CAPÍTULO 7

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A la mañana siguiente Blaine se levantó de la cama, se duchó, se peinó muy bien y paso una gran cantidad de tiempo eligiendo su atuendo del día. Se estaría mintiendo si el dijera que no lo estaba haciendo debido a Kurt.

Al final eligió un par de zapatos Oxford, jeans negros, un suéter a rayas blanco y negro y una camisa color vino debajo.

Blaine aun sentía una pesada culpabilidad en el estómago, aunque también tenía unas ganas enormes de ver a Kurt de nuevo. Ese último pensamiento le sorprendió y asustó a la vez.

Bajo las escaleras pero no había nadie ahí. Así que comenzó a preparar el desayuno. Hizo huevos fritos, pan tostado y café. Comió y limpio todo pero Kurt nunca llego. Blaine comenzó a inquietarse, Kurt le había dicho que hablarían de nuevo... pero no tenía idea de cuándo o de en qué momentos Kurt estaba o no en la casa.

Por lo general, cuando Blaine se sentía tenso gustaba de tocar el piano, pero no tenía ganas de subir las escaleras hasta la habitación. En su lugar, decidió que tenía que salir de la casa por un rato, estaba llegando a la puerta cuando escuchó la voz de Kurt.

— ¿A dónde vas?

Blaine sonrió, sintiendo como el alivio lo llenaba, soltó la perilla de la puerta y se dio vuelta— Solo voy a dar un paseo. ¿Quieres venir conmigo? —Blaine no podía recuperar las palabras que había dicho, pero sabía que había dicho algo incorrecto al mirar como la cara de Kurt había decaído.

— En realidad no puedo salir de la casa, Blaine. Confía en mí, ya lo he intentado.

— Yo... dios, soy un completo idiota. Lo siento mucho. Solo... lo olvidé.

Kurt lo miró de manera brusca— ¿Se te olvido que soy un fantasma? ¿Se te olvido que estoy muerto?

— Bueno, sí. ¿Tal vez un poco? —Blaine respondió frotándose de manera nerviosa la parte trasera del cuello.

El rostro de Kurt se suavizó ante la respuesta de Blaine— Eso es algo muy agradable.

— Así que si no puedes salir de aquí, ¿A dónde vas? ¿Qué haces cuando no estás aquí?

— Siempre estoy aquí, ya sabes, alrededor.

— Entonces, ¿Cuándo no puedo verte todavía estas aquí... mirándome? —Blaine preguntó con una ligera sonrisa.

— ¡Que! ¡No!, No hago eso, no lo hago. Solo estoy alrededor, no es lo que piensas.

Blaine rio ante la respuesta de Kurt. Dio un paso adelante, levantando las manos queriéndolas colocar sobre los hombros de Kurt, pero recordando que no podía hacerlo así que las regreso a su lugar— Solo estaba bromeando. No entres en pánico, Kurt.

— Es solo que por fin tengo a alguien aquí, y parece que no te asusto. Y no has tenido un ataque cerebral o algo. No quiero asustarte y que te vayas.

— No me voy a ir y no me asustas. Y si fuese el caso, ese ataque cerebral lo hubiese tenido hace mucho tiempo.

— ¿En serio?

— En serio.

Ambos estaban de pie, mirándose torpemente el uno al otro antes de que Blaine rompiera el silencio— Así que... ya no voy a salir. ¿Qué tal si nos quedamos y hablamos? Tengo algunas preguntas.

— Claro, —Kurt se elevó un poco y levanto la barbilla como si estuviese cuestionándose algo— Tienes algunas preguntas.

— ¿Quieres ir a la cocina? Me vendría bien un poco más de café.

The Ghost Of YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora