Capítulo 10.

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Damian's POV

Ya son las doce y media del medio día y voy camino al salón C de sexto grado y estoy sudando de nervios, sonriendo con felicidad notoria y explotando internamente de emoción por ver a mi musa: Luciana.

Entré cundo los chicos aún no habían entrado del break y me dispuse a escribir algunos apuntes en la pizarra sobre la historia de La Guerra de los Pasteles pero una mano posó sobre mi espalda baja trazando círculos en ella, sonreí al imaginarme quien era y volteé para robarle un beso pero me di cuenta de que era Emilia de quien se trataba así que me alejé con el ceño fruncido.

-¿Qué crees que haces?- Alcé mi voz un par de tonos ya que no había nadie más.

-¿No me extrañas ni un poco?

-¿De qué carajo hablas? Tú me pediste el divorcio, no hagas ésto ahora.

-Ay, Damian, Damian , Damian- Sonrió maliciosa mientras se acercaba hasta mí y me abrazaba- esto no es más que puro deseo carnal, ganas de tus brazos, de tu pecho y tus manos, de ti. No lo confundas, hace mucho tiempo que no siento nada más por ti que ganas de tener sexo- Cuando al fin acabó de decir sus horrorosas palabras solo esperé que el dolor me poseyera pero eso jamás pasó. Tuve la intensión de decirle que realmente no me importaba pero una pequeña niña rubia entró en el aula, una hermosa niña rubia y de ojos hermosos. Su carita se tornó confundida, pues ella lo sabía todo y supongo que ver a mi ex mujer abrazada a mí no era algo muy gratificante y menos después de lo que pasó ayer. Al parecer iba acompañada de otro alumno porque cuando se echó a correr para salir del salón el joven gritó su nombre con tono de confusión.

Inmediatamente corrí detrás de ella, la seguí hasta las gradas y la encontré sentada en medio de la cancha de fútbol, abrazada a sus piernas y con la cabeza escondida, me senté en frente de ella.

Luciaciana's POV

Después de comprar un batido de fresa para la pequeña Mía sonó la chicharra para volver a clases. Los cuatro nos paramos de la mesa mientras reíamos por una broma que Lucas había hecho con Mía. La castaña y la niña se dirigieron al aula 312 mientras que Lucas y yo nos dirigíamos a clase de historia y la verdad ni me acordaba de nada.

-Oye, mañana mi hermano dará una fiesta en la casa y mis padres no estarán y pues la verdad me encantaría que fueras- Mañana... mañana tenía que a ver a Philp, pues me pidió que habláramos y también tenía que buscar mis papeles para poder ir a Francia el viernes pero supongo que si los encuentro rápido podré ir en la noche.

- Pues tengo qué hacer un par de cosas en la tarde después de la escuela pero si tengo tiempo claro que iré- Sonrió y presumió su hermosa sonrisa.

-Genial, entonces te paso la dirección por mensaje.

- Sería posible si tuviera tu número- Soltamos una carcajada escandalosa y después me dictó su teléfono. Caminamos sólo unos pocos pasos y llegamos al salón y mis ojos vieron una imagen completamente extraña y ¿Dolorosa? Emilia abrazaba a Damian y sus rostros estaban a sólo un par de centímetros.

¡¡Me sentí como una estúpida!! Toda la mañana estuve fantaseando con mi profesor, sabiendo que yo le gustaba o eso me hizo creer. Salí corriendo del salón mientras oía que un confundido Lucas me gritaba pero segundos después unas fuertes pisadas se oyeron detrás mío y pues era obvio que era mi querido amigo pero quería estar sola un tiempo, mil años si es posible, así que corrí con más rapidez hasta llegar al centro de la cancha de fútbol y desplomarme ahí.

¡¡MALDITA SEA!! Soy tan estúpida cómo para creer que una persona como él se fijaría en una niña machorra de mierda. Obviamente las lágrimas no tardaron en brotar de mis ojos y los sollozos de mi boca. ¿Qué tan difícil es que una persona así se fije en ti? Pues obvio que no, los malditos cuentos de hadas no existen y las películas de amor son una farsa.

Tan Ligeras Cómo el Humo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora