Algo iba mal.
Llevaba fantaseando días con algún momento así: E a su lado, por la noche, mirando las estrellas, no podía ser más romántico. Pero lo miró a los ojos, cogió aire y se preparó mentalmente para decir algo.
Algo iba realmente mal. Suspiró. No podia decir nada. Joder, qué era?
- Hyuna...
- Sí?
- Yo... Sé que quizás es precipitado, pero a lo mejor podríamos intentar a probar, es decir, que podriamos hacer... A ver, lo que realmente quiero decir es-
- No.Silencio. Una brisa suave, pero gélida.
Crack.
¿habéis oído eso? Sí amigos, es el corazón de E partiendose en 87 pedazos.
- N-no?- tenía miedo de preguntar
- No... En realidad... Me gustas muchísimo.
- Entonces?
- Pero
- Pero...
- No nos conocemos de nada, es decir, sí pero no lo suficiente como para tener algo serio, si es a lo que te referías.
- Sí, me refería a eso.
Más silencio. Esto iba JODIDAMENTE MAL. La incomodidad era tan real que los dos tenían ganas de llorar.
E se levantó, sobresaltando a Hyuna.
- Me voy a dormir, ha sido un día intenso.
- Estas bi-
- Sí.
No. Ni de coña iba a colar, pero se la sudó fuertemente. Bajó las escaleras y entró a la casa. Fue a su cuarto y lloró, lloró por que se sentía estúpido y dolido.
Hyuna por su parte se quedo helada, como una estatua en el tejado. Estaba bien, había hecho lo correcto, ahora debían conocerse más y listo. No, no estaba bien. Había hecho lo correcto. Sí? Y por qué dolía?Sacó las llaves de su bolsillo y abrió la puerta al casoplón que habian adquirido los tres juntos. Al entrar vió a E en el sofá, en pijama, jugando videojuegos, con dos botellas de vodka (vacias) y una pila de colillas. Ojos rojos, despeinado, encorvado y... Mierda. Habia una cuchilla reluciente en el suelo.
- Eres gilipollas? -dijo Hui dejando sus maletas en el suelo y corriendo hacia el joven. Estaba medio temblando. Parecía un niño asustado y triste. No tenía cortes.
- Tranquilo, no me he hecho nada todavía.
- Ni todavia ni nunca pedazo de mamón joder que susto hostia. Qué mierdas ha pasado? Y Hyuna?
- Se fue esta mañana.
- A dónde?
- Quien sabe.
- E dawn que pollas ha pasado.
E paró el juego. Se sentó y miró a los ojos al mayor. Le contó lo sucedido. Mientras hablaba, el dolor del rubio se podia ver claramente, hablaba arrastrado, por los restos del alcohol en su sangre, tenia los ojos llorosos, sin vida, sin el brillo característico que tenía el joven.
- Joder... Lo siento tío.
- Bienvenido a casa. - E se levantó y se dirigía al baño.
Demasiada información que procesar para Hui...
Marcó el teléfono de Hyuna en su móvil. Algo empezó a vibrar en la mesa de la cocina. Estupendo.Hyuna caminó hacia la única cafetería decente que abría los domingos. Allí estaba, tomando café y mirando a la nada, pensando "mierdamierdamierdamierda" una y otra vez. Se sentía realmente mal, ¿por qué estúpido motivo dijo eso? No podía decir sólo "Sí"? Suspiró. No, no podía, no se conocían profundamente... Aunque quizás podían hacerlo mientras salían. No podía parar de pensar en soluciones a esta mierda, pero siempre rechazaba todas. Empezaba a dolerle la cabeza.
Sacó un bloc de dibujo, su pequeño secreto. Se centró en un boceto rápido de margaritas. Los "mierda" en su cabeza fueron reemplazados por una melodía que tarareaba en voz alta, sin darse cuenta.
- Fool.
Qué? Dónde? Se giró. Una chica con el pelo realmente corto y unas gafas redondas la miraba sonriendo.
- De Winner. Baby I was a fooool~... No?-dijo la chica cantando. Qué mona.
- Oh yo... Sí. Te gusta Winner?
- Me encanta.
Sonrieron. La muchacha se sentó con Hyuna y hablaron sobre Winner, su música, el café, la vida. A la chica, (que se llamaba Jimin, dato importante) , se le ocurrió que se hicieran preguntas.
Dos horas y media, 4 cafes y un kilo aproximadamente de galletas después, ambas sabían todo de la otra. TO-DO.
- Entonces, piensas volver a casa con ese chico?
- No sé... Me da... Corte vivir allí al menos esta semana, no sé.
- Te entiendo. Dónde vives? Te llevo y recojes tus cosas.
- No conozco ningún hotel para quedarme.
- Yo sí, se llama mi casa. Es barato, solo tienes que alimentarme.
- Vaya-dijo Hyuna riendo- no voy a rechazar esa oferta.20 minutos más tarde, estaban en el coche, frente a la casa.
- No puedo entrar ahí.
- Vamos Hyuna, se que nos acabamos de conocer pero sé que puedes, por lo que me has contado, eres valiente. Has sobrevivido a mucho, entra, coge tus cosas y deja una nota si quieres.
Hyuna suspiró.
- Puedo hacerlo- abrió la puerta.
- Puedes hacerlo!!!
- NO PUEDO- dijo cerrando la puerta y haciendose una bola en su asiento.
- HYUNA SAL
Hyuna levantó la cabeza. Jimin tenia sus ojos fijos en ella, tenía un brillo extraño, parecía que realmente creía en ella. Esa sensación la reconfortó. Abrió la puerta. Se levantó. Todo lo suficientemente rapido como para no arrepentirse. Entro a la casa sin mirar, dejando la puerta abierta, cruzó el pasillo y entró en su cuarto. Jadeo. Lo habia conseguido.
Se asomó. No habia nadie? Ah, pues no.
Metió en una bolsa algo de ropa, sus cosas de baño, maquillaje, y un par de libros. Le faltaba algo. Ah sí. Abrió el cajón de su mesita y lo sacó del mueble. Abocó los tropecientos paquetes de tabaco en su bolsa. Miro satisfecha la bolsa, llena de ropa amontonada, tabaco, libros... Salió de su cuarto y saco su bloc de dibujo. Escribió una nota y la dejó en la mesa de la cocina, intercambiandola por su móvil.Para E dawn:
Me he ido a casa de una amiga una semana.
Lo siento... Espero que estés bien. No hagas ninguna tontería. Llámame si te encuentras mal o si te apetece hablar.
Te quiero, lo siento.Salió y se montó en el coche.
- Todo bien? -dijo Jimin
- Sí, no había nadie, he dejado la nota.
- Tranquila, todo irá bien. -dijo la chica acariciando el hombro de Hyuna y arrancando el coche. Puso música.
"That feeling that comes to me every night without fail, for some reason I hate it. Then I try call you again just in case you are feeling the samething as me...
I'm sentimental right now..."

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Triangle [HIATUS]
FanfictionUna adolescente que trabaja en bares y mata para sobrevivir. Un camello que debe millones. Un suicida frustrado. Tres personas que tienen en común más de lo que ellos creen. Todos necesitan la compañía de alguien, y alguno que otro, un techo bajo el...