Epílogo

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Manuela

-¿Qué hacés amor?- dice Nico abrazándome por la espalda

-Estoy viendo las fotos de la boda- digo con una sonrisa plasmada en mi rostro

-El mejor día de mi vida- dice y me da un beso en el cuello

Les cuento, como ya todos saben, hace un año Nico me propuso matrimonio y la boda se llevó a cabo una semana atrás. Creo que nunca estuve más nerviosa en toda mi vida. Todo ocurrió en el mediodía del sábado pasado, en el mismo lugar en el que se casaron mi padre y Amparo. Estaban todos nuestros amigos, hasta Ámbi y Lu estuvieron presentes como invitados, además, se encontraban presentes las demás familias reales del mundo. Me casé con un vestido de encaje blanco pegado al cuerpo y Nico con un traje también blanco.

Mi papá me llevó hasta el altar, donde estaba el resto de la familia. Los peques nos dieron los anillos y, luego del largo verso sobre el amor y no sé qué otra cosa más (no me culpen, como ya dije, estaba muy nerviosa) llegó el tan esperado "Sí, quiero" (si esperaban un drama en el cual uno de los novios decía que no, se equivocaron de historia).

Hubo una gran celebración, pero solo estuve presente en la primera mitad, después, mi ahora esposo, me llevó al cuarto principal, que es ahora nuestro ya que nuestros padres ya no viven en el palacio, y bueno, solo les voy a decir que estoy segura de que ninguno de ustedes tuvo o va a tener una noche de bodas como esa.

En este año me preparé para reinar. Yo creía que iba a ser más sencillo, después de todo, estuve ayudando a Nico con su trabajo desde que es rey, pero no. Tengo un escritorio junto al suyo lleno de papeles esperando por mí. No creo que pueda disfrutar mucho mis primeros días como "su majestad"...

-Sos lerda tortuguita- dice mi marido desde la puerta del cuarto

-Te recuerdo que es mi cumpleaños querido- le digo mientras termino de abrocharme los zapatos

-Eso no significa que podés llegar tarde a tu coronación bonita- se acerca y me ajusta el último brochecito

-Echale la culpa a este vestido, no a mí

Hay prácticamente una ley que dice que tengo que usar un gran vestido azul con falda estilo princesa (bien pomposa), lo que es irónico ya que es la coronación de una reina pero bueno, yo no hago las leyes, todavía. Todos los adornos, tanto los del pelo, como los de mis manos y hasta los zapatos, tienen que ser dorados. No me quejo igual, son muy lindos.

-¿Lista?- dice Nico estirando un brazo

-Creo que nadie está listo para esto- digo y acepto su brazo, él va vestido como el día de su coronación

Avanzamos por los pasillos hasta que llegamos al patio, justo al lugar donde, poco más de un año atrás, Nico se convirtió en rey. Todo está tal cual lo estuvo la otra vez, pero ahora, hay dos tronos. Caminamos por el pasillo que deja la gente (los flashes de las cámaras me están cegando...) y nos detenemos frente a los dos sillones, luego nos giramos hacia donde se encuentran las personas.

-¿Juras- empieza Nico ya que es el rey- proteger y defender la nación, anteponiendo su seguridad y prosperidad ante tu propia vida si es necesario?

-Sí, juro- respondo y él cubre mis hombros con la capa

-¿Juras gobernar con honor, solemnidad y honestidad, hasta el momento en el que el mayor de tus hijos tome el poder?- sigue

-Sí, juro- y me entrega el cetro real

-¿Juras tener siempre presente, como base de toda toma de decisiones y juicios, la Constitución Nacional?

-Sí, juro- por último, coloca la gran tiara real, que está hecha enteramente de brillos dorados, sobre mi cabeza

-¡Larga vida a la Reina Manuela Sosa de Baldcher!- exclama Nicolás, luego caminamos de la mano hasta los tronos y nos sentamos uno en cada uno, uno al lado del otro, como va a ser para toda la vida

-¡Larga vida a la Reina!

Amor RealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora