14: Esto es muy raro

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Subo delicadamente a la silla de ruedas con ayuda de Rose.

Me dirijo hacia la habitación de Justin.

Entró y esta echado en la camilla, no se si voy a poder verlo de esta manera es muy difícil no poder hablar con él y verlo sonreír como siempre lo hacía.

Si supieran lo complicado y doloroso que es ver a la persona que amas debatiéndose entre la vida y la muerte quizá me podrían entender pero bueno... ojalá y nunca lo sientan porque esto no se lo desearía ni a mi peor enemigo.

Cuanto desearía nunca haberme subido al auto o mejor aún no habernos ido de la playa, nada de esto hubiera pasado.

- Lily.

- ¿Qué ocurre? - hablo desganada.

- ¿No vas a acercarte? - señala a Justin.

No respondo nada.

Doy una profunda respiración y avanzó con la silla de ruedas.

- Hola Biebs - sonrío mientras una lágrima resbala por mi mejilla.

- Me iré afuera amiga, yo se que todo estará bien - siento que sale de la habitación.

- Probablemente me estés escuchando... o tal vez no, no lo sé.

Tomo su mano con delicadeza y la entrelazo con la mía.

- Sólo quiero decirte que te amo Justin - sollozo - y que nunca te voy a dejar porque te amo demasiado. No sabes cuanto desearía que nunca te hubiera pasado esto, no sabes cuanto daría por que estuvieras aquí conmigo regalandome tus perfectas sonrisas - sonrío con nostalgia -
¿Sabes?... me gustaría que esto fuera una película para que te puedas despertar pero se que no lo es, tengo que aceptarlo.

Suelto su mano poniendo todo mi esfuerzo y es que no quiero hacerlo, no quiero separarme de él ningún segundo.

Por mí me quedaría todos los días, semanas, meses o años porque no voy a perder la esperanza, no voy a dejar de creer en que Justin va a despertar.

- Te amo mucho Justin, recuerdalo siempre porque yo nunca me voy a olvidar de eso.

Salgo de su habitación mientras algo dentro de mi se rompe y no son mis costillas.

Me dirijo a mi habitación  para cambiarme la bata que tengo puesta.

Termino de ponerme cuidadosamente mi polera y salgo de la habitación con mis cosas.

- ¡Rose! - grito en su dirección.

- ¿Nos vamos?

- Sí - sorbo mi nariz - tengo que dormir para poder venir a ver mañana a Justin.

- Mañana tenemos escuela - tuerce el labio.

- ¿Qué día es hoy?

- Ya han pasado dos semanas desde que están aquí - abro los ojos.

- ¿Dormí por dos semanas? - exclamo desconcertada.

- Ese es tu récord - dice con sorna.

- Estoy hablando enserio Rose - rodeo los ojos - ¿Y cómo sabían de que yo no estaba en coma?

- Los médicos te hacían dormir para que pudieras sanar bien - señala mis costillas - pero lo de Justin era otro tema...

- ¿Por qué? - interrumpo.

- Se golpeó muy fuerte la cabeza - se escucha preocupada.

- No me acuerdo de nada - levanto mi cabeza hacia el techo en busca de alguna respuesta o algún recuerdo pero nada - todo está borroso.

- Supongo que es normal - susurra - ¿No te dijo algo antes de que sucediera?

- Sólo recuerdo que un carro se nos atravesó, le dije a Justin que se detuviera ya que el otro no parecía tener intenciones de parar - trago saliva - luego... él me dijo que los frenos no funcionaban y entonces pasó, chocamos.

- Pero cuando los encontramos no había otro auto - frunce el ceño.

- ¿Cómo? - digo confundida - entonces...

- ¿Y si alguien les corto los frenos?

- No lo sé, no creo que alguien haya podido tener intenciones tan sórdidas contra nosotros.

- No quiero preocuparte amiga, pero esto es muy raro.

(...)

Estamos a una pocas cuadras de la casa de Rose.

- ¿Cómo haremos con mis cosas? - pregunto apenada.

- Mientras dormías me encargue de armar tu nueva habitación, y no te preocupes que ya traje todas tus cosas - sonríe.

- Todo esto es mucho, no quiero que creas que me aprovecho de ti.

- ¿Bromeas? - alza una ceja - amo que ahora vivas conmigo, es un sueño cumplido.

- Eres la mejor amiga que pude pedir - la abrazo.

Solo suelta una risita.

Llegamos y bajamos del auto al mismo tiempo.

Entramos a su casa y subimos las escaleras hacia las habitaciones.

- Está es la tuya - señala una puerta color marrón al igual que todas las demás.

Abro la puerta lentamente y todo está ordenado como mi antigua habitación, la diferencia es que la casa de Rose es más grande y por lo tanto mi habitación también.

- Gracias por tomarte el tiempo de hacerla igual que mi otra habitación - me lanzo a abrazarla - ¡Auch! Aún duele - pongo cara de dolor.

- Ten cuidado Lily - rodea los ojos - tienes que cuidarte - me mira con preocupación.

- Sí esta bien - sonrío.

- Alista tus cosas para mañana, por si acaso hoy es miércoles.

- Ya pasaron más de dos semanas - alzo una ceja reprochándola por no decirme con exactitud los días que estuve dormida.

- Era un aproximado - sonríe inocente.

- Está bien. Iré a ver a Justin después de la escuela.

Asiente.

- Me voy a dar una ducha.

- Bueno, nos vemos en la cena - mira su celular - vengo por ti en una hora, iremos por pizza - aplaude feliz.

- Está bien - digo no tan concencida, preferiría no salir pero se que Rose se enojará.

Cierro la puerta después de que Rose se fue.

Me meto a la ducha y me limpió muy bien, no me baño hace mucho, ugh.

Salgo después de media hora y me coloco mi ropa interior.

Camino hacia el armario y decido ponerme unos jeans azules hasta la cintura, una camiseta rosado pastel que amarro para que no esté tan larga y por último mis queridas converse blancas.

Me peino y pongo un poco de bálsamo labial.

Faltan 10 minutos para que Rose venga, mejor voy por ella yo.

Salgo de mi habitación y camino hacia la del costado que es la de Rose.

Toco la puerta y enseguida abre.

- Te ves muy linda - me sonríe.

- Tu también - le devuelvo el gesto.

Ella lleva puesto unos jeans negros a la cintura, una camiseta blanca hasta el ombligo y sus adoradas vans negras.

- Bueno vamos - sale de la habitación.

- ¿Iremos solas?

- Sí - suspira - mis papás están trabajando y mi hermano salió con sus amigos.

- Bueno, entonces vamos.

***

Perdón por la demora chicas :(

Espero que les haya gustado, voten y comenten para seguirla ♡♡♡.

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