Capítulo 2.

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Oí una voz dentro de mi cabeza, esta decía: no te asustes, solo quiero hablar. Era una voz grabe pero no daba miedo sino que tranquilizaba. ¿Me estaba volviendo loca?

Me moví hacia mi habitación y cuando llegamos vi a un chico sentado en el suelo y apoyado en la pared. Era alto, pero no más que Ángel y Zeev, parecía de mi edad, tenia el pelo castaño al igual que los ojos.

Mi cuerpo cerro la puerta de la habitación y volví a sentir mi cuerpo otra vez mío.

En eso el chico se levantó y yo me quedé quieta, esperando respuestas.

-¿Quién eres?- pregunté

-Que directa, me asombras. Me llamo Aluhe y soy tu nuevo vecino.

Vale, mi nuevo vecino es un alien. Esto va a ser divertido, pensé.

-¿Qué haces aquí?- pregunté- ¿Eres consciente de que esta no es tu casa, no?

-Obviamente, y ese- dijo señalándome- no es mi cuerpo.

- ¿Qué quieres decir con eso?

Era curioso porque no tenía miedo.

-Que te he controlado. Ese mi poder, es raro lo sé.

Asentí, ¿cómo que su poder?

-Pues veras, me he enterado de lo que significa tu nombre y que hoy es tu santo y cumpleaños.

¿El significado de mi nombre? Si no me equivoco mi nombre era de origen irlandés y significaba fuego.

-Así es y resulta que lo estaba celebrando con mis amigos y tú, que yo sepa, no estas invitado.

El chico, Aluhe, se quedó mirándome sin saber que decir y con cara de sorpresa y diversión. Quería parecer tranquilo pero sus ojos no dejaban de moverse.

-Vaya, no esperaba esa respuesta. Supongo que quieres respuestas sobre lo que ha pasado.

-Así es.

No sabía porque era tan antipática con el chico. Aunque pensándolo bien, se había colado en mi casa y había controlado mi cuerpo no sabía cómo ni por qué.

-Está bien, primero que todo a los prunes, que son personas como nosotros con poderes, existimos desde la creación del cristianismo y desde entonces hemos sido perseguidos, usados como armas o asesinados- dijo Aluhe.

-Espera, espera ¿cómo que personas como nosotros?

-Sí, tú y tus amigos, creo, sois como yo.

-No tengo poderes y mis amigos tampoco. Lo habría notado.

No dudaba de la existencia de personas con poderes ya que tenía a una delante de mis narices, pero era estúpido el hecho de que mis amigos y yo tuviéramos.

-Yo creo que no, los poderes aparecen a los pocos días de cumplir los dieciocho. Aunque somos muy pocos que los tienen y hay que tener una característica muy especial para ello.

Estaba cada vez más intrigada ¿podría ser que realmente tuviera poderes?

-¿El qué?- pregunté con cierta duda.

-Debes estar muerta- dijo Aluhe con una siniestra sonrisa.

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