Darkest → Draco Malfoy Fanfiction

01; prologue

No debí haber salido aquella noche, de verdad que no debí hacerlo.

Era la víspera de año nuevo, la mañana del treinta y uno. No tenía emoción ninguna, consideraba que tan sólo era la transición de un año a otro, de 1996 a 1997. Sin embargo, aunque para mí era un día cualquiera realmente era el cumpleaños de mi hermana mayor Troian.

Troian siempre había sido la querida de la familia, como una buena Hufflepuff se prestaba a la ayuda de todos y cada uno de nuestros conocidos con una sonrisa y un "de nada" por delante. Mientras que yo, la pequeña Effy, era tan sólo la fría y calculadora Ravenclaw perfecta cuyo único entusiasmo en la vida era sacar buenas notas para conseguir un buen trabajo y volar del nido.

No creas que me quejo, realmente me encanta ser la bruja con diabetes tipo uno tan inteligente como para encontrar una cura para su propia enfermedad aunque por el camino pierda todas y cada una de sus amistades.

Bueno, se me olvidó mencionar también el tono de sarcasmo de la perfecta Elizabeth.

—Vendrás, ¿verdad?

La voz de mi hermana me hizo levantar la vista de mi libro, se encontraba con el costado apoyado en el marco de la puerta de mi dormitorio, de brazos cruzados, mirándome interrogante.

Troian era una chica realmente atractiva, yo tenía bien sabido que era de las más apreciadas de su promoción y las invitaciones por parte de los chicos no faltaban. La verdad es que era perfectamente entendible, de ella destacaba su cabello rubio dorado largo y liso, y unos ojos verdes que ambas habíamos heredado de nuestra madre. Además, era unos cuantos centímetros más baja que yo.

—Estaba leyendo —dije, poniendo un marcapáginas por donde había dejado mi lectura, cerrando el libro para dejarlo en mi regazo.

—Siempre estás leyendo —Se puso sobre las puntas de sus pies, alzando la vista, para poder leer el título que encabezaba la portada azulada—. ¿Quidditch a través de los tiempos? Si no siquiera te gusta el Quidditch. O al menos que yo sepa.

—Es informativo —contesté—. ¿Ir a dónde?

—¡Por las barbas de Merlín, Effy! —exclamó—. Llevo una semana intentando contactar con Madam Rosmerta para alquilar Las Tres Escobas esta noche para mi fiesta de cumpleaños. Te dije que quería que vinieras.

—Se me habrá olvidado, lo siento, Troian.

—¿Entonces vendrás?

Asentí, aunque no me gustaba especialmente la idea de estar en un local repleto de hormonas adolescentes de chicos de séptimo año.

Si hubiera sabido las consecuencias que tendría haber dicho que sí no lo hubiera hecho.