CAPÍTULO 3

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Blaine despertó y giro hacia su mesita de noche para ver que hora era. Gimió de frustración al ver que el reloj apenas marcaba la 1 de la mañana. Aun no estaba seguro de que era lo que lo había despertado, pero al pasar de los minutos y a pesar de lo cansado que estaba, se dio cuenta que no podía volver a dormir. Era muy frustrante.

Tenía sed, pero siguió dormitando un poco hasta que se dio cuenta que estaba soñando con que se tomaba un vaso con agua. Eso solo hizo que despertara más sediento. Al final, lentamente se levantó de la cama y camino hacia el baño. Bien podía ir a la cocina y coger un vaso, pero en su estado de sueño parecía muy lejos ese lugar.

Tropezó al llegar al baño y se sacudió un poco los rizos desordenados. Dejo la luz apagada cuando se inclinó al lavabo y bebió un poco de agua del grifo desde sus manos. Se limpió la boca con la manga de su camiseta y emprendió el viaje de regreso a su dormitorio, donde en el camino tuvo que pasar por su sala de música. Olía a rosas. Se detuvo frente a la puerta a escuchar, ¿acaso algo estaba haciendo ruido dentro de esa habitación vacía?

De la parte baja de la puerta se podía ver una luz suave, el pulso de Blaine se aceleró y se maldijo mentalmente cuando se dio cuenta que no tenía idea de donde estaba su bate de béisbol, justo ahora que tal vez necesitaba defenderse y no podía recordar donde estaba. Blaine enderezó los hombros y lentamente abrió la puerta provocando un leve chirrido, asomó la cabeza por la puerta y miro a la parte contraria de dónde provenía esa luz dentro de la habitación.

Pronto sus ojos se acostumbraron, después se abrieron como platos mientras escaneaba lo que ahora era su sala de música. Había velas encendidas por toda la habitación, entre los marcos de las ventanas, en el piso, brillaban sin embargo era una luz cálida. Había fuego en la chimenea, a pesar del calor que hacia afuera. Las llamas parpadeabas, y danzaban sombras extrañas en las paredes, a través del piano y entre toda la enorme cama con cuatro postes que estaba en medio de la habitación.

Esperen... ¿Qué?

Blaine entro completamente a la habitación y cerró la puerta tras de sí. No sabía por qué sentía la necesidad de estarse quiero y tranquilo mientras avanzaba. Se sentía una extraña tranquilidad y calor dentro de la habitación. Se froto los ojos y parpadeo un par de veces antes de mirar hacia la misteriosa cama. ¡¿Qué demonios?!

Ahí fue cuando se dio cuenta que no estaba solo.

Había personas en la cama. Blaine se alejó inmediatamente sintiendo una oleada de miedo, sin embargo no se dio cuenta que se había movido hacia adelante. Su espalda chocó contra la pared mientras el miraba fijamente lo que había delante de él. Dos hombres estaban en su cama, desnudos y retorciéndose uno con el otro. Uno de ellos tenía la espalda extendida sobre las suaves sabanas. Tenía la piel pálida y perfecta, las piernas enganchadas por encima de las piernas del otro hombre, se le veía dando patadas contra la cama. Blaine no podía ver su rostro, pero su cuerpo era hermoso, era como estar mirando piel de porcelana, muslos tonificados, era algo precioso entre la suave luz de las velas.

A caballo entre ese adonis estaba una delgada figura alta, de cabello claro y con una suave y fuerte espalda. Estaba sentado, con las piernas a cada lado del cuerpo pálido que estaba debajo de él. Blaine podía ver como el hombre sostenía las manos del otro hombre por encima de su cabeza y pegadas a la cama. El hombre estaba de espaldas a él, por lo que Blaine tampoco pudo ver su cara.

Sin embargo, no necesitaba ser un genio para saber lo que estos dos hombres estaban haciendo. El hombre de encima tenía su miembro enterrado dentro de su amante y se balanceaba de atrás a adelante a la vez que el otro hombre se retorcía debajo de él.

The Ghost Of YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora