Let It Go, Tyler.

7.

-Tyler, luces terrible.- dijo Zack cuando su hermano le abrió la puerta del apartamento. Había estado llamando por un par de horas para informarle que la familia de Josh iría a visitar su tumba y recordarle después de dos meses, pero el castaño nunca respondió el teléfono, cosa que era de preocuparse.- ¿acaso no has dormido bien?

Tyler estaba  en camiseta blanca rota, una sudadera negra cubriéndole hasta la mitad de los dedos, jeans rasgados y las vans más desgastadas de su armario, le había crecido algo de barba y usaba una gorra de Josh. 

-No Zack, volvió el insomnio y la migraña... Al menos ya tuve el valor de desechar y donar las cosas de Josh, ya pararon un poco mis llantos.-levantó los hombros y fue de vuelta al sofá, tomó su RedBull y  su laptop, volviendo a escribir en ella sin decir más.- no, no quiero ir a ver al doctor, no quiero comer, no quiero ducharme y no quiero ir con los Dun a ver una piedra con el nombre de mi novio, y si no vienes con el plan perfecto para volver al pasado y salvar a Joshua, creo que ya puedes retirarte... como ves, aún no me suicido, aún.

-Jordan y Madison me habían dicho que estabas insoportable, pero no creí que tanto... Josh estaría molesto. Siempre odió que la gente se portara como tú lo haces ahora ahora.

-Sí, bueno, Josh ya no está. ¿podrías dejarme solo?

Sin levantar la cabeza de su computador escuchó la puerta cerrarse y pasos en el piso de madera venir desde la cocina hasta el sofá.

-Zack tiene razón, estoy molesto por tu actitud, amor... Tú nunca has sido así ¿estás así porque sigues escuchándolo? Te lo había prohibido.

El menor levantó la cabeza y vio a su novio con una taza de café y el cabello alborotado, como si estuviera recién despertado.

-si quieres que deje de comportarme así dime quién te asesinó. Así podré comprar un arma, buscarle, vengarme y después intentar ser feliz. 

-no puedo, prometí que te mantendría a salvo y sólo así puedo hacerlo... Olvida ese tema ya ¿quieres? Mejor dime ¿qué tanto escribes? Hace meses que no te veía escribir tanto... desde días antes de mi cumpleaños.- el teñido se sentó a un lado de Tyler y dio un trago al líquido en su taza.

-Era una sorpresa, amor, pero... creo que... podría mostrártela ya... aunque siempre me harás falta tú con la percusión.

Tyler escuchó el ruido de la puerta abrirse y cuando vio a su lado su novio ya no estaba.

-¿con quién estás hablando?- Zack no había cerrado las puerta en su totalidad ni mucho menos se había ido.-¿tus alucinaciones volvieron?

-tienes que decirle absolutamente todo lo que yo te diga.- de nueva cuenta esa voz. Suspiró y levantó los hombros.

- no Zack, me gusta pensar en voz alta. Terminé una canción para Josh, me gusta imaginar qué pasaría si él estuviera aquí y no muerto. Supuse que le gustaría así que me humillo en solitario creyendo que está aquí como siempre antes de irse a trabajar.- Dijo con la mirada fija en su hermano pero perdida, las palabras salían solas de su boca, como si fuera cualquier títere con un dueño dentro, la situación le provocaba nauseas. 

-Después de tratarte tantos años ya conozco todos tus trucos, y debes suponer que no te creo un carajo, quítate esa ropa y déjame verte los brazos y el abdomen... No nací ayer, Tyler. Y creo que en estas dos familias y con nuestros amigos ya hubo suficiente dolor por un tiempo, nadie necesita que algo te suceda.-se acercó haciéndole señas a su hermano con los dedos, se cruzó de brazos e inició por quitarle la gorra. 

El castaño se quitó torpemente las prendas superiores, sus muñecas tenían unas finísimas lineas rojas desconocidas, sus antebrazos marcas en forma de media luna hechas por uñas, unas cuantas quemaduras irregulares no graves y unos garabatos hechos por marcador indeleble negro. Pero en sus costados había una gran capa de heridas más serias hechas por algún tipo de cuchilla bastante delgada. Sus clavículas, costillas y huesos de la cadera estaban bastante marcados, Tyler le sostenía una mirada bastante normal, incluso burlona.

-No debiste hacerlo.

Tyler sabía que podría ignorar a sus hermanos (porque obviamente todos lo sabrían para esa noche), a los de Josh, a sus padres, sus suegros y sus amigos, pero cuando la noche llegara, habría alguien de quién no podría huir. 

Él.