Carolina's POV
Me estacioné en frente de una colorida primaria y los seis niños, todos uniformados bajaron en una formación perfecta, parecían soldaditos. Al ver que los seis niños habían entrado a la escuela me tranquilicé y entré al auto, revisé la hora, mi primera clase ya había empezado así que decidí dormir veinte minutos más en el carro mientras esperaba a que la segunda hora empezara. Uff, que sueño que tenía. Me dispuse a dormir pero solté un grito cuando una pequeña criatura saltó sobre mí. Se trataba de una Mía uniformada.
-¿Pero qué haces aquí? ¡¡¡Ya deberías estar en la escuela!!!- Dije un poco enojada y asustada al mismo tiempo pero ella solo me sonrió pícara. Ahora entendía porqué solo había contado seis niños. Pensé que había hecho mal mis cuentas.
-Al igual que tú pero estás durmiendo en el auto, le diré a mi tía- Sus palabras iban acompañadas de un gesto travieso. Me alarmé.
-No vas a hacer eso porque sabes que te irá muy mal. A parte llego tarde porque los tengo que llevar a la escuela. No es culpa mía.- Ella lo pensó y me cedió la razón con un gesto.
-Bueno, no diré nada con la condición de que me lleves contigo a la preparatoria- Dijo mientras una bombilla se encendía sobre su cabeza. Una carcajada mental llegó a mí.
-No haré eso, tienes que ir a la escuela PRI-MA-RIA. Además no te podría cuidar en todo el día, ni lo sueñes- Puso cara de reproche y después pasó a un puchero. Sabía lo que haría, recurriría al ruego. Juntó sus dos manos.
-¡¡¡POR FAVOR, POR FAVOR, POR FAVOR!!!- Sus grandes ojos verdes me consumían. Ajj, maldita cara de ángel.
-Está bien- Cedí- Pero quiero que prometas y cumplas que en mis clases vas a estar callada y sin hacer ruidos, ¿Quedó claro? Porque si no llamaré a mi tía para que te venga a recoger- Dije severa, pues no era la primera vez que tenía que llevarla conmigo y la última vez que pasó, no dejó de hacer ruido en clase de historia.
-Okay, puedo hacerlo- Lamimos nuestras palmas y las estrechamos cerrando en trato.
Conduje hasta la escuela y estacioné el auto, Mía tomo su mochila de Barbie y yo la mía que decía "I Always Want Tacos" en color negro, nos dirigimos hasta el aula 312 para que mi clase de Ciencias Humanas empezara. Cuando llegué todos posaron su vista en la niña que tomaba mi mano, ahora me preguntaba si era tan buena idea traer a una niña de ocho años a una escuela llena de estúpidos de 16 a 19 años, creo que tenía mi respuesta, rodé los ojos.
-¿Es tu hija?- Preguntó Becca, una chica de mi clase, y de pronto todos me miraron a mí.
-No, es mi hermana, me ha obligado a traerla a base de amenazas, se coló en mi auto.
-Pues si una niña puede manipularla tan fácil ahora entiendo porqué tiene tan mala calificación en mi clase, Srita. Villar- Una voz rasposa y vieja, con un tono irónico en ella sonó a mis espaldas. Conocía esa voz, sonaba hasta en mis peores pesadillas. El Sr. Timoti, profesor de matemáticas. Giré sobre mis talones para encarar al viejo e hice una mueca- Siéntense todos, la maestra de Ciencias Humanas no ha podido venir por asuntos personales, así que tomaré su clase para darles el tema que me faltó la clase anterior y así poder hacer ejercicios en mi hora de clase. Y por si se lo preguntaban, sí, el director ya me ha dado permiso de hacer esto- Dijo el viejo mientras todos ocupábamos nuestros lugares. Obviamente me aseguré de que Mía se quedara sentada hasta atrás del aula y le di unas hojas para que se pusiera a colorear o esas cosas que hacen los niños.
Las clases fueron lentas y aburridas pero lo peor es que todo el mundo quería jugar con Mía, ella había alcanzado la popularidad en un día, cosa que yo no había logrado hacer en dos años, no era que la buscara pero... La chicharra que anunciaba el primer break sonó estrepitosamente, tomé mis cosas rápidamente y tomé a Mía de la mano para poder salir rápidamente e ir ver a mi mejor amiga, la muy perra de debía una respuesta. Caminamos hasta mi casillero para poder dejar ambas mochilas.
-¿Porqué tengo que dejar mi mochila aquí? Tal vez la roben- Protestó Mía dando un zapatazo en el suelo.
-No se robarán nada, pequeña. A parte nos tenemos que apresurar a encontrar a Luciana, después te compraré un batido de fresa- Cerré mi casillero y tome a Mía de la mano para ir en busca de mi amiga loca.
No tardamos en encontrarla, estaba en la cafetería sentada acompañada de otra persona a la cual no presté atención, corrí hacia ella aún con mi hermana tomándome de la mano, casi hago que la pobre caiga al suelo. Al sentarme al lado de la rubia le di un sonoro beso en la mejilla mientras que Mía la abrazaba por la espalda, mi amiga se sorprendió tanto que no supo cómo reaccionar al principio luego reconoció mi rostro y el de mi hermana y se le escapó una risita.
-Hola, perra- La saludé
-Hola, aborto de topo- ambas soltamos otra risita aguda, tomó a Mía por la cintura y la sentó en sus piernas, le dio un beso en la mejilla- Hola pequeña ¿Cómo te va?
-Mal, mi hermana me ha hecho dejar mi mochila nueva de Barbie en un contenedor de libros raro- soltó la mocosa y a mi amiga se le escapó una sonora carcajada.
-No es nada malo, es un casillero, te lo brinda la escuela para que puedas guardar tus cosas y no las tengas que cargar todo el día, aparte tiene una contraseña que sólo tu hermana sabe- Explica Luciana mientras le revuelve el pelo a la niña- Pero dime, ¿Qué haces tú aquí? ¿No deberías estar en tu escuela?
-La mocosa se coló en mi auto y me amenazó para que la trajera- Expliqué- ¿Y sabes qué es lo peor? El viejo de...
-T,t,t. Espera- me interrumpió mi amiga- ¡Qué mala educación! Caro, el es Lucas, Lucas te presento a Carolina, mi mejor amiga- Señaló a un chico que estaba en frente de nosotras y nos miraba divertido, su estilo quería imitar al guitarrista de GUNS N' ROSES, lo había visto antes pero nunca me había cruzado con él, siempre lo veía solo en alguna esquina del campus o en las gradas- Caro, Lucas va en mi clase y descubrí que es una persona genial
-¡¡Holaaa!!- Sonreí y agité mi mano.
-Qué onda!- El chico se veía bien sonriendo pues su piel morena y dientes blancos combinaban a la perfección. Giré mi cabeza algunos grados hasta mirar a la rubia que tengo por mejor amiga.
-Bueeeno... ¿Te acuerdas que tenías que decirme algo hoy, querida amiga?- Luci volteó hacia otro lado desviando mi mirada y puso cara de que estaba pensando algo.
-Mmmmmm... No, la verdad no me acuerdo- Mintió notoriamente y dando una reacción: la fulminé con una mirada- Ya ya ya, está bien- Alzó las manos en forma de inocencia para después bajarlas dramáticamente- Pueeeees... ya lo pensé.
- ¿Y QUÉ DECIDISTE? CUÉEEENTAMEEE, MALDITA RAMERA- Grité tan fuerte las últimas dos palabras que toda la cafetería me miró extraño mientras Mía estallaba en risas.
-Shhh, cálmate!!- Yo asentí y me sonrojé mientras Luciana pronunciaba esas palabras pero aún así la alenté para que me dijera su decisión- Iré.
ESTÁS LEYENDO
Tan Ligeras Cómo el Humo.
Novela JuvenilEllas son caos y destrucción pura, ellas son ángeles y demonios conviviendo entre sí, ellas son espejos y claridad. Él es... fuego frío, de ese que quema pero no tiene ni un poco de calidez, pero te destruye y reconforta al mismo tiempo.