Hard love

Kreso

Me siento hacia atrás en mi asiento y sonrío. Si había algo que podía alterar a Milena Mitchell era algo que tuviera que ver con su familia. Durante todo un año entero la seguí de cerca. Su trabajo, sus amigos, su padre, sus inexistentes relaciones. Un misterio.

 La chica es excelente. Estudia arquitectura en la universidad loca, rechazo la beca para estudiar en NY solo para no alejarse de su familia. Sus profesores solo la alaban. Al ser una universidad local gratuita no se espera mucho de los estudiantes, pero ella es de un nivel excelente. Hubiera resaltado en cualquier buena universidad. Se convirtió en una obsesión cuando me rechazo en ese simposio. Ninguna mujer me había rechazado de esa manera. Habían jugado si, haciéndose las difíciles solo para hacerme desear, pero el rechazo en sus ojos era verdadero. No quiso tener nada que ver conmigo. Yo no había podido dejar de mirarla desde que había entrado al salón. Ese vestido barato abrazaba cada curva de su cuerpo de una manera sensual. Su cabello oscuro largo... podía imaginarme enredándolo en mi mano mientras empujaba dentro de ella desde atrás. Sus ojos azules profundos y esa boca... había fantaseado con esa boca alrededor de mi polla por mucho tiempo.

Cuando una de mis secretarias me consulto y dijo su nombre mi polla salto a la vida. Al fin había logrado conmoverla. No era la clase de mujer que se dejaba tentar por el poder y la riqueza... no Milena Mitchell tenía un corazón enorme concentrado en su familia. En su padre, ya que había perdido a su madre tiempo antes. La compra de la empresa fue una excelente inversión. Los condominios tendrían una vista espectacular y aunque no era mi intención en el principio me ocupe de que Charles Mitchell tuviera una excelente indemnización que le permitiera estar tranquilo varios meses mientras pagaba su hipoteca, Milena se recibía y después contrataría a su padre para una de mis empresas atándola a mi indirectamente.

Milena Mitchell se había convertido mi obsesión. Cada morena que me folle en estos meses solo me recordaban a ella, pero no tenía más que el suave aroma que se extendió hacia mi cuando la interrogue para recordar lo dulce que podía ser...

Llamé a mi asistente y le dije que quería tener un almuerzo especial preparado para mañana en mi salón privado. No quería interrupciones. Le indique que nada de mariscos porque ella era alérgica y nada de alcohol, quería estar fresco para poder disfrutar de su estallido.

La vida es buena cuando tienes los hilos de la vida de ciertas personas en tus manos y quería que Milena Mitchell se dejara manejar por mi...