Gracias, Vuelva Pronto

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Yo trabajo en un kiosko, uno de playa. Es un kiosko muy bonito, donde vendo helados, bebidas y bocadillos entre otras cosas. Me gusta la tranquilidad que tiene pero en cierto modo me ha abierto un poco los ojos. Pregúntate si dejas propina. Si la respuesta es no, continúa leyendo. Si dices si, eres una persona maravillosa. Antes de trabajar no pensaba nunca en la propina, ni pensaba en la persona detrás de la barra del bar, ni detrás del mostrador de una tienda. Los veía como un mueble más dentro del local. Después de trabajar, comprendo lo equivocado que estaba. Cuando me dieron mi primera propina, una pequeña felicidad interior brotó. Al principio pensaba que era por el hecho de recibir dinero pero lo que en realidad sucedía era que me sentía valorado. Una personita había pensado en mi como una persona más que trabaja, que está cansado pero que aún así le sonríe aunque solo compre una botellita de agua. En la persona que le dice "¡Gracias!" o un "Que tenga un buen día". Una propina no tiene por que ser una cantidad alta, solo con el gesto de dejarla ya haces sentir a la gente valorada y satisfecha. Mucha gente de las que han dicho que no, dirá que no tiene por que dejarla si es su trabajo. Su trabajo es atenderte, no sonreir ni darte las gracias o incluso a veces echarte una mano de algún modo. Por otro lado, si sigues pensando que no vas a dejar por lo menos di aunque sea un "Hola" y un "Gracias" y no te comportes como si fueses el único cliente ni que siempre tienes la razón. Os sorprendería saber la de gente desagradecida y maleducada que me he encontrado.

Mis rollazosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora