CAPITULO #7

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Cuando de pronto mi hermana Camila grito y señalo hacia una calle, a la cual todos volteamos y observamos a una horda de zombies aproximándose.

Mi mamá grito:—¡TODOS A LA CAMIONETA!!—. Mientras ella llenaba el tanque, una vez lleno, mi mamá subió a la camioneta y mi papá condujo sin detenerse, todos seguían sin pronunciar una palabra hasta que me arté y rompí el silencio preguntando a donde nos dirigiamos al decir eso mi mamá me miro por el espejo y me sonrio, en su sonrisa pude notar que me agradecía por haber roto ese silencio incomodo, sentí todas las miradas fijas en mi.

Durante el viaje empezamos a recordar cosas que se acercaban antes de la llegada de los zombies como:—me hiban a dar un ascenso en el trabajo con un mejor sueldo— dijo mi papá, todos comenzamos a reir, le tocaba contar algo a mi mamá, ella dijo:—en dos días hiba a ser el final de mi serie —. Era el turno de mi hermano Luis— yo había entrado a un concurso de fútbol el cual estaba seguro que hiba a ganar también me había comprado una guitarra—.

Ahora era el turno de mi hermana Camila—estaba a punto de comprarme una computadora nueva en la cual había ahorrado para comprarla—. Luego le toco contar a Zoé—yo estaba a punto de terminar un blok de dibujo el el cual me había llevado todas mis vacaciones y ahorros para poder comprar los materiales.

Era mi turno yo conté que había terminado de convencer a mi papá de que me comprara un perro en la tarde, el día en que inicio el apocalipsis.

Finalmente era el turno de Ádam—yo me había ganado una consola en una rifa la cual hiba a recojer el día siguiente del apocalipsis, y en la escuela me habían nombrando capitán del equipo de futbol—.

Estuvimos hablando de cosas divertidas que jamas habíamos hablado en familia. Fue muy divertido estar charlando y olvidar lo que sucedía a nuestro alrededor.

Cuando me di cuenta que no habían respondido a mi pregunta de a donde nos dirigiamos pero no quise volver a preguntar, para no arruinar el momento.

Empecé a recordar las cosas valiosas que tenia y jamas valore, lo apreciado que era hasta que el apocalipsis empezó y me di cuenta que jamas valore la vida, recordé a amigos de la primaria, recordaba los momentos tristes, felices, los de orgullo, los de diversion, en las que me regañaban, en los que sufría las cosas valiosas.

Hasta que mi mamá interrumpió mis pensamientos diciendo—hemos llegado—.

LA LLEGADA DE LOS ZOMBIES Donde viven las historias. Descúbrelo ahora