- Despierta. -dijo una voz algo lejana.
Miró a su alrededor, pero no habia nadie. Siguió caminando por aquel bosque hasta que le pareció ver la silueta de una chica.
Le sonaba. Caminó hacia ella.
Estaban a centímetros.
- Hyuna... Dónde estás?
- Despierta E, aléjate de mi.
- No... Por qué?
- No me conoces...
- Podemos conocernos ahora- acercó su mano a la mejilla de la pelirroja.
- No... -una lágrima rodó por la mejilla derecha de Hyuna.- me odiarias, soy insoportable...
- No, te amaré, te lo prometo.
- Déjame en paz- su tono se tornó siniestro.
- Hyuna...
- NO ME TOQUES- la chica se echó para atrás y sacó una navaja, lo miraba con miedo y rabia. -VETE
- Yo...
- VETE.
- Despierta joder!!!!Abrió los ojos. Estaba sudando, en su cuarto, su techo, su cama, Hui a su lado con cara de susto.
- Qué ha pas...?
- E, te has desmayado mientras buscábamos a Hyuna. Cuanto has bebido?
- No lo sé...
- Descansa, voy a por medicinas o algo. Por cierto, esto estaba en la cocina cuando te he traído, Hyuna ha estado aquí.
Dejó un trozo de papel sobre la mesita del rubio y se fue cerrando la puerta.
Había sido una pesidilla.Miró el papel.
"Te quiero, lo siento."
Qué clase de despedida era esa? No tenía la cara para decirselo en persona? Se cabreó.
"Espero que estés bien. No hagas ninguna tontería."
Joder, en realidad estaba preocupada. Pero... No, no haría nada raro, eso lo tenia claro.
Espera, una amiga? Hyuna no tenía amigas, que el supiera... Pensó en que quizás habia ido a un hotel o... No, no cogió nada de dinero. Solo se fué.
¿Cuándo había conocido a esa chica? ¿Y si había otro chico?
"Llamame si..."
- Te llamaría, pero empezaría a gritarte y acabaria llorando y suplicando por que vuelvas, y suplicar no es mi estilo.Arrugó el papel y lo tiró a una esquina del cuarto. Intentó levantarse pero le dolia demasiado la cabeza. Se metió debajo del edredón y se acurrucó abrazando una almohada. Parecía un bebé. Acabó durmiendose.
A la media hora, entró Hui con las medicinas, despertando a E.
- Arriba mocoso, te he traido medicinas.
- No quiero.-dijo E escondiendose en las sabanas.
- Tuve suficiente con mi hermana pequeña, sal y tomate esta mierda.- ordenó tirando de las sabanas.
E gruñó y se incorporó. Tomó la medicina.
- Sabria mucho mejor si me la hubiera dado Hyuna.
- Joder hermano... -susurró Hui.
- Ah no, que en realidad no la conozco, te lo puedes creer? Estúpida...
- Escucha, quizás no era por eso, recuerda que no ha tenido muy buenas experiencias y que es normal que le asuste empezar algo...
- Y lo de "Te quiero lo siento", ah sí, me quieres muchisimo y por eso te piras, bien Hyuna bien,estúpida pelirroja.-E no estaba escuchando a Hui, evidentemente.
- Vale vale chaval, relájate.
- No puedo, ni quiero.
Hui suspiró. Iba a ser imposible convencerlo de algo en ese estado.
Caminó hacia la puerta, pero paró antes de salir y se giró.
- Has leído la nota, supongo.
E se limitó a señalar con la cabeza la esquina donde había un papel arrugado y a acostarse dándole la espalda al mayor. Hui suspiró una vez más, esta vez mas fuerte, cerrando la puerta y sentándose al lado de E en la cama.
- Tío, se que te ha roto el corazón, pero nunca sabes qué siente la otra persona, aunque ella te diga "estoy bien" quien sabe qué problemas puede tener.No la insultes así a la ligera.Por cierto, una solución sería que os conocierais más, en vez de crear tanto drama.
Silencio.
- Vale, si no quieres hablar está bien, solo queria que tuvieras eso en cuenta. Descansa. O algo.
Más silencio
Hui salió del cuarto y cerró la puerta.
E se dió la vuelta y se volvió a incorporar. Miró la nota arrugada en el suelo. Se levantó y la cogió. Su cabeza dolía muchísimo y tenia mucho sueño. Apretó la nota en su mano y se metió en la cama otra vez. Abrió la nota debajo de las sábanas y se fijó en la caligrafía. Era muy bonita.
"Te quiero, lo siento"
-Yo también te quiero, pero no te entiendo. -susurró al borde de las lágrimas. Se durmió.

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Triangle [HIATUS]
FanfictionUna adolescente que trabaja en bares y mata para sobrevivir. Un camello que debe millones. Un suicida frustrado. Tres personas que tienen en común más de lo que ellos creen. Todos necesitan la compañía de alguien, y alguno que otro, un techo bajo el...