Amor en el aire

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Ya había anochecido y Kurapika caminaba por las calles después de haber pasado todo el día con sus amigos, que ahora eran alumbradas con trabajo; dado que los faros de luz estaban fallando y parpadeaban continuamente, cosa que no le daba mucha importancia al rubio y continuaba con su rumbo.

Kurapika: esta vez las calles están un poco más tranquilo de lo normal.-observaba de un lado a otro.

Nadie pasaba por aquel lugar ni mucho menos los carros era como si estuviera abandonado, de la nada un hombre apareció, había salido del callejón que se encontraba a unos pasos del rubio que ahora se detuvo para solo examinar al sujeto, pudo notar que era un tipo que estaba completamente vestido de negro, llevaba una boina en la cabeza del mismo color y cubría su boca con un pañuelo rojo.

Kurapika: me queda claro que sus intenciones no son buenas-pensaba, después miro detrás con cautela para ver a los otros dos hombres que también aparecieron de repente, estaban vestidos de la misma forma que el de enfrente, la única diferencia eran sus pañuelos que eran de color verde y azul.

Ladrón R: ¡Pero miren que tenemos aquí!....para ser un chico eres bastante lindo- su voz era rasposa y se acercaba a Kurapika lentamente.

Ladrón A: jajaja.... ¿qué tal si jugamos un rato con él?- lo miraba con morbo y se encontraba a unos pasos del rubio.

Ladrón V: ¡si cooperas tal vez seamos amables contigo!

Ladrón R: ¡tranquilo!....jijiji...... no te aremos daño...- yacía parado enfrente del mencionado con un cuchillo en la mano colocándolo en su pecho para rasgar su ropa y los otros a unos centímetros de su espalda.

Ladrón V: jajaja.... ¡entonces comencemos!

Kurapika: ¡ah!... pues lamento informarles que no será así... en fin.... Me alegra saber que no haiga nadie más por acá -les dijo con un tono de fastidio y mostrarle una sonrisa en forma de burla; para luego tomar la mano del sujeto de enfrente y quitarle el cuchillo con velocidad al mismo tiempo que le dio una patada en la barbilla sin moverse de su lugar, dejándolo inconsciente.

Ladrón A: ¡maldito hijo de!- no pudo terminar de decir la frase ya que el rubio había tomado impulso con su pierna derecha para luego darse media vuelta y recibir un patada directa en la cara de parte de este, dejándolo igual que su otro compañero.

Ladrón V: ¡te voy a enseñar a quedarte quieto!- saco de su bolsillo una navaja y pudo notar que los ojos de Kurapika tomaron un tono escarlata.

Kurapika: ¡quiero verlo!- le dijo en forma de burla y sacaba de su bolso dos catanas cortas, y en un movimiento rápido se posiciono detrás de este y lo golpeó en la nuca con el mango de una de sus catanas haciendo que callera al suelo.- ¡pensé que me enseñarías a quedarme quieto!.....pero bueno... creo que fui yo el que te enseño.- volvió a meter ambas armas en su bolso para luego tomarlo del suelo y colocarlo en su hombro.

Kuroro: ¡vaya eso es algo nuevo de ti que no conocía!- se encontraba apoyado en la pared de enfrente a unos cuantos metros detrás de Kurapika, tenía el pelo como solía usarlo en la escuela (hacia adelante que caía de forma natural y no tenía tatuaje en su frente solo para aclarar) vestía una camiseta de mangas largas de color rojo vino junto con unos pantalones negros y zapatos del mismo color.

Kurapika: ¡ku...ro.ro!... ¿desde cuándo estas allí?- estaba algo asustado por la aparición repentina del pelinegro.

Kuroro: honestamente ya te había visto caminando desde hace unas cuantas cuadras dado que estaba con unos amigos, así que decidí seguirte para ver a donde te dirigías, cuando al fin te pude alcanzar; ocurrió esto.-le mostraba una sonrisa divertida.

El destino te había elegido para míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora