Capítulo 11.

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Llegue sudada y jadeante a la esquina donde Damian me esperaba con una sonrisa plasmada en su rostro, me tomé unos segundos para poder respirar sin dificultad y luego mirarlo embobada por su perfección.

-Vamos, Luci, hay que darnos prisa. No queremos que algún estudiante nos vea.- Asentí con dificultad y tomé el casco que me ofreció y me senté el la parte trasera de la Harley.

El dueño de la moto iba a docientos por hora y algunas veces hacía trucos para hacerme reír o matarme del susto. Después de unos veinte minutos de risas y mucha velocidad en dos ruedas, aparcó la moto en un estacionamiento repleto de motocicletas.

- Damian, ¿qué hacemos aquí?- mi acompañante rió por lo bajo y me tendió su mano, la tomé. Después de caminar unos cuantos minutos y de mis insistentes preguntas de dónde estábamos , llegamos a una plaza, parecido más bien a un estadio repleto de hombres con aspecto rudo y barba de vikingos y mujeres muy bien dotadas y con prendas muy al estilo Tennessee o Texas.

Damian y yo saltamos toda la fila enorme de personas que esperaban por entrar al lugar, oímos algunos insultos pero los ignoramos, yo por sorpresa y él por costumbre, quiero suponer. Cuando llegamos a la entrada, Damian saludó al encargado de revisar los boletos y asientos de las personas.

- Hola, Marck.

-HEEEY!!! Damian! ¿Cómo estás, amigo?- Chocaron puños y se abrazaron  como los hombres suelen hacerlo- ¿Quieres entrar?

- Así es, amigo, pero esta vez no solo soy yo, traigo a una chica conmigo- Supuse que se refería mí, entonces saludé a Marck con dos besos en cada mejilla, tal cómo los europeos- Marck, ella es mi novia, Luciana.

Al momento en que escuché la palabra "novia" me quedé helada, sentí una cubeta de hielos cayendo sobre mi cabeza. Lo miré con sorpresa disimulada.

¿¡¡¡¡¡NOVIA!!!!!!?. NO, NO ,NO, NO. Es muy pronto!! 

- Okay, entonces, entren chicos- Dijo Marck divertido- Melissa los hará pasar. HEY! MELISSA! HAZLOS ENTRAR!!- Una chica rubia con gafas nos dio unos pases que decían "Invitado platinum" 

- Entonces, me trajiste a una carrera de motociclistas, Muy "romántico" para traer a tu novia.- Remarqué las comillas con mis dedos y él rió.

-No realmente, esto es solo de pasada.

Pasamos por pasillos muy estrechos y gente que gritaba cosas hacia los motociclistas que obviamente no los escuchaban. Finalmente y después de caminar entre mucha gente furibunda o emocionada, pasillos largos y unos cuantos túneles, llegamos a un pequeño apartado de la plaza, era dónde los motociclistas entrenaban antes de la competencia.

- Y... ¿qué hacemos aquí?- Damian soltó mi mano para ponerse frente a mí, acunar sus manos en mi cabeza y besar mi frente.

- Te voy a enseñar como manejar una moto.

-Claro, y después le entregarás a mi madre mi cadáver y en mi lápida dirá "Muerta por creer que era capaz de manejar una peligrosa motocicleta. Idea de Damian."- El sexy profesor de historia estalló en risas.

- No te vas a morir, pequeña ingenua- me dio un suave golpe en la frente y fingí indignación- solo te vas a romper un par de huesos.

- Por cada hueso que yo me rompa ahí, te romperé otros dos a ti- le advertí con gracia, él rió.

-Por eso me aseguraré de que regreses sana y salva a tu casa, pequeña- plantó un beso corto en mis labios y me guió hacia una bodega donde había motocicletas y cascos.

Escogió una Rossi MotoGP Yamaha, me dio un casco perfecto para el pequeño tamaño de mi cabeza y sacó la moto al espacio terroso. Me tragué la bilis que subía por mi garganta pero el miedo no se iba, seguía invadiendo mi sistema.

Tan Ligeras Cómo el Humo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora