Capítulo 4
Estabamos a mediados del año escolar, nos habíamos mudado a una nueva casa, era bonita y tenía espacios más grandes para jugar.
Mi mamá ya no podía llevarnos al colegio sino que mi papá nos consiguió un bus para ir y venir todos los días.
Recién había nacido mi hermana menor. Mi mamá cuando tenía ocho meses de embarazo nos dijo que cuando mi hermano naciera nos mudariamos a una nueva casa.
~Hijas que ustedes quisiera que fuera el bebé, niña o niño~ nos decía mi mamá cuando faltaba poco para que naciera el bebé.
~Yo quiero que sea niña~ le dije.
~Yo quiero que sea niño~ dijo mi hermana que ya tenía cinco años.
Cuando por fin nació, Violeta llegó corriendo al salón de clases.
~Milani, Milani ya nació nuestro hermanito~ Me grita corriendo hacia mí. Atrás de ella venía una tía que nos cuidaría mientras mi mamá se recuperaba.
~Enserio, que felicidad~ le respondí.
Mi tía se nos acerca y mira a Violeta y le dice: ~Violeta, no es hermanito es hermanita~
Mi hermana comenzó a llorar y a decir que ella no quería una hermanita.
Al día siguiente que mi mamá llega del hospital con mi hermanita.
~Niñas, les presentó a Lorena~ nos dijo mamá.
A Violeta se le pasó el enojo y la mira sonriente. Era una bebe tan hermosa con sus ojos grandes y grises. Estaba envuelta en cobijas solo se podía ver sus manitas y piecitos, eran una ternura, por esta razón Violeta quedó encantada.
Ese mismo día vemos un enrredo en mi casa y mi mamá nos llama para decirnos algo:
~Hijas, nos vamos a mudar a nuestra casa propia, solo estábamos esperando que naciera Lorena~
Mi hermana y yo empezamos a saltar de emoción diciendo que tendríamos una nueva casa y que sería genial.
De esta forma llegamos a la nueva casa, pero algo iba a cambiar cuando llegó el día de ir a la práctica de baile y veo que mi mamá no se estaba arreglando para llevarme.
Ella me llama y me dice:~Milani, creo que tendremos que hacer unos cambios, ahora que tu hermana está pequeña ya no podré llevarte a las prácticas de baile además nos queda un poco lejos la escuela . Te pregunto algo ¿Tu quieres seguir en el grupo? ~ me dijo con la cara muy triste.
La mire e intenté no parecer afectada por su pregunta, en ese momento sentí que era mi deber comprender que ya no podía dedicarme tanto tiempo a mi, ahora era la hermana mayor.
~Está bien mamá, si no puedes llevarme a las prácticas de baile me saldré del grupo, sé que tienes que cuidar a mi hermanita~ hice lo posible para que no se notara que me importaba mucho.
Luego de tres años en el grupo me iba a retirar por el nacimiento de mi hermana y habernos mudado más lejos del colegio. No hubieron despedidas simplemente no asistí más a las prácticas, espero que Mateo no haya tenido que esperar mucho para una nueva compañera.
A pesar que Sebastián no me gustara también me dio nostalgia saber que no pelearia más con él, aunque lo vería en el salón de clases, quizás le podría mandar con él un recado a Mateo o quizás no.
Abro los ojos y todo estaba oscuro. Había estado soñando, la presencia de Mateo había alterado mis sueños y había recordado todo, sabía que su nombre en mi cabeza sonaba familiar. Había descubierto que me gustaba cuando era niña.
No me podía dormir, veo el reloj de mi teléfono y eran las 4:00 a.m. Tenía clases al día siguiente debía dormir, daba vueltas en mi cama, colocaba mi almohada sobre mi cabeza, nada funcionaba hasta que por fin logré dormirme.
Tenía puesto el uniforme de pre media, estaba en el baño del colegio y mire al espejo, tenía el cabello largo pero recogido por un moño en la parte baja de la cabeza. El uniforme me quedaba holgado, la blusa era ancha y la falda larga, quizás era mi estatura la que hacía que no me estallara bien.
Suena la campana del timbre del colegio, reacciono y me dirijo al salón a tomar mi bolso para ir a casa.
Coloco mi bolso en mi espalda, salgo del salón sin despedirme de nadie era bastante tímida para hacer muchos amigos y camino por el pasillo hacia la puerta de salida.
Aunque tenía trece años, la adolescencia no había hecho grandes cambios en mí, otras chicas de mi edad eran más lindas y más desarrolladas, en cambio yo seguía siendo la misma de siempre.
Sumergida en mis pensamientos, veo a lo lejos un rostro familiar, era un chico que estaba en el turno de la tarde en el colegio, lo sé por que iba bien vestido muy arreglado y fresco, lo contrario a los que íbamos en el turno de la mañana.
Llevaba una mirada seria, no se dio cuenta que yo estaba pasando a su lado, eramos casi de la misma estatura, él era delgado, sus ojos eran oscuros con unas pastañas largas, sus labios eran rosados y lindos, realmente el chico logró llamar mi atención.
No sé porque su rostro era familiar había algo en ese chico que yo conocía y no sabía que era.
~Milani, despierta tienes que estudiar~ grita mi mamá desde la sala.
Abro mis ojos y veo que el sol entra por mi ventana, ya era de día, tenía que levantarme para estudiar para una prueba ese día. Tomo el celular y veo que ya eran las 9:00 a.m.
~Mamá, ¿Porqué me levantaste tan tarde? Te dije que tenia una prueba ~ refunfuñe con ella.
~Tengo una hora de intentar levantarte ~ me dijo.
~Una hora~ porque le costó tanto levantarme por lo general solo con decir mi nombre me despierto. Me tocó la cabeza e intento recordar que pasó. Y reacciono colocando la mano sobre mi boca con cara de espanto.
Había recordado como conocí a Mateo, desde el grupo de baile hasta la vez que lo vi en el colegio. No lo podía creer tenía un sentimiento por él desde hace más de diez años, quedé en shock. Su presencia el día anterior había logrado alterar toda mi vida.
Saludos Angelitos.
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Mi Historia De Amor
RomanceTodos alguna vez nos enamoramos, esta es mi historia con piscas de fantasía que todos imaginamos cuando hay ilusión en el aire. Te darás cuenta que todos pasamos por etapas inevitables, algunos antes y otros después.