4: Un plan

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Justin

Soy un completo idiota, por mis estupidos celos deje a mi pequeña sola, ¿Por qué siempre hago todo mal?

Ahora lo único que quiero es volver el tiempo atras y no haberme ido de su casa.

Camine hacia mi cocina para poder comer algo, saqué una pizza congelada y la calente para luego comermela, no puedo dejar de pensar en ella y en lo patán que me comporte, sin duda mañana le pediré disculpas.

Me fije la hora en el reloj y ya eran las 9:00 de la noche, ya tengo sueño así que decidí subir a dormir, no sin antes llamarla y saber como esta además de pedirle una disculpa.

El teléfono sonó por unos segundos y al tercer tono contesto.

- ¿Hola? - habló con voz adormilada, creo que la desperté.

- Hola Lily.

- ¿Qué quieres Justin? - habló friamente.

- Quiero pedirte disculpas por haberme ido, estaba muy celoso de no haber sido yo el primer hombre que te besara - confesé.

- En verdad si lo eres.

- No entiendo.

- Tu eres el primer hombre -recalcó la última palabra - no fue importante.

- ¿Osea no significo nada para ti?.

- A mi no me gusta Dave, a mi me gustas tu Justin, entiendeló de una vez -soltó una pequeña risa.

- ¿Eso quiere decir que me disculpas?.

- Eso quiere decir que aunque fuiste un completo patán idiota, no me podría enojar contigo por idiotecez - suspiré aliviado.

- Gracias pequeña, descansa y sueña lindo - sonreí aunque no me viera.

- Igual tu Biebs.

- ¿Biebs? - dije confundido.

- Es tu apodo, de tu apellido Bieber.

- Oh claro preciosa, me encanta.

- Nos vemos mañana Biebs.

- Hasta mañana.

Después de eso colgó la llamada y dejé mi celular en mi mesa de noche, me sumergí en mis cómodas sábanas y me quede profundamente dormido.

(...)

Me desperté por el irritante sonido de la alarma, me levanté de la cama y me metí a bañar, me coloqué mi uniforme de trabajo y baje hacia la cocina para desayunar algo rápido, después de desayunar me lavé los dientes y salí con dirección a la escuela.

Mientras conducía en mi auto pude ver a Lily caminando tranquilamente, tan linda como siempre y con esa sonrisa tan característica de ella. Decidí acercarme y al parar el auto al lado de ella se sobresalto pero luego al verme se calmó.

- ¿Quieres que te lleve? -sonreí.

- Si no es mucha molestía - bromeo.

- Tu nunca serás molestia - se ruborizo haciendo que se viera demasiado tierna y las ganas de besarla no me faltaran.

Le abrí la puerta del auto desde adentro, subió y se puso el cinturon, el camino fue muy cómodo, hablamos de diversos temas y pude robarle un pequeño beso en los labios cuando estuvimos en un semáforo.

- Llegamos - hablé.

- Oh si, bajare yo primero para que nadie se de cuenta - sonrió.

- Está bien.

Mi ProfesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora