Capítulo 4.

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-Bueno, bueno. Te recuerdo que no estoy totalmente seguro de lo que podrías hacer.
Me quedé callada pensando en si tendría poderes y si los tenía, cuales serian. Cuando de repente Aluhe fue a salir por la ventana.
-¡¿Pero que haces?!- dije escandalizada.
-Me voy pero no te preocupes, llamitas, en nada nos vamos a volver a ver.
Y se fue. Unos minutos después bajé con mis amigos. Con todo el jaleo de los poderes me había olvidado de ellos.
-¿Dónde habías ido, Ena?- preguntó Irina- Tus padres se han ido a una cena, nos han dicho que te lo dijéramos.
¿Ya era tan tarde? Miré el móvil y vi que eran las 20:24h. Había pasado el tiempo volando.
-Lo siento chicos, me lie haciendo unas cosas por arriba y no me di cuenta de lo tarde que era. Por cierto ¿queréis quedaros a dormir aquí? Ya que es sábado aprovechamos.
Zeev asintió igual que Élfida.
Por mi bien- dijo Ángel.
-Yo tengo que hablar con mis padres primero, no sé si mañana tengo que ir al bar- comentó Irina y se fue a llamarlos.
Irina trabajaba con sus padres en el bar familiar y cuando no estaba en clase o estudiando, estaba en el bar.
Esperamos a que volviera y de repente alguien tocó el timbre.
-VOY- grité.
Abrí y era Aluhe.
-¿Quién es, Ena?-preguntó Zeev que apareció detrás de mi.
-Hola, me llamo Aluhe- dijo dándome la mano- soy tu nuevo vecino.
Me quedé mirándolo sin saber que hacia y que debería hacer yo. Zeev vio que algo me pasaba y entonces le estrechó la mano.

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