Nicolás

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Me despierto y me levanto para ir al baño, cosa que no logro porque sigo mareado. Eso me recuerda lo que pasó anoche; ella en la cocina, ella ayudándome a caminar, ella levantándome el ánimo, ella, ella, ella...

¡MI PRINCESA!

Yo le dije eso... el problema no fue que le haya dicho princesa sino que la haya llamado mía ¿Cómo se lo habrá tomado?

"Buenas noches mi príncipe"

Mi príncipe... ¡Dios que bien suenan esas palabras saliendo de su boca! ¡Y dirigidas a mí obviamente! ¿Pero qué digo? Seguramente lo dijo para complacerme porque tenía fiebre... ¿Pero por qué me deberían complacer esas palabras provenientes de ella...? Ojala no piense otra cosa, no sé de donde salió el "mi"

'A veces el inconsciente se abre paso a través de la conciencia porque ya no aguanta más estar encerrado'

'¿Me estás diciendo que en el fondo yo QUERÍA decirle mía?'

'Ah, no sé... eso lo dijiste vos...'

¿Quería? No, eso es imposible, la conocí hace menos de un mes 'Y no dejaste de pensar en ella en ningún momento' además es mi hermana ahora 'Legalmente hablando, no comparten ADN'

-¡Arriba mosquetero!- no alcanzo a reaccionar que ya tengo a Félix arriba mío

-No molestes, dejame tranquilo un poco mas...- digo agotado- ¡¡Bajate de arriba mío!!

-Uhh, de qué humor amanecimos hoy...- dice el ave y por fin se baja

-De ningún humor, anoche estaba volando de fiebre y hoy me despierto con un grito en la oreja. No sé vos, pero hasta dónde yo sé, cualquier persona cuerda que pase por esta situación va a reaccionar de esta manera... pero claro, vos no sos una persona muy "cuerda" que digamos...

-Che que soy tu hermano y tenemos los mismos genes- exclama haciéndose el ofendido- pero en serio, despega eso a lo que le llamás culo de la cama y vestite que tu damisela ya está abajo desayunando...

-¿Y viniste a interrumpir mi sueño porque Manuela es una persona normal que desayuna a la mañana?- digo desde el baño sin entender

-Yo nunca nombre a Manuela, vos entendiste que me refería a ella con "tu damisela"- dice mientras me alcanza ropa

-Y entonces te referías a...

-No, me refería a ella, pero... ahora que lo pienso no me debería haber sorprendido que hayas pensado en ella

-No sé de qué hablás, pero anda a esperarme al pasillo que ya salgo

Termino de ducharme y me lavo los dientes para luego ponerme una bermuda de jean, una camiseta mangas cortas y zapatillas bajitas. Salgo de mi habitación y voy bromeando con mi hermano hasta el comedor. En serio deberíamos tener un ascensor...

Tal cual dijo mi hermano, mi hermanastra (todavía no me acostumbro a esa palabra y creo que nunca lo haré) estaba sentada en la mesa junto a su padre, mi madre, Elena y Ciro.

El desayuno pasa sin ninguna conversación memorable y pierdo la mañana entre papeles. Luego del almuerzo voy al gimnasio y, más tarde, a correr por el territorio.

Si hay algo que me encanta es hacer ejercicio o cualquier tipo de deporte, más si es al aire libre o con el ave. Realmente extrañé a mi hermano estos años que estuve lejos, de chicos éramos inseparables (hasta nos acompañábamos al baño, sí, como las chicas). Es una de las personas que más me conoce si es que no es la que más lo hace; eso a veces era malo porque sabía si me pasaba algo o si le estaba mintiendo, pero yo también lo conozco a él asique supongo que es mutua la cosa...

-Parece que el cambio de horario te hizo más lento-dice Félix poniéndose a trotar para atrás en frente mío –es eso o te estás poniendo más viejo

-O puede ser que solo esté yendo más lento porque mi cabeza va más rápido

-Te entiendo, es raro que haya personas nuevas viviendo en casa- empieza a correr a mi lado- Pero por suerte son buena gente; estuve hablando con Rodrigo y se podría decir que nunca me reí tanto en mi vida con una persona mayor.

-Sí, se nota que es un buen tipo...

-Y Manuela también –con ese comentario me giro a verlo –Siempre quise tener a una chica de mi edad en el palacio y creo que es por eso que vamos a llegar a ser buenos amigos. Aunque no puedo decir lo mismo de vos...

-¿A qué te referís?- pregunto

-Cuando la mirás lo hacés con dulzura, con cariño, pero no con el tipo de cariño que le tenés a Elenita

-Mejor dejamos de hablar de ella... ¿Carrera hasta la entrada?

-Okey... pero no sé para qué si ya sabemos quién va a ganar...- y el guacho empieza a correr sin siquiera avisarme. Tal como en los viejos tiempos.

Pasé el resto de la tarde poniéndome al día con mi hermano mientras nos ejercitábamos. Cuando se hizo tarde, cada uno se fue a su habitación a bañarse para luego ir a cenar.

Con cada día que pasa nos parecemos más a una familia común y corriente. Aunque también, cada día hace que mis sentimientos por Manuela crezcan, al igual que se intensifican las miradas de desprecio que mi madre le dirige...

Amor RealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora