Capítulo 1
Era una tarde de verano caminaba sumergida en mis pensamientos como lo hacia cada tarde que regresaba del colegio. Iba más rápido de lo normal porque esa tarde iríamos a un velorio en el colegio donde trabajaba mi papá y debía llegar de prisa.
~Ya llegue~ grité para que todos me oyeran.
~Por Dios Milani, apresurate ya estamos retrasados, debemos estar a las 7:00 en el colegio~ mi mamá siempre exagerando en la puntualidad.
~Ya me estoy arreglando ~ grité desde mi habitación.
Me vestí con una blusa blanca y una falda para lucir diferente, aunque realmente no me sentía tan bonita. Tenía dieciséis años era más alta que el promedio y muy delgada, pero hasta ese momento la adolescencia no había influido mucho en mí.
Tenía ojos grandes y labios carnosos que siempre intentaba disimular, mantenía siempre el cabello largo y ese día me lo había alizado para llevarlo suelto, me quedé unos segundos viendo al espejo para tomar confianza.
~Ya estoy lista~ dije al salir de mi cuarto.
~Muy bien, vámonos~ dijo mi papá.
En ese momento pensé en cambiarme de ropa porque mi padre trabajaba en un colegio de secundaria solo para chicos por ende bonita o fea igual iba a tener muchas miradas sobre mí, pero no había tiempo para cambios.
Cuando vamos llegando al colegio empecé a sentir ansiedad, era demasiado tímida para los eventos grandes.
Entrando a lugar donde se realizaba el velorio del director del colegio. Mi primo venía caminando hacia nosotros, recién había ingresado ese año.
~Hola a todos~ dijo mi primo.
~Hola Diego, ¿Como estas? ~ le dije.
~Bastante bien, acostumbrandome al cambio de vivir aquí ~ me dijo.
El colegio era un internado donde permanecían por meses, yo visitaba muy pocas veces el lugar porque a padre no le parecía muy buena la idea de que sus dos hijas mayores se pasearan por allí.
~Me alegro mucho, el tiempo pasará muy rápido~ le respondí a Diego. Y él asiente con la cabeza.
~Vamos ya casi empieza la misa ~ nos dijo.
Entramos al salón donde se realizaba el velorio, trataba de enconvarme ante tantas miradas de chicos, curiosos por saber si eramos las hijas del profesor.
Rápidamente tomé asiento intentando ocultarne tras las sillas pero las miradas continuaban y los murmullos igual, no parecía un colegio de chicos sino de chicas chismosas. Cuando sentí que dejaron de mirarme, me senté erguida en mi puesto y levanté la mirada para ver quien dirigía el evento y en ese momento pude observar a un chico tocando la guitarra.
Se veía muy concentrado en sus notas, me pareció muy interesante. A lo lejos podía ver que era delgado, cabello negro peinado hacia atrás y unos labios rosados y carnosos.
Nuestras miradas se cruzaron un par de segundos y mi corazón se aceleró.
~Milani, ese chico que está tocando la guitarra fue tu compañero de baile en el colegio~ me dice mi mamá.
¿Que?... Mi mente intentaba recordar como lo conocía y no sabía, en algún lugar de mi subconsciente debe estar su recuerdo.
~No lo recuerdo mamá ~ le dije, frunciendo la frente para que ella me dijera más.
~Acuerdate... era tu pareja en el grupo de baile cuando eras muy pequeña~ me dijo.
~Creo que si me acuerdo de una pareja de baile, pero de él no me acuerdo~ terminé por decirle.
No me volví a concentrar en el resto del velorio, mi mente empezó a buscar recuerdos de aquel chico y no lo lograba.
Pasó la hora y terminó el evento, salimos del salón para seguir conversando con Diego sobre su experiencia en el colegio. Estábamos de pies en forma circular escuchando a Diego. Siento que alguien me observa, levanto la mirada y veo que el chico de la guitarra camina hacia nosotros, era realmente guapo, medía como un metro setenta de estatura, tenía cara de ángel, sus ojos eran oscuros con las pestañas largas que todo mujer sueña.
Llevaba una sonrisa tímida pero sus ojos demostraban seguridad, tenía puesto el uniforme del colegio, suéter blanco y pantalón crema, le quedaba tan bien. Por Dios venía caminando hacía nosotros, yo quería desaparecer justo en ese momento. Pero, ¿Qué rayos me pasaba?, porque estaba tan nerviosa, solo era un chico que conocía y a la vez no. Pensé por un momento que se iba a desviar pero no fue así.
~Hola, mucho gusto, soy Mateo. ¿Me recuerdan fui la pareja de su hija en el grupo de baile?~ me mira a los ojos y quedé en shock por segundos.
Mi cerebro no coordinaba ¿Que debía hacer?, debía saludar de la mano o beso en la mejilla, debía decirle que no lo conocía o si. ~Milani, concéntrate, no entres en pánico ~ me dije.
~Hola Mateo~ respondimos todos a la vez.
Y el paso saludando a todos con un beso en la mejilla a mi mamá y hermanas, con un apretón de mano a mi papá y mi primo. Cuando llegó el turno de saludarme, fue bastante rápido pero eterno, sus labios rosando mi mejilla y mi corazón acelerado, creo que también escuché el suyo latir fuertemente. ¿Que me estaba pasando?.
~Por supuesto que nos acordamos de ti, ¿Como está tu mamá?~ le dijo mi madre, sacandonos a los dos de esos largos segundos.
Se separa de mi y le responde: ~Muy bien, ayer vino al velorio~ y se coloca una mano detrás de su cabeza, se veía tan lindo en esa pose...
~Me alegro, has crecido bastante te acuerdas que eras más pequeño que Milani cuando estaban en el grupo~ le dijo mi mamá.
Fue muy gracioso el comentario de mi mamá porque él ahora era más grande que yo, pero de niña siempre era más grande que el promedio de niños y niñas, así que no me pareció raro que fuese así también con él.
~Jajajaja, si lo recuerdo ~ y me miró, le respondí con una tímida sonrisa.
No sabía que decir, estaba completamente muda, mi papá me salva diciendo que nos iba a enseñar el nuevo laboratorio donde trabajaba. Nos despedimos de Mateo con un simple adiós.
Llegamos al laboratorio y mi papá empezó a mostrarnos los aparatos, nos enseñó todos los implementos, como funcionaban, para mí era algo fascinante.
Si, era una chica nerd solo me faltaban los lentes y bracket.
Luego de media hora nos fuimos para la casa, no pude evitar buscar a Mateo entre las personas pero no lo vi, nos despedimos de Diego y por fin pude relajarme, fui la primera en entrar al carro, deseaba salir rápido del lugar estaba pasando por sentimientos que jamás había sentido.
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Mi Historia De Amor
RomanceTodos alguna vez nos enamoramos, esta es mi historia con piscas de fantasía que todos imaginamos cuando hay ilusión en el aire. Te darás cuenta que todos pasamos por etapas inevitables, algunos antes y otros después.