CAPITULO #4

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En el trayecto hacia nuestra casa nos encontramos con un sujeto desconocido que nos pedía ayuda el cual llevaba un arsenal de armas.

Aquel sujeto se veía de aproximadamente 33 años de edad, nos detuvimos para ayudarle.

Al llegar a casa con aquella persona que nos encontramos en el camino le preguntamos su nombre a lo cual el respondio:— me llamo Alfredo, soy militar de las fuerzas armadas de México—.

El pregunto que si se podía quedar algún tiempo ya que estaba muy cansado de tanto huir y mi papa le respondió que si.

Solo tenia que responder a una pregunta.

¿como había llegado hasta el camino en que lo habíamos encontrado? El dijo un poco cabizbajo y con algunas lágrimas recorriendo sus mejillas      
—  nos habia llegado una noticia a todos los militares, que en el aeropuerto de la ciudad de México habían personas comiéndose a otras y actuando extrañas así que enviaron a un grupo de militares para controlar a esas personas entre los cuales estaba yo, cuando llegamos al lugar indicado uno de mis compañeros intentó calmar a una persona que estaba comportándose extraño y esta lo mordió en el antebrazo derecho, en ese momento me di cuenta que no eran humanos, sino zombies.No tuve el valor de matar a zombies que alguna vez fueron personas y que tal vez tuvieron familia.Mas tarde me entere que un avión que viajaba de china a México había estrellado en el aeropuerto del cual salieron demasiados zombies que se empezaron a subir a otros vuelos y otros a morder a las personas.Así que decidí marcharme, lo primero que hice fue ir al arsenal de armas y tomar lo que pudo caber en mi mochila de ahí me diriji a mi casa donde se encontraban mi hija y mi esposa y empacamos lo necesario de inmediato para tomar el coche e irnos lejos de la ciudad, sin embargo el camino no fue nada fácil puesto que el trafico era demasiado ya que algunos carros se habían quedado parados sin avanzar mientras que los zombies se comían a las personas de los autos, pero yo no espere que se comieran a me familia así que decidi bajar del coche y correr con mi esposa y mi hija cargando conmigo las armas, corrimos lo más rápido que pudimos pero no fue suficiente.Mi hija tropezó y cayo, mi esposa retrocedió para levantarla pero fue inutil ya que los zombies alcanzaron a devorarlas, no puede hacer nada así que seguí corriendo sin mirar atrás y sin detenerme hasta que encontré un auto y me subi, pero al llegar a Oaxaca, estaba bloqueado por algunos autos descompuestos, baje y camine 10 kilómetros hasta que estaba muy cansado pero por suerte los encontre —.

Después de que Alfredo nos relatara su historia me quede sorprendida mientras veía como se limpiaba las lágrimas por perder a su familia.

LA LLEGADA DE LOS ZOMBIES Donde viven las historias. Descúbrelo ahora