CAPITULO #8

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Cuando mi mamá dijo eso todos comenzamos a bajar de la camioneta, yo estaba muy sorprendida ya que aquel lugar se me hacia muy familiar.

Era muy tranquilo, pensé que no estaba infectado por el virus hasta que salio un zombie y una mujer le disparo. Aquella mujer era mi tía Beth y nos invito a pasar a su casa, el cual nos dijo que era un refugio.

Al entrar observamos que eran como unas 20 personas, todos haciendo una labor, unos lavaban ropa, otros hacían la comida, unos hacían guardia y otros salían por proviciones.

La casa era muy grande. Beth nos mostró nuestro dormitorio y nos dijo que ella era la líder del refugio y que debíamos descansar, pues al día siguiente nos asignarían nuestras labores.

Solo nos habían dado dos dormitorios en cada uno habían cuatro camas individuales, Camila, Zoé, mamá y yo en un dormitorio, mientras Ádam, Luis y papá el otro dormitorio, todos nos dirigimos a descansar.

No podía dormir, y al parecer mi mamá se dio cuenta y preguntó que sucedia, me quede callada al poco tiempo le pregunte ¿como sabia de ese refugio?, ella respondió:—un dia antes de la muerte de Alfredo tu tía nos pudo contactar a travez de la radio diciendo que tenia un refugio fuera de la ciudad el cual anteriormente era un vecindario y que podíamos ir en cualquier momento yo le conteste que lo hablaría con mi familia al día siguiente, pero por los problemas no hubo tiempo de contarles—.

Después de esa historia me dio mucho sueño y quede dormida.

Al despertar me di un baño y me dirigí a almorzar, al bajar note que toda mi familia estaba sentada esperandome.

Una vez que terminamos nos dirigimos al patio donde se encontraban las personas que dirigían las labores, Beth dijo que Zoé, Ádam y yo no podíamos ayudar porque eramos menores de 15 años y según ella eramos “niños", pero nos quedamos a ver que labores les asignaban a mis padres y hermanos:mi papá se quedaría a hacer guardia el día, mi mamá ayudaría en la enfermeria, Luis saldría por provisiones y Camila llevaría la cuenta de las armas y la comida y se encargaría de repartir provisiones en cada casa.

Era muy aburrido estar encerrado sin nada que hacer ni pasar el tiempo, por suerte Luis consiguió un balón de fútbol el cual nos regalo y de inmediato salimos al patio a jugar y algunos niños se unieron a jugar.

El tiempo paso rápido y pronto oscureció y tuvimos que ir a descansar, sin embargo, al día siguiente en un descuido un niño lanzo el balón muy alto lo que hizo que saliera del refugio y callera en unas espinas lo que hizo que se ponchara y se acabara la diversión.

LA LLEGADA DE LOS ZOMBIES Donde viven las historias. Descúbrelo ahora