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Al día siguiente de haber sido encontrado y llevado de vuelta a Columbus Tyler estaba en casa de su madre poniéndose un traje negro, no había dicho ninguna palabra después de haber visto y reconocido el cadáver de su novio en aquella morgue fría y gris. Para él, sus mejillas aún estaban tibias a su tacto como en las mañanas, pensaba que abriría los ojos como todos los días, le daría un beso e iría a trabajar. pero no, Josh estaba muerto, en una mesa de aluminio, en un congelador, desnudo y con una herida en la cabeza.

se miró al espejo, su rostro era un desastre, ojeras, ojos hinchados y rojos, había mordido tanto su labio por el estrés y la ansiedad que se había partido. Cerró los ojos y optó por llorar en silencio unos segundos, buscando calmar un poco el dolor agonizante en su corazón, quería a Josh, quería escuchar su risa y su voz titubeante al hablar más de dos minutos. Quería sus brazos alrededor de su cintura, que lo cargara y le diera besos en el cuello en el balcón de su habitación. Quería su vida, no esto.

Jordan, el hermano de Josh, entró a la habitación, lucía frío, sin vida o ánimos de nada. Llevaba un traje negro también, y él lucía así, Tyler no quería pensar en sus hermanas o su madre. 

-Ty, tenemos que irnos, mamá ya está con las chicas en la funeraria, llegaremos a la iglesia.- dijo Jordan acercándose a él y dándole un pañuelo de una caja.- mi hermano ya se fue, tenemos que seguir, él te amaba mucho... Pero hoy empieza tu nueva vida. -murmuro colocando una mano en el hombro del castaño, suspirando.- también voy a extrañarlo, Tyler. 

Jordan se retiró después de que el otro asintiera sin decir nada, cuando estuvo solo bajó sus pantalones un poco y vio el nombre de su novio tatuado en su muslo, con su propia letra, algo que habían hecho en una borrachera antes de ser novios, la primera vez que se besaron.

-Josh... ¿recuerdas e-esto? Mark nos llevó con un tatuador... terminamos con esto en las piernas, prometiste n-no irte nunca de mi lado... ¡lo prometiste! Lo hiciste... me besaste... me besaste por primera vez en el asiento trasero de tu auto... ¡JOSH ERAS MI MEJOR AMIGO Y EL AMOR DE MI VIDA!- gritó y tiró de su cabello, mordiendo su herido labio, soltó un suave sollozo que fue interrumpido por una risa grave y profunda en su mente, totalmente desconocida. Jadeó asustado, acomodó su traje de vuelta y salió, tratando de convencerse que ese ajeno sonido era producto del estrés y la falta de sueño.

Let It Go, Tyler.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora