Capítulo 1

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La melodía había terminado. Una pelirroja sentada frente al piano sonreía satisfecha.

- ¡Bonita canción! - respondía su única acompañante quien se encontraba  a tan sólo unos cuantos pasos detrás de ella.

- Si usted tiene alguna idea, me dice. Voy a tratar de incorporarlas- mencionó manteniendo la sonrisa.

Estaba feliz de mostrarle a Tsubasa Kira aquella canción que había compuesto con tanto esmero junto con las demás integrantes de μ's

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Estaba feliz de mostrarle a Tsubasa Kira aquella canción que había compuesto con tanto esmero junto con las demás integrantes de μ's.

De pronto sin darle oportunidad a Maki de voltear a verla, Tsubasa Kira se acercó sigilosa y dominante; no había un rastro de nervios en ella. Se pasó la mano por el cabello y tomó un mechón para colocárselo detrás de su oreja. La líder de A-RISE tenía una mirada que podría hacer temblar al ser más autoritario, incluso podría desarmar a cualquiera. Todo en ella en aquel momento podía resumirse a una sola palabra: Confianza. Con una voz demasiado sexy, le dijo a su víctima, aquella estudiante de la preparatoria Otonokizaka:

- Sí… bueno, ¿qué tal esto?- dijo mientras sus dedos se deslizaban como poesía en el piano.

Decir que sus mejillas se habían puestas rojas como tomates recién cosechados no le hacía justicia a la apariencia que Maki había conseguido con sólo haber escuchado a Tsubasa Kira.

Decir que sus mejillas se habían puestas rojas como tomates recién cosechados no le hacía justicia a la apariencia que Maki había conseguido con sólo haber escuchado a Tsubasa Kira

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Sus ojos tuvieron un efecto de resplandor que incitó a la mayor a cruzar una barrera imaginaria que existía entre ambas.
Maki no pudo evitar oponerse, después de todo, Tsubasa Kira tenía un "je ne sais quoi" que la hacía irresistible para muchos, no era un secreto la popularidad de la líder de A-RISE entre las mujeres. Lo que si era un secreto de seguridad nacional era que Maki se había estado cuestionando su sexualidad los últimos meses y aquella tarde las dudas más profundas que albergaba fueron resueltas sin ni siquiera haberlo pedido, sin habérselo imaginado.

Sin embargo una cara conocida observaba todo desde la ventana de la puerta del salón donde ambas se encontraban. Una cara aplastada contra el vidrio y con una expresión que combinaba celos, confusión e ira, podría decirse que en la ecuación, los celos tenían protagonismo. Así es, se trataba de la Presidenta del Club de Investigación Idol, la que se hacía llamar así misma "La gran Idol", la famosísima (a su parecer) e inigualable Yazawa Nico.

    -	¿Qué estás haciendo? - preguntó otra voz que la obligó a despegarse de la puerta; voz que pertenecía a la más sabia integrante de μ's

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- ¿Qué estás haciendo? - preguntó otra voz que la obligó a despegarse de la puerta; voz que pertenecía a la más sabia integrante de μ's. La Yoda de la agrupación: Nozomi.

-	¡Nada! - objetó de inmediato y con un brinco que provocó la inagotable curiosidad de su compañera

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- ¡Nada! - objetó de inmediato y con un brinco que provocó la inagotable curiosidad de su compañera.

-	Maki-chan ¿eh? - respondió de manera segura, agregando el "¿eh?" solamente para molestarla

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- Maki-chan ¿eh? - respondió de manera segura, agregando el "¿eh?" solamente para molestarla.
- ¡Ya te dije que no es nada! Como sea, ¿no estamos cantando la canción que escuchamos la última vez? Se ven como si el tiempo les sobrara, haciendo nuevas canciones… - dijo con apuro "La gran Idol" mientras ocultaba su enfado y celos en una pose que denotaba inquietud por la circunstancia que acababa de presenciar; un acto que no podría revelarle a Nozomi aunque tuviera la sospecha que Yoda ya supiera de sus sentimientos hacia Maki.

- Le dije lo mismo pero… Ella me dijo que la canción es para las nueve miembros de μ's- dijo con tranquilidad Nozomi.

- ¿Qué tiene que ver eso?- respondió casi con indiferencia.

-	¿Qué tiene que ver eso?- respondió casi con indiferencia

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- Tiene que ver mucho... quizá no en ese aspecto pero si en otro. 
- ¿Qué intentas decirme? - preguntó aún más seria la Presidenta.
- Tu lo sabes -dijo con una sonrisa Nozomi.
- Como sea, tengo que irme, todo esto es un error- expresó Nico marchándose  sin darle la oportunidad a Nozomi de decirle algún consejo.

Terminó por bajar las escaleras y se recargó contra la pared de uno de los salones de abajo. Miro directo al suelo sin importarle si alguien pasase por ahí y comenzó a llorar en silencio. Se lamentó por su personalidad y por sus acciones del pasado y esperó sólo unos segundos más para irse a casa. Esa tarde se quedaría en su habitación envuelta entre sus cobijas y reflexionando. Una derrota para la gran Idol de una guerra que todavía no comenzaba.

El sonido de las teclasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora