Capítulo 8.

16 3 0
                                    

Por fin llegamos a su casa, parecía que estaba vacía; aunque no se podía saber sin entrar y como Aluhe no me invitó a pasar le di las buenas noches y me fui.
Pero antes de que saliera del portal me llamó y me dijo algo que en ese momento no tenia sentido; como no me quiso decir nada más, no le di mas importancia y esa vez si que me fui.
Cuando volví a casa mis amigos estaban viendo “El diario de Noa” nuestra película ñoña preferida.
Estaban en el sofá grande Irina y Élfida estiradas y los chicos en el suelo con cojines.
-¿Pero que hacéis viendo "El diario de Noa" sin mi?
-Como tardabas decidimos verla- dijo Zeev de un modo un poco antipático incluso hasta para él.
-Eso no es verdad, tu la has puesto sin avisar- repuso Élfida.
Así que Zeev estaba enfadado conmigo.
-Zeev, ven a ayudarme con las palomitas- le dije.
Cuando Zeev estaba molesto por algo no servía de nada repechárselo, solo tenias que sentarte y hablar con él durante un rato. También tenía que pensar en que demonios le pasaba, aunque me hacía una idea. Creía que le íbamos a cambiar por Aluhe.
Cuando le iba a decir por fin que no tuviera miedo de que lo cambiáramos por Aluhe alguien tocó el timbre.
-¡Voy!- gritó Ángel.
-¿Esperas a alguien?- me preguntó Zeev.
-No y es raro que mis padres hayan vuelto ya- comenté distraída.
-Zeev, Ena ¿podéis salir?- dijo Irina con urgencia.
Dejamos lo que estábamos haciendo y fuimos tras ella.

NombresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora