¿Como acabé así? (Stuckony) (Pausada)

Esto es amor

Os acordáis que os dije que la mañana anterior no había sido precisamente agradable, pues la de este día se podría considerar una guerra fría donde la tensión se podía cortar con un cuchillo y donde todas las miradas recelosas e incluso llenas de reproche iban hacia una sola persona, Steve. Tony no había aparecido para desayunar y todos quisieron saber por qué, así que Rhodry contó todo lo sucedido en el taller la noche anterior.

-Eres tonto –Espetó Buck .- Te han dicho mil veces como debes acércate a él y tú vas y te saltas todas las directrices para enfrentarlo de frente.

Todos en el comedor permanecieron en silencio atentos a las palabras del frio soldado. Steve observaba impresionado a su amigo, era la primera vez en muchos años que escuchaba al verdadero James Buchanan Barnes regañarle. Bucky intuyó los desviados pensamientos de su amigo y suspiró resignado.

-Steve, esto no es típico de ti, tu eres el estratega que siempre acierta y dirige el equipo, y lo que estás haciendo con Tony es un ataque suicida que va a acabar muy mal. –Respiró hondo preparándose mentalmente, iba a decírselo, iba a entregarle a Tony, pero no se lo iba a dar tan fácil.- El siente algo por ti, si no fuera así no le provocarías esos ataques.

Esta vez sí, todos los de la sala miraron ojiplaticos al moreno que permanecía impasible en su asiento con su mirada fija en el rubio.

-¿Qué? –Fue lo máximo que pudo balbucear el desconcertado capitán.

-No te lo voy a repetir Steve, si no cuidas tus próximos movimientos... Yo me quedaré con él y lo cuidaré como se merece.

James se levantó e ignorando la cara de sorpresa de todos los presentes se dirigió a la puerta, pero antes de poder tan siquiera llegar al marco de esta, Steve lo alcanzó, placándolo y tirándolo al suelo, acabando en una vergonzosa posición, con él tumbado en el suelo de costado y el rubio encima de él acorralándolo con sus brazos y piernas.

-¿Cómo que te quedarás con él? –Preguntó el capitán con claros signos de pánico en el rostro.- ¿Te gusta Tony?

Bucky se quedó quieto reflexionado impresionado por la directa pregunta de su amigo. "¿Gustar? ¿Anthony?" Se preguntó a si mismo recordando todos los momentos con el castaño, su brillante mirada, su deslumbrante sonrisa, su tierna forma de sonrojarse, sus adorables intentos por levantar su ánimo... "Oh, mierda" pensó ruborizándose al darse cuenta de sus inesperados sentimientos por el filántropo. Steve observó el ligero enrojecimiento en las mejillas de su viejo amigo y lo comprendió todo. Bucky quería a Tony y Tony empezaba a confiar en Bucky. Además, desde que esos dos habían empezaron a hablar poco a poco se habían ido alejando de él. Se sentía dolido, dejado de lado y tremendamente celoso.

-¡Serás...! –Gritó el rubio dándole un puñetazo al suelo al lado de la cabeza del moreno.- ¡Tú lo sabías y aun así tú...!

La voz de Steve se quebró en un ligero sollozo, intentó ocultarlo tapando su boca y levantándose, pero Bucky estaba a escasos centímetros de él y claramente pudo ver su cara de pura desesperación.

-Steve, yo... -Intentó disculparse pero el rubio no le dejó terminar.

-Me voy a correr. –Cortó huyendo del lugar.

Se sentía muy mal, no solo por huir del problema, porque sí, lo que estaba haciendo al salir de la torre con su ropa de deporte era huir y para él eso era algo inaceptable, sino que se sentía dolido, muy dolido. Nadie lo sabía, pero Bucky no solo fue su mejor amigo desde niño, sino que fue su primer amor, aunque eso no lo descubrió hasta muchos años después, cuando fue descongelado y conoció la nueva libertad sexual donde dos hombres o dos mujeres se podían amar, aun con restricciones, pero en casi libertad. Y ahora, Bucky, su mejor amigo, su primer amor, estaba enamorado de Tony, su Tony, ese hombre que era su todo, su razón de vivir, el mismo que ahora lo veía como un traidor, como un intruso en su vida. "Dios, ¿Qué debo hacer?" se repetía mil y una vez en su cabeza mientras corría.