más pequeño, y eso era lo que él hacía ahora. Mira, Mari, logré hacer una grulla que cabe en la punta de mi meñique. Vitya, mira, le pude cortar bien el cabello a Makkachin. Phichit, logré pasar este nivel, ¡Soy el mejor!

Mari abrió una de las gavetas de la cocina, tomando de esta una pequeña bolsa con un brownie de chocolate en su interior, entregándoselo a su hermano como recompensa por su última gran hazaña.

—Eres todo un campeón, Yuuri —y tras darle un beso en la mejilla se retiró de la habitación.

Se apresuró a destaparlo, dándole la primera mordida mientras con su mano libre le escribía a Phichit lo sucedido, poco a poco el ritmo de sus acciones fue disminuyendo, y antes de pulsar enviar dejó el teléfono sobre la mesa. Si se ponía a recordar su vida, él jamás había conseguido ganar algo en cuanto a danza, a pesar de que había viajado a Detroit buscando ser un bailarín reconocido; el logro más grande que Yuuri había conseguido en su carrera había sido el ser escogido por Nikiforov para ayudarle en su programa. Sí, había ganado pequeñas competencias, pero cada vez que lograba aplicar para una competición grande, él mismo acababa saboteando su presentación, cediendo ante los nervios y la inseguridad, ante la cruel ansiedad.