07. Sky

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Escuché mi teléfono sonar, tenía un nuevo mensaje.

Me había dormido y estaba un poco desorientada... ¿En qué año estamos?

Me levanté de un brinco, me restregué los ojos y agarré mi celular para ver quién me estaba mandando mensajes.

[Clara de huevo: ¿Qué les parece una pijamada? Mi mami me dejo. 🌚]

[Yo: Okay, yo sí voy. ¿En tu casa?]

[Clara de huevo: Obvio e.e ¿Key? ¿Qué dices?]

[Kesitos: Bueno. Sky, te veo en mi casa para irnos juntas.]

Todo muy bien, los planes estaban listos hasta que recordé que tengo una madre a la que tengo que pedir permiso para salir aún.

Me levanté de mi deliciosa, exquisita y cómoda cama, y bajé las escaleras. Estuve a punto de romperme el hocico y necesitar una cirugía plástica de reconstrucción, solo a punto, pero bueno, bajé las escaleras.

—Mamá —dije fría, sin una pizca sentimentalismo — ¿Puedo ir a la casa de Clary para hacer una pijamada?

Estaba casi cien por ciento segura de que me iba a decir:

"— ¡Con ese tono de voz ni se le ocurra que la voy a dejar salir! Vaya ordene ese chiquero que tiene como cuarto mejor."

—Muy bien —dijo.

— ¡Pero mamá, por fav...! —ya me estaba poniendo de rodillas cuando escuché bien su respuesta—Espera, ¿dijiste que sí? —Asintió. Me levanté del piso limpiando mis rodillas y le di un abracito.

Me desconcertó bastante que me dejara ir después de mis "malacrianzas". Pero la íbamos a pasar muy bien, como siempre.



¡Já! ¿Creen que soy tonta?

Oh, ¡qué tontos son los mortales!

Ya sé que Clary se va a vengar, ¡mi segundo nombre es venganza! Después de Bright obviamente. Eso me hizo recordar la primaria, cuando los chicos de mi salón me cantaban la canción de Rihanna, Diamonds. Nunca entendí por qué...

Bueno, la cosa es que ya sé que Clary se va a vengar. O bueno, hay un noventa y nueve por ciento que asegura que se vengará. Ese uno por ciento que falta es la parte humana de Clary, y ¿adivinen qué? Esa animal no tiene ni una pizca de humanidad o compasión.

No por nada su mamá accedió a hacer una pijamada con las causantes de su hermoso tinte en su rubia cabellera después de haberla castigado por dos semanas.

Y este misterio, ha sido resuelto.

Puedo ser estúpida, pero no soy una idiota.

Guiño, guiño.

...

Me vestí sencilla para dejar lo mejor para el día siguiente, ya que íbamos a ir al cine. Empaqué lo demás en mi mochila.

Mochila, mochila... ¡Síii!

Mi cepillo de dientes, pijama... ¡Todo listo! Me despedí de mi mami, hoy sí me tocaba despedirme. Luego salí en camino a la casa de Keyla.

Esperen... ¿y mi arete? ¡Mierda, mierda, mierda! Mi mami me matará.

Empecé a saltar como maniática.

Si te pones a saltar como resorte chueco el arete no va a saltar contigo para que lo veas, pendeja.

— ¡Déjame, conciencia! —dije en voz alta y unos chicos que iban pasando por ahí me quedaron viendo raro. Rodé los ojos.

Trio de idiotasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora