Capítulo 4

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La noche anterior, Doniya se había ido con la excusa de que se sentía demasiado exahusta, pero prometiendo que volvería al día siguiente para que pudiera contarme todo lo que había visto. Lo único que había mencionado era que había visto a Louis morir muchas veces.

En parte me sentía mal por incluirla en aquella situación tan conolicada. Se veía realmente asustada la noche anterior y lo que menos quería era que se sintiera así, pero había algo, en todo aquello, que no podía simplemente ignorar. Todo había sido tan extraño, y tan rápido, que a pesar de que le dara las mil y una vueltas al asunto en mi cabeza, no podía encontrar una posible solución.

Me invadían tantas preguntas sin respuestas, cómo, ¿por qué Louis soñaba conmigo?, ¿por qué me había llamado Javadd?, ¿por qué ambos nos conocíamos, cuando nunca antes nos habíamos visto?, ¿por qué había tenido que morir aquella tarde?, ¿qué tenía ese collar?, ¿qué significaba todo aquello?

No tenía ninguna respuesta.

Casi al final del día, cuando el sol comenzaba a esconderse en el horizonte, enviando luces anaranjadas hacía todo el cielo, Doniya golpeó mi puerta. Ésta vez, a diferencia de la noche anterior, se veía más tranquila, como decidida, y traía consigo un bolso repleto de cosas.

-Si vamos a hacer esto -dijo-. Entonces lo haremos como se debe.

Comenzó a sacar velas blancas y colocarlas por toda la habitación. Luego prendió cada una de ellas, cerró las ventanas y apagó las luces.

-Siéntate frente a mí -me dijo.

-¿Para qué es todo esto? ¿Piensas llamar un espíritu o algo así?

-Es para que te concentres -explicó, seria-. No voy a contarte lo que ví, haré que lo veas por ti mismo.

Abrí los ojos con sorpresa.

-Vaya, ¿puedes hacer eso?

-Eso está por verse.

Estiró sus manos sobre la mesa para tocar las mías y colocó el collar en el centro. El zafiro era una pieza bastante grande y la cadena a su alrededor era de un color cobrizo. Recordando las palabras de Liam, realmente se veía muy antiguo.

-Quiero que cierres los ojos y te concentres, Zayn. No pienses en nada. Entraré a tu mente y te lo mostraré todo, pero debes poner de tu parte.

Asentí con la cabeza y cerré los ojos.

-Comienza cuando quieras.

No obtuve respuesta. Luego de un par de segundos, comencé a sentir como una especia de energía a mi alrededor me absorvía y poco a poco me sentía como si estuviera quedándome dormido.

Estaba casi seguro de estar dormido cuando abrí los ojos y de pronto no estaba en el apartamento, con Doniya, sino en un lugar que desconocía por completo. Traté de comprender mi entorno. Luego de unos segundos, reconocí que se trataba de un ascensor. Llevaba un traje que se veía costoso y portafolio. En algún momento la puerta se abrió y ahí estaba él.

Louis.

Pude ver la escena como si fuera un espectador omnisciente. Vi a Louis, bonito y radiante, y me vi a mi mismo observándolo. Mi rostro, sin embargo, mostraba una horrible desesperación y angustia, como si supiera que algo estuviera a punto de salir terriblemente mal.

Y así fue.

El ascensor se trabó a mitad de camino, y Louis siguirió que salieramos por la pequeña parte que quedaba al descubierto del piso superior. Yo salí primero y cuando él estaba saliendo, el ascensor volvió a funcionar repentinamente. Tiré de él para sacarlo antes de que fuera demasiado tarde, pero me quedé con la mitad de su cuerpo entre mis brazos.

Sentí que me moría otra vez. Aquella escena era aterradora. Comenzaba a asfixiarme y a entrar en pánico, pero la voz de Doniya retumbó desde algún lugar de mi mente.

Concéntrate, Zayn. Respíra con tranquilidad. Lo que estás viendo ya ha sucedido antes. ¡No está sucediendo ahora!

Me tranquilicé como pude y cuando volví a abrir los ojos, me encontraba en otro lugar. Ésta vez estaba en una playa. Estaba metido en el agua, brava y salada. Pero algo andaba mal, y lo vi cuando me sumergí en el agua. Louis se edtaba ahogando. Me vi a mi mismo luchando y tirando de él para llevarlo a la superficie y salvarlo, pero cuando por fin lo logré, ya era demasiado tarde.

Estaba muerto otra vez.

Doniya me llevó a muchos distintos lugares y, en cada uno de ellos, veía a Louis morir. Siempre trataba de salvarlo, pero siempre fallaba. Y siempre terminaba del mismo modo: con él muerto entre mis brazos.

Cuando por fin desperté, en mi apartamento, y con las manos aferradas fuertemente a las de mi hermana, me costó un par de minutos recuperar la energía que mi cuerpo había perdido. Me encontraba exhausto, tanto mental, como físicamente. Mi cuerpo parecía temblar ligeramente y mi cabeza dolía terrible. Mi mente aún trataba de recuperarse de todas aquellas muertes tan traumáticas, cuando Doniya apretó mis manos.

-Zayn, ¿estás bien?

El sonido de su voz me llevó un poquito más a la realidad.

-Yo... eso creo. Me duele... me duele la cabeza.

-Es normal -dijo ella-. Nunca antes habías hecho algo así.

-¿Qué ha sido eso? -pregunté, aún con los ojos cerrados.

Las muertes de Louis se repetían una y otra vez en mi mente, y dolían todas con la misma intensidad.

-¿Es que no lo entiendes, Zayn?

-¿Entender qué?

-Lo que acabas de ver, son tus vidas pasadas. Tus reencarnaciones... y las suyas.

-Entonces, por eso lo conocia -reflexioné-. Lo conozco de otras vidas.

Y por eso me conocía él a mí.

-Así es.

-Pero entonces, ¿por qué me llamó Javadd? Ni siquiera sabía que existía un nombre así.

Doniya se inclinó hacia mí, como si estuviera por contarme un secreto.

-Dicen, que cuando una persona está muriendo, recuerda todas las vidas por las que ha pasado. Louis te recordó de otras vidas.

-Pero todas ellas siempre terminan igual -dije, sonando impotente y enfadado-. Es... es como si yo fuera su muerte.

-Louis y tú están destinados a encontrarse en cada vida, Zayn. Sin embargo, hay algo. Algo que hace que cada vez que se conocen, él muera.

-¿Por qué? -exigí saber, casi con enfado -. ¿Por qué soy la causa de su muerte?

Doniya tomó el collar que aún posaba en el centro de la mesa y lo colocó frente a mis ojos.

-Una maldición. Lo supe desde el primer momento. Está en éste collar.

Una sola pregunta invadió mi cabeza.

-¿Y quién haría una maldición así?

Ella se quedó en silencio un rato tan largo, que pensé que no iba a volver a hablar, hasta que finalmente lo hizo, con voz lenta, profunda y sosegada.

-Tú, Zayn.

Mensajero De La Muerte - ZouisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora