El chico nuevo

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Ya era de mañana y el sol al fin se designo a salir de su escondite después de a ver pasado la noche, era como las 6:00 am era la hora matutina para prepararse para la jornada del día, y en cierto apartamento yacía el silencio; es como si nadie viviera en aquel lugar, de pronto un sonido escandaloso provino de una habitación del aquel sitio.

¡RIIIIIIIIIINNN! - era una alarma que se podría decir que produciría un dolor de cabeza para algunos dado que es insoportable, el reloj seguía sonando ¡y fue cuando de pronto cayó al suelo! por causa de un zapato que había sido lanzado desde la cama, un joven adormilado se incorporó de aquel lugar y se dirigió hacia el objeto tambaleándose de un lugar a otro.

Gon: mmnn ¡ya oí! por favor ya cállate-decía mientras trataba de apagar el reloj desesperadamente. -Que fastidioso eres.

Cuando al fin pudo apagar el reloj, lo dejo encima de una mesita y se dirigió al baño estando un poco adormilado, se lavó la cara y se miró al espejo por unos momentos y fue cuando reacciono.

Gon: ¡es cierto hoy es el primer día! -decía de manera entusiasmada. Salió corriendo del baño para dirigirse a la cocina y preparar su desayuno, Puso la mesa y coloco todo lo que había preparado que consistía en: harumaki, yakimeshi, onigiri y té verde.

Gon: Itadakimasu. Y comenzó a comer la comida rápidamente hasta acabársela toda. Se levantó de la mesa para luego limpiarla e ir a su cuarto para cambiarse de ropa y ponerse su uniforme que se encontraba colgado de un lado de su cama, se quitó su piyama y la puso en la cama para luego colocarse unos pantalones negros ponerse una camiseta blanca con una corbata color roja y encima un saco negro de mangas largas con orillas blancas y zapatos negros, se cepillo los dientes y tomo su portafolio para luego salir del apartamento y dirigirse a su nueva escuela.

Mientras caminaba dado que la escuela se encontraba a algunas cuadras, observaba lo que se hallaba a su alrededor era un día realmente hermoso el viento soplaba tranquilamente, el sol dejaba sentir sus cálidos rayos y las pétalos de los cerezos caían al suelo.

Gon: que día más tranquilo,-decía en bajito- me pregunto cómo será mi nueva escuela, mito san dijo que era muy difícil entrar en ella y que debía esforzarme si no...Mnnn ¬.¬ (si expresión cambio a una de miedo). Debo dar lo mejor de mí para que mito san este orgullosa -decía mientras apretaba uno de sus puños y fue a i cuando recordó algo importante-cuanto ha pasado desde la última vez que vi a mito san.

Era verdad gon se había ido de casa hace dos años dado que su tía le dijo que ya era el momento que aprendiera a cuidarse de sí mismo, cosa que a ella no le parecía pero la abuela la había logrado convencer, pero tenía que comprender que gon no siempre estaría con ellas, y que él ya estaba creciendo al igual sabia como era su sobrino. Haci que cuando gon cumplió los 12 años dejo que se fuera a vivir en la ciudad de yorkshin a cambio que estudiara en la escuela que ella había logro inscribir a su sobrino dado que era la más privilegiada y costosa de la ciudad ya que había ganado un cupón en la lotería nacional cosa que le costó mucho trabajo dado que estaba compitiendo con una señora gorda con cabello ridículo dado que no quería pagar la inscripción de su hijo, pero al final mito san gano, e incluía un pequeño apartamento cerca del lugar.

Gon: mito san nunca se ha dado por vencida sin importar que tan grande sea el reto-dijo mientras sonreía.

Mientras gon estaba distraído en sus pensamientos, a lo lejos escucho un ruido que lo hico reaccionar era un carro que venía a sus espaldas, gon se voltio y se dio cuenta que se trataba de una limosina color negro, cuando paso a su lado pudo notar a través de la ventana a una persona de cabellera blanca.

Gon: que habrá sido esa persona- se dijo a sí mismo. Es verdad debo darme prisa-y comenzó a apresurar el paso.

Cuando llego a su escuela se sorprendió de lo inmensa que era aunque a lo lejos se notaba pero no se imaginó que fuera haci.

El destino te había elegido para míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora