A Través Del Tiempo.

Capítulo 24

Secrets.

Cuando perdía mi fé, sólo pensaba en Tom, pensar en él me hacia sentir vivo.

Algo recordé sobre una larga e interesante conversación.

"-Ambos somos como uno solo. Es decir.. Si me caso contigo, alguna vez ¿sería casarse conmigo mismo?¿Verdad?- "

Aquella fué la pregunta que formulé alguna extraña vez cuando era joven, estaba muy seguro de que Tom ni siquiera lo recordaría. Era, desde ya, la idea o el pensamiento más loco que tuve alguna vez.

En mi mente resonaba una respuesta incesante como si se tratara de alguna solución al problema. "Estás loco, Bill".

Fué el desafortunado tiempo que tenía en las giras o sin querer, sentí que me había drogado con alguna sustancia, al imaginar aquellas frases que jugaban conmigo. ¿Porqué me arruinaba mis propios planes?¿De qué se trataba todo ésto?. Respiré hondo. Me preparé mentalmente para cometer alguna estupidez. Llevé a Tom hacia una joyería e hice que gravasen algo estúpido en el anillo.

"Éso no tiene sentido. Estás demente." Dijo Tom y echó a reír, después de salir de aquella tienda y me miró fijo después.

- ¿Qué?-

Cuestione. Se me quedó viendo un pequeño rato, incluso soltó una risa negando sin decir una mísera palabra.

...

Era el día después. Tom debía conducir hacia la​ joyería nuevamente, para ir por el anillo ya grabado, el cual le tomé una foto para Instagram. Al instante, recibí una llamada y fué una sorpresa para mí.

"Shannon, no podría asistir, lo siento ¿Nos vemos luego?"

Contesté.Tom rodó los ojos, incluso me miró de mala gana.

¿Aquello eran celos? Sonreí victorioso mientras él iba hacia su auto.

Él se quedó unos segundos, mirando hacia la nada misma, sin encender el coche.

-¿Podemos irnos ya?-

Hablé.

-Hablemos sobre Shannon-

Contestó mirándome. Desvíe su vista y me dejé caer el cuerpo en el asiento dando un respiro de mala gana.

-No quiero hablar de ésto. Se supone que tú me diste la oportunidad de elegir con quién estar, frente a las cámaras.

Hablé cruzándome de brazos sin mirarlo.

-Sé que aún sigues viendo a ésa prostituta, Tom-

Hablé dejándole sin palabras. Él encendió el coche y luego de pasar unos minutos, seguíamos en la carretera sin hablar.

-Sigues viéndola, ¿No es así?-

Pregunté.

-No, no es así.

Dijo y miré el camino por dónde íbamos. Él me miró y me guiñó.

¿Qué se supone que era todo éste drama innecesario? Además, ni siquiera estábamos en el lugar donde planeabamos ir.

-Tom. ¿Hacia donde vamos?

Cuestione. Él negó y siguió el camino.

Minutos más tarde, nos encontrabamos en un hermoso lugar, una playa, por lo cual, éramos sólo dos.

Tomó mi mano y fué colocando un anillo, el mismo que tenia un grabado, algo estupido por cierto. "Me"

-¿Recuerdas aquella vez cuando tenías 15? tu sueño se cumplió al fin-

Habló. Me estremecí totalmente al oírle decir aquello. Me sentía feliz de alguna manera, por algo que iba más allá de lo material, por un cariño mutuo que crecía por siempre.

-¿L-lo recuerdas?

Casi tartamudeé.

-Pensé que era una estúpida broma, hasta que lo recordé.

Me sonroje y él tomó mis manos y mirándome con atención dijo la frase final, sin completar el diálogo.

"Y acepto"

Me besó y enredó sus manos al rededor de mi cuello, para aproximarse mucho más hacia mí. Mi lengua exploró su boca y siguió el beso de manera intensa. Después de haber estado saboreando sus labios, él acarició mi mejilla con mucha delicadeza.

-Se termino todo entre Ria y yo. Ahora mismo podemos hacer lo que queramos.

Habló sin siquiera alejarse. Me sentía completo, feliz, me sentía demasiado enamorado como para encontrar las palabras. Sólo me quedé mirándole, contemplando su rostro.

Suspiré.

-¿Te vas a quedar ahí, sin decirme nada?

Habló y me sonrió dulcemente.

Admiraba todo lo que hacia, incluso, admiraba que al fin se diera cuenta de que mi amor era puro y exclusivamente hacia él. Él sabía que era mi mayor debilidad, entre tanto sabía que jamás haría algo que él no quisiera. Había comenzado una vida perfecta desde que Ria se habia marchado de nuestras vidas, sentía que el y yo éramos más unidos que nunca.