Capitulo 9

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La soledad había regresado a mi vida, tornando de nuevo mi vida de gris.
Comenzaba mi primer día de trabajo y para ser sincera no tenía ánimos ni si quiera de levantarme.
Mis ojos estaban hinchados de tanto que llore antes de dormir, ni si quiera podía abrirlos bien. Me metí a la ducha y aun así mis ojos no podían abrirse, el agua fría corría por mi piel y eso hacía que me estremeciera.

Vi mi celular esperando ver algún mensaje de Nicolas pero no había señales de el, se que lo que hice no fue lo correcto, tampoco pido que me entienda porque lo que hice no tiene explicación, ni si quiera merezco tener a alguien como el en mi vida.

Iba entrando a la empresa que ahora sería mi nuevo trabajo, me maquille lo mas que pude para que los ojos hinchados no se notaran tanto aunque no había dado un buen resultado.
Toque la puerta de la que ahora sería mi nueva jefa.

-Hola buenos días.- dije; mi voz sonaba muy temblorosa, no sabía si era por los nervios o por todo lo que había llorado anoche.

-Buenos días ¿Mi nueva secretaria?.- la señorita Jana era una chica muy hermosa. Tenía ojos verdes, cabello café claro y muy buen cuidado y un perfecto cuerpo sinceramente para cualquier chico sería la novia perfecta.

-Am si.- aun estaba impacta da al ver a mi jefa.

-El trabajo es sencillo ¿De acuerdo? Me dijeron que no tienes mucha experiencia así que Daisy te ayudara.

-¿Daisy?

-Ella es una de mis secretarías.

Salí de la oficina y había una chava, usaba gafas redondas y tenía una coleta. Se veía como una chava muy respetuosa y cuidadosa.

-¿Daisy?

-Soy yo ¿La nueva secretaria? .- efectivamente era esa chica.

-¿Me puedes ayudar?

-Claro.

Y así comenzó mi primer día de trabajo. Solo era contestas llamadas y sacar fotocopias, no era tan difícil pero vaya que era cansado.
Al fin era hora de salir, estaba demasiado cansada y aun tenía que llegar a casa a hacer tarea de la universidad.

Cuando llegué a casa encendí mi celular y aun no tenía ningún mensaje de Nicolas. No se porque estaba esperando algo que no iba a llegar.
Saque mi cuaderno y mi laptop y comencé a redactar cosas hasta que mi celular sonó, estuve ignorándolo hasta que no dejaba de sonar. Me levante a contestar y era Nicolas, no sabía lo que quería pero obviamente le iba a contestar.

-¿Hola? Oye Nicolas lamentó lo de....- una voz rota me contesto, solo se escuchaban los lamentos de personas y alguien que lloraba muy cerca del celular.- ¿Nicolas? ¿Estas bien? ¿Qué pasa?

-Elena, mi madre.

-¿Qué sucede Nicolas?

-Ella, acaba de fallecer.

Sentí como un sudor frío me recorría por la espalda, mi cabeza daba vueltas no podía creer esa noticia.

-¿Qué? Pero, no puede ser.

-Ven a mi casa, por favor.

No lo pensé dos veces y fui, agarre un taxi pero el trafico estaba muy pesado, ya había pasado media hora desde que Nicolas me hablo para darme esa terrible noticia, los carros no avanzaban ni un poco.

-Si tiene prisa le recomiendo que tome un metro, esto tardara horas.-Dijo el chofer de taxi sonando él claxon parque los carros avanzaran.

-¿Cuánto le debo?

-No es nada.

Me baje rápidamente del taxi y me fui corriendo, la casa de Nicolas no estaba tan lejos pero aun así me canse.
Llegue a la casa de Nicolas y no quería tocar la puerta, tenía miedo de ver a Nicolas destrozado y con los ojos llorosos, en fin toque; cuando recibí una sorpresa, la persona que me abrió la puerta era la que ahora era mi jefa.

-Hola, ¿Esta Nicolas?.-Dije, tenía intriga de saber que hacía ella aquí.

-Si, pasa.

Entonces lo vi, estaba sentado en uno de los sillones de su casa, sus ojos estaban hinchados de tanto llorar, y su voz no podía salir, cuando me vio corrió a abrazarme.

-Ey, lo-lo lamento.-No pude evitar ponerme a llorar también, me dolía lo que había pasado, pero me dolía mas ver a Nicolas destrozado.

-Me dejo solo Elena, no se que hacer.-Fue lo único que pudo salir de la boca de Nicolas y siguió llorando.

-No estas solo Nicolas, yo estaré contigo siempre.

-Y yo también estaré contigo siempre.-Dijo Jana, mi ahora jefa.

Iban pasando las horas y todo era tristeza y llanto, Nicolas estaba destrozado, Jana estaba con el abrazándolo aun desconozco su parentesco pero al parecer son muy unidos.
El cuerpo de la mamá de Nicolas llegó, el corrió y se aventó ataúd a llorar, no soportaba verlo así, el es de las personas que es difícil tumbarlas, que son fuertes he inmunes a cualquier dolor, y ahora se veía tan débil, como si una pluma sería capaz de lastimarlo.
Corrí y lo abrace, mi cara estaba recargada de su espalda y mis lagrimas rodaban por mis mejillas.

-Vamos Nicolas, se que puedes con esto y mas.

El no dijo nada, solo se volteó y me abrazo.
Los familiares de Nicolas apenas comenzaban a llegar, también amigos y conocidos fueron a darle el pésame y a estar un rato con el cuerpo de su madre. Su tía no derramaba ninguna sola lágrima, se veía tan serena que pareciera no haberle dolido la muerte de su hermana, pero en sus ojos se veía un vacío enorme.

-Siento mucho lo de su hermana.-Dije abrazándola.

-Gracias. La muerte de mi hermana era algo que ya me esperaba, pero el pobre de Nicolas no.

Nuestros ojos se plantaron en Nicolas, el dolor que se reflejaba en el hacía que cualquier persona sintiera lastima por el.

-Le va a costar mucho superar esto.

-Te casaras con el ¿Cierto?

No sabía que contestar a esa pregunta. Nicolas y yo habíamos terminado, definitivamente los planes de boda habían quedado atrás.

-¿No les contó?

-No.

No era la persona correcta para darle la noticia, y menos ahora.
Ya era hora de irme, no quería dejar a Nicolas solo pero al otro día tenía que ir a la universidad y a el trabajo, me acerqué a el para despedirme. Ya no sabía que palabras decirle, todas las palabras de consuelo existentes ya se las había dicho.

-Nicolas tu puedes con esto, siempre has sido fuerte.

El me abrazo y me dio un beso en la mejilla.

-Te amo Elena.

Esas palabras me llenaron de alegría y ala vez me hicieron sentir extraña.
Yo le había causado un daño horrible a Nicolas, pero yo también lo amaba y mucho.

Salí de ahí y me fui caminando a mi casa. La noche era larga, la luna hacía que el camino se iluminará, hacía un poco de frío.
Fue entonces cuando lo sentí; estaba tirada en el piso, la sangre comenzaba a desparramarse por el césped de una casa, mi vista se comenzó a nublar, pero pude ver a una chica limpiando un cuchillo.

-Discúlpame, pude haber dejado que fueras feliz, pero decidí acabar contigo. Total, un día ibas a morir, piensa que acabe con tu dolor.

Fue lo único que pude escuchar hasta que perdí el conocimiento por completo.
No tenía idea de que había pasado, alguien quizo matarme o tal vez lo logro.

Días Nublados Donde viven las historias. Descúbrelo ahora