Capítulo 15: Dudas

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Solté al gato para ir corriendo a la borda del barco. Nunca en mi vida me había arrepentido tanto por haber comido como esa noche y tampoco me había subido a un barco. Una pésima combinación.

No sé cuánto tiempo me la pase abrazando el borde mientras desahogaba mi estómago; no podía siquiera estar de pie y cualquiera que intentara acercarse, terminaba alejándose de mí por el hecho de que temían que les ensuciara los zapatos, incluso mi papá dio un salto hacia atrás, aunque no se apartó mucho. Era la única que estaba sufriendo el vaivén del barco... ¡¿Por qué?!

Mi papá me agarró por el brazo con suavidad para levantarme y cargarme en sus brazos para llevarme a un camarote. Estaba desvariando, me encontraba muy débil que era incapaz de tener los ojos abiertos.

—Descansa, hija. Ha sido una noche muy dura —expresó mi papá, sonriéndome con cariño.

Me acomodó el cabello y luego pasó su pañuelo por mi boca para limpiarme.

—Estoy muy feliz de tenerte de nuevo conmigo —me besó la frente.

Le sonreí en respuesta, creo que dije algo, pero no recuerdo qué. Me dormí al instante.

§§

Al despertar miré un par de ojos azules que me observaban fijamente. El gato se encontraba echado como dueño y señor sobre mi pecho, me maulló de un modo altivo.

—¿En serio eres Ethan? —le pregunté al gato por más raro que sonó eso.

El animal se sentó elegantemente y empezó a lamerse su pata para luego pasársela por el rostro.

—¿Cómo te convertiste en gato? —me acomodé.

Recibí una mirada dura por parte de él.

Me llevé una mano a la boca al sentir como otra vez se me revolvía el estómago, y el gato brincó al suelo, seguro temió que lo vomitara.

Me tragué la acidez cuando abrieron la puerta de una patada. Era Warren que traía una charola con comida.

—Qué bien que estés despierta, te traje el desayuno —dijo Warren todavía con la pierna extendida.

El barco se ladeó un poco que hizo que Warren se fuera de lado con todo y la charola y yo casi me caigo de la cama. Terminé vomitando.

—Iugh... Creo que lo mejor es que no comas nada —dijo haciendo un gesto de asco, se dio la media vuelta.

—Espera —le pedí, al instante sentí una arcada.

Había un montón de cosas que platicar con él, sobre todo el hecho de saber si sabía sobre James y su desmedida ambición.

—Quiero preguntarte algo —me senté en la cama, aferrando mis manos al borde del colchón. Quise tragar saliva, pero mi boca estaba seca.

—Yo no sé nada del gato —Warren alzó las manos soltando la charola, pero esta quedó flotando en el aire. Luego señaló al animal que ya estaba en la cama lamiéndose la barriga.

Volví a ponerme las manos sobre la boca. Odiaba navegar.

Warren me ofreció el jugo acercándose a mí.

—Bébelo, te ayudara a quitarte las náuseas.

Obediente lo tomé, la garganta estaba seca y áspera que tomar algo refrescante me caería bien. Casi le escupo el jugo en la cara a Warren, tenía sabor a naranja podrida con anís, simplemente horrible y ya quería sacarlo, pero entonces Warren me tumbó sobre la cama, colocando sus manos sobre mi boca, obligándome a masticar algo.

Luna Blackwood: Una Bruja IndomableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora