Agendas vacías

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La mayoría de las personas tienen agendas con páginas vacías. Si uno tomara como referencia lo que dicen sus agendas, ese día estuvieron muertos, porque no hicieron nada.

Un día sin acercarte a tu meta es un día que te has alejado de tu objetivo, porque el día no regresa, es tiempo perdido y no se puede compensar.

La agenda de Aristóteles Onassis te cansaba de solo leerla. Su mayordomo la leyó un día y al finalizar se preguntó: ¿En qué momento descansa?

¿Qué hiciste hoy? Tengo tres opciones para ti...

1. Estuviste investigando para descubrir la vacuna contra el cáncer.

2. Desarrollaste una nueva teoría en la física cuántica.

3. Absolutamente nada.

Déjame arriesgar: hiciste el mismo trabajo repetitivo, superfluo e intrascendente que vienes haciendo hace años y después te preguntas ¿por qué no puedes salir adelante? ¿De verdad no sabes por qué?

La mayoría de nosotros vivimos los días con agendas llenas de nada. Otros con agendas con mil planes de los cuales la mitad no anotamos y la otra mitad sí anotamos, pero no realizamos.

Si queremos que nuestros proyectos no estén en el aire, deben aterrizar sobre el papel, es decir por escrito. La agenda de papel nunca podrá ser suplantada por la agenda portátil o electrónica, no tiene a nivel subconsciente el mismo impacto, cuando nuestra mano toca el papel y dibuja las letras, nuestra mente reconoce nuestra letra y la asocia a algo que queremos alcanzar, a eso que responde a la pregunta más importante del mundo. A la única pregunta que realmente interesa: ¿Qué vas a hacer con el tiempo que te queda de vida? 

¿Qué vas a hacer con el tiempo que te queda de vida?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora