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- ¿Te peleaste con Peter? - me preguntó Ed una vez me adentré en la carpa y yo asentí limpiando rápidamente una lágrima que caía por mi ojo, me sentía a reventar y con una infinidad de pensamientos en mi cabeza

- ¿Estás bien? - me preguntó y volví a asentir -Ven aquí- dijo mientras se acercaba a mi para limpiar unas lágrimas que salieron -Ahora deja que te cure- le dije ya más tranquila, su cercanía me daba una sensación de calidez y paz. Mojé el trapo con un poco de alcohol y lo puse en su labio, se quejó por el ardor separándose instintivamente -Quédate quieto- le dije riendo y obedeció, pero haciendo muecas de dolor un tanto graciosas.

Cuando terminé de curarlo me iba a salir de la carpa, pero sentí como su mano me sujetaba, cada vez que su piel hacía contactó conmigo sentía ese escalofrío

- ¡Espera! Quédate un poco- me pidió y me volví a sentar

-Cuéntame algo- me pidió, su mirada continuaba denotando algo de nerviosismo -Si lo que requieres es un cuentacuentos iré por Aslan- dije riendo y él también rio

-Cuéntame más de ti- me pidió viéndome directamente a los ojos, produciéndome un cosquilleo que viajo hasta mis dedos - ¿Cómo qué? - le pregunté desviando la mirada nerviosamente

-Dijiste que me explicarías qué es un guardián-

-Está bien- dije acomodándome antes de darle la mejor explicación que pude, bastante parecida a la que le día Peter la otra noche

- ¿Si entendiste? - le pregunté porque pude ver un rastro de duda en su cara

-Sí, solo que entonces tienes alrededor de mil años- soltó sorprendido

-Algo así ¿Y tú? - rasque mi nuca mientras reía

-Quince años- contestó

- ¿Cómo fue? Estar allá- solté la pregunta con un poco de duda, él se quedó pensando un momento

-Ed no es necesario que me di...-

-Frío- me interrumpió -Yo estaba en una celda pegada a la entrada, Norte estaba frente a mí y el fauno...- iba a continuar, pero lo detuve

- ¿Viste al Sr. Tummus? ¿Cómo está? - le pregunté con un vuelco a mi corazón y esperanza en mis ojos

-Él se encontraba dos celdas más al fondo de donde estaba así que al salir no pude verlo- me dijo desviando los ojos, como si ocultara algo, decidí no interrogarlo más acerca de eso, quería mantener esa esperanza intacta en mi

-Y la herida ¿Qué pasó? -

-Seguíamos a los lobos en su carruaje, cuando Me llegó con un zorro atrapado del lomo entre sus dientes- no tenía dudas de que el zorro era el mismo que nos había ayudado a escapar

-Él no quiso decir hacia donde se dirigían, yo intervine, pero...- si voz se fue apagando -Usó su lanza- completé la frase y el solo asintió

-Entonces me intente interponer, pero me golpeo- terminó de explicar

-Eres valiente Ed- le dije haciendo que me volviera a mirar

- ¿En serio? - note confusión en su rostro

-Veamos, en un lugar desconocido decides por tu propia cuenta ir con una persona que apenas conoces sin dudarlo-

-Eso suena un poco más irresponsable que valiente- dijo lanzándome una mirada burlona

-También eso- reí

-En realidad, pensé que así Peter al fin me respetaría, además de que había prometido hacerme rey- dijo; podía entenderlo, era su oportunidad de hacerles notar que él también valía

-Te entiendo, lo mismo me sucede con Sur, aunque en cierta forma seamos iguales, a los ojos de los demás ella, es más, más amable, más linda, más estudiada, más correcta- dije un poco seria

-Ya veo... Yo no creo que sea mejor que tu- me dijo tomando mi mano a lo que yo sonreí

-Claro que no piensas eso, ni siquiera la conoces- dije riendo

-Ya lo sé, pero Norte me contó varias cosas- dijo y yo lo mire confundida pero curiosa

- ¿Qué te dijo? -

-Me dijo que ella siempre era considerada la belleza narniana, y era más preferida por quedarse en cair Paravel a tomar decisiones mientras que tú preferías irte a tu lado a vigilar en persona- lo dijo como si estuviera apenado

-Ya, tiene razón-

-No es cierto, eres igual de linda y si, Norte me contó que tienes pésima puntería pero que nadie te gana con la espada- me dijo y yo sonreí

-Seguro que fue una tortura tener a Norte de compañero de celda- reí

-jajaja, sus canciones me animaban, aunque siempre que cantaba, me lo castigaba, pero eso no lo detenía- rio; no me sorprendía viniendo de Norte

-Eso explica todas las mordidas, ¿Qué canción cantaba? - hace años, entre los cuatro habíamos creado una pequeña canción para pasar el rato

-Iba algo así...- empezó a tararear una dulce y tierna melodía, justo como la que solíamos silbar a la orilla de la playa cuando los cuatro necesitábamos despejarnos; cerré los ojos y me mecí al compás de la voz, extrañando la sensación de la arena bajo mis pies y el olor a mar en mis pulmones

-La extrañas- soltó; sacándome de mi ilusión -A la antigua Narnia- recalcó

-Demasiado- suspire mirando al techo de la carpa, como si pudiera ver las estrellas a través de esta

-La recuperaremos, te lo juro- puso su mano encima de la mía, nos miramos fijamente a los ojos, había una seguridad y una fiereza en ellos que me llamaban, como si los hubiera visto desde hace años

- ¡Tengo una idea! Que te parece si te ayudo a entrenar con la espada, así serás mejor que Pet en algo- dije emocionada

- ¡Claro! Pero empezamos mañana ¿Está bien?, es que ahora estoy... Muy... Cansado- dijo y poco a poco se fue recostando para después cerrar sus ojos y quedar totalmente dormido. Salí de su carpa hacia la mía, mis hermanos ya no estaban ahí así que me acosté en mi pequeña cama y dormí, dormí lo más relajada que había dormido en bastante tiempo.

LATIDO/ El león, la bruja, la profecía y los guardianes (LCN#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora