CAPÍTULO 2

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Blaine se despertó a la mañana siguiente aun cansado. No había dormido bien. No pudo quedarse dormido y cuando lo logró, su sueño fue inquieto y extraño.

En algún momento cuando estaba en la cama, habría jurado que escuchó a alguien más en la casa. Eso lo asustó. Pero ahora que el cálido sol entraba por su ventana, sus temores nocturnos le parecieron infantiles.

Se levantó y se estiro, dejando que el sol calentara su rostro. Ahora necesitaba un plan de acción. ¿En cuál habitación comenzaba primero a desempacar?... En realidad, lo primero que necesitaba era café. Tal vez estaba dejando el plan de exploración para cuando terminara completamente de desempacar, pero el buscar un local de café era el primer punto en su lista de tareas pendientes.

Blaine camino por el pasillo hacia el cuarto de baño, apenas noto el débil olor a rosas en el aire, pero no le dio mucha importancia. Abrió una de sus cajas, marcada con la leyenda "cosas importante de baño", y encontró lo que necesitaba para ducharse y arreglar su cabello.

Estaba un poco molesto por el hecho de haber dormido aun con sabanas sucias, a pesar de que ayer había sido un día largo. Después de haberse duchado y de haber arreglado su cabello con un poco de gel, se puso un par de jeans ajustados, zapatos náuticos, una camisa blanca y un suéter gris a rayas oscuras.

Blaine se sentía bien a pesar de su falta de sueño. Caminaba hacia el aire fresco y el sol de San Francisco.

Sabía que probablemente debería buscar tiendas de café desde su teléfono, pero se sentía un poco más explorador. Camino por la calle, todas las casas de la ciudad se veían de época, hasta que llego a la parte más comercial del barrio. Blaine ni siquiera se había puesto a pensar en cuanto tardaría, pero por suerte termino frente a una pequeña tienda llamada "Sugar & Spice". Parecía ser que ahí servían pastas, productos horneados y café. Perfecto.

La campana de plata que estaba encima de la puerta sonó cuando el entro, ahí fue rodeando inmediatamente por el olor del azúcar y el café. Había unos cuantos clientes sentados en sillas frente a la barra y otros más en las mesas bebiendo café y mordisqueando su desayuno.

Blaine se acercó al hombre que estaba detrás del mostrador y le dedico una de sus sonrisas deslumbrantes.

— ¡Buenos días!, quiero un goteo medio y... —Blaine miro hacia la pizarra donde estaba la lista de comida— No sé qué ordenar. ¿Tú que sugieres?

El hombre detrás del mostrador se veía un poco más joven que Blaine, probablemente todavía estaba en la universidad. Tenía cabello castaño oscuro y unos brillantes ojos del mismo color. Le dedico una sonrisa a Blaine y se inclinó hacia adelante. No había nadie más en la fila, por lo que parecía que iba a pasar un rato hablando con Blaine.

— Eso depende, —dijo dándole un pequeño giño— ¿Qué clase de mañana estas teniendo, señor goteo medio?

Si, a Blaine le gustaba ese lugar— Mmmm, una adormilada, —Respondió— Me acabo de mudar a esta calle y necesitaba un poco de café antes de comenzar el día para desempacar.

El hombre le echó un vistazo a la tienda— Bueno, entonces te recomiendo el panquecito de arándanos, es un alimento básico y además tiene relleno, sería una muy buena manera de comenzar el día.

— ¡Genial!, entonces voy a pedir uno... James, —Dijo Blaine mientras miraba el gafete del hombre.

— ¿Y para quien es la orden? —Pregunto James.

— Mi nombre es Blaine, —dijo para después estrechar su mano.

James la tomo con una sonrisa— Encantado de conocerte, Blaine.

— ¡La casa invita!..., —dijo James antes de que Blaine sacara su billetera— Descuento-para-el-adorable-primer-cliente-que-se-acaba-de-mudar-al-vecindario.

Blaine le dio otra de sus hermosas sonrisas, antes de responder— Gracias.

James parecía querer continuar aquella charla con Blaine, aun mientras estaba sirviendo su café— Entonces, ¿A qué parte del barrio te has mudado?

— Oh, estoy en la casa azul victoriana de la calle, —Respondió Blaine— Aunque, supongo que esa descripción podría aplicarse a más de una de las casas de por aquí.

James puso el café y el panquecito frente a Blaine mientras le dedicaba una mirada divertida— ¿Es acaso la casa azul pálido de la calle Jefferson?, ¿La que ha estado vacía durante años?

— ¡Esa es la casa! —Dijo Blaine mientras reía— ¿Acaso vas a venir a espiarme? —Dijo inclinándose hacia adelante, sonriendo mientras miraba a James a los ojos.

James lo miró, aturdido por un momento. Sus mejillas ganando un poco de color— N-no es precisamente eso. Hay algo malo en esa casa.

— Nada que yo te pueda decir, —Dijo Blaine regresando a su lugar— Esta preciosa y bien cuidada.

— Si, pero...pero, ¿tú no... tú no sabes de eso?

— ¿Qué esta embrujada?, Si, lo sé y no me molesta, —Respondió Blaine dando por terminado ese tema— Yo no creo en ese tipo de cosas— Blaine estaba sorprendido por la reputación de su nueva casa, tenía que aceptarlo.

— No es solo eso, —dijo James— No creo que yo podría vivir en una casa donde algo como eso pasó...

— ¿Cómo eso?, ¿Qué fue lo que paso?

— ¡Oh dios! —James se encogió de hombros— Estoy siendo tan grosero contigo. Te acabas de mudar a esa casa y de verdad no quieres escuchar estas cosas. Lo siento tanto... Debería de darte la bienvenida al vecindario, así que '¡Bienvenido al vecindario! —James dijo entre balbuceos y dándole a Blaine una sonrisa un poco cursi.

Blaine sabía que probablemente debería dejar pasar todo eso, pero tenía la extraña necesidad de saber que había sido lo que paso en su casa— Gracias James, en verdad te lo agradezco, pero me encanta tener un poco de buen chisme... así que dámelo. ¿Qué fue lo que paso en mi casa?

Parecía que James había perdido todas sus reservas, así que sin más se inclinó otra vez hacia adelante y en voz baja y cómplice dijo— Hace algunos años, cuando yo estaba en la escuela secundaria, personas murieron allí.

Blaine se rio entre dientes— Claro, pero es una casa muy vieja. Apuesto a que muchas personas han muerto ahí.

— ¡No de esa manera! Hubo un asesinato y un suicidio. Al parecer fue bastante brutal. Unos meses después de que ocurriera, una pareja joven se mudó a esa casa, pero se fueron tan solo una semana después diciendo que ese lugar estaba embrujado. Estaban muy asustados y nadie ha vivido ahí desde entonces, —Termino de contar James, simulando una voz espeluznante como si estuviera contando una historia de fantasmas.

— Será hasta que me mudé yo, —Dijo Blaine.

— Si, hasta que te mudaste tú.

Blaine tomo su café y su panquecito de arándanos— Es interesante. Aunque aún no estoy preocupado.

— Bueno, —James sonrió— No me gustaría que te fueras tan rápido del barrio. Aunque tienes que mantenerme actualizado con lo que pasa en esa casa, Blaine. Me encantan las historias de fantasmas, —Dijo mientras le guiñaba un ojo.

Blaine se rio muy natural otra vez— ¡Lo haré! —dijo.

Blaine pasó el resto del día escuchando música, desempacando cajas y bailando alrededor de su nuevo hogar. Después de ordenar un poco más decidió que realmente necesitaba hacer algunas compras de comestibles, aunque no estaba pensando hacerlo ese día. Hizo unas llamadas; A sus padres, Cooper y Wes, todos preguntándole si le gustaba su nuevo hogar y preguntando cuando podían hacer una visita. Con todo eso, fue un gran día para Blaine, muy productivo.

En el momento en el que se había puesto sus pantalones de pijama y una camiseta, ya había olvidado de todo lo relacionado a los ruidos extraños que había escuchado la noche anterior y al asesinato y suicidio del que James le había hablado. Se deslizo bajo las sabanas sintiéndose fresco y, pronto le gano el sueño.

CONTINUARÁ...

The Ghost Of YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora