Capitulo 13

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Pensé que ya todo sería perfecto. Nicolas estaba conmigo, seríamos padres y todo se había arreglado; pero lo que no sabía era que el dolor apenas comenzaba.

-¿Embarazada? Entonces ¡Voy a ser abuela!.-Grito mi madre llena de felicidad, jamás pensé que el hecho de estar embarazada iba a traer tanta felicidad a nuestra familia.

-Shh mamá aun no quiero que sepa todo el vecindario.

Trate de calmar a mi madre pero eso era algo casi imposible.

-¿Te han dado muchos mareos? ¿Ya fuiste con un doctor? ¿Ya sabes como le pondrás? Dios, hija hoy iremos al centro comercial, tendremos que comprar todo para su llegada y ropa de embarazada para ti.-En serio, mi madre estaba muy emocionada.

-Mamá aun no es tiempo de comprar todo eso.

-Hija la pancita crece más pronto de lo que crees.

Quise convencer a mi mamá de que aun no era tiempo de comprar ropa de embarazada ni mucho menos de bebe, pero como lo dije antes; convencer a mi madre es casi imposible.
No me di cuenta cuando ya estábamos en el centro comercial; mi mamá estaba como loca buscando ropa, yo estaba observando toda la gente que pasaba cuando vi a alguien, una tipa con cabello negro y unos labios rojos no quitaba la mirada de encima de nosotras, intenté ignorarla pero su mirada me incomodaba cada vez mas.

-Mamá, es hora de irnos.-Dije tomando algunas bolsas de mandado y alguna ropa.

-Pero hija acabamos de llegar.

La chava se dirigió al baño, tenía que saber quien era así que deje las bolsas donde estaban y fui, mi madre se quedo desconcertada, no entendía nada de esto aunque ni yo tampoco.

Entre al baño y no había nadie, el silencio invadía el lugar no se escuchaba ni si quiera la respiración de alguien; voltee al espejo y atrás de mu había una persona, era una mujer; su cabello era muy negro al igual que sus ojos, sus labios eran un rojo fuerte, su piel era pálida casi del color de la nieve. Llevaba puesto un vestido rojo que hacía combinar con el color de labios, acompañada de unos tacones demasiado altos color negro.
Su mirada penetrante hacía que me incomodara pero estaba tratando de que ella no lo notara en absoluto.

-¿Quién eres?.-Dije viéndola a esos ojos negros.

-Eso no es lo que importa Elena, te dire mi nombre para no ser descortés; mi nombre es Sasha Coleman, no tienes que aprenderte mi nombre.-Su voz era demasiado chillante, como si adentro de ella trajera algo que le impidiera hablar bien.

-¿Cómo es que sabes mi nombre? ¿Quién eres? Es decir ¿Qué es lo que quieres?

Ella dio una sonrisa burlona mientras con sus largar uñas rojas hacia círculos con su cabello.

-Ya te dije que no importa quien soy, solo te dire algo, seremos tus peores pesadillas.

Fue lo único que dijo y se fue, no sabía que trataba de decir con eso.

-Hija estás aquí.-Dijo mi madre sacándome un susto.

Nos fuimos de el lugar y yo no dejaba de pensar en esa mujer, dijo "seremos" entonces ¿No solo es ella?

Llegue a mi departamento las luces estaban apagadas, al parecer Nicolas no había llegado aun. Estaba muy cansada, fue un día de visitar muchas tiendas de ropa para al final solo comprar un vestido y alguna ropa de bebe, como no sabíamos que sería compramos ropa color amarillo.

Me acaba de acostar cuando alguien toco la puerta, la estaban tocando tan fuerte como si algo demasiado grave hubiese pasado.

-Voy, no quieran tirar mi puerta.-Dije mientras me paraba de la cama.
Cuando abrí la puerta no había nadie, ni si quiera había rastros de que alguien había estado aquí. Acababa de cerrar la puerta cuando alguien la volvió a tocad.-Agg ¿Es una broma?.-La abrí pero esta vez si había alguien ahí.

-¿Tu otra vez?....-Fue lo único que pude decir cuando caí. Me había puesto algo en la Nariz que había hecho que me desmayara. Ya no sabía nada, no sabía que estaba pasando ni mucho menos porque estaba pasando. "Elena, Elena despierta" esas voces, escuchaba que alguien gritaba a lo lejos mi nombre pero no lograba distinguir quien era.

Estaba en un lugar oscuro, donde ni si quiera se podía ver un rayo de luz, también era demasiado frío y demasiado silencio. Camine y camine hasta que a lo lejos pude ver a alguien, era una mujer con un vestido azul, sus labios estaban demasiado rosas al igual que sus mejillas, sus dientes estaban muy bien alineados y eran completamente blancos, al principio no lograba reconocerla hasta que por fin supe quien era, era ella, la mujer que me había secuestrado antes, sin duda era ella, era Milka Janner.
Intente correr pero mis piernas no me respondían, ella cada vez estaba mas cerca de mi, tenía una sonrisa que hacía que me llenara de miedo y frustración, se acerco a mi oido y lo único que logre escuchar fue;

-Que comience el juego.

Todo iba desapareciendo y lo único que vi fue la luz de el hospital, ya se me había hecho costumbre despertar en hospitales.
Nicolas corrió a verme y me abrazo.

-Al fin despertaste.

-¡Era ella!

Dije gritando como loca, Nicolas se desconcertó y me volteo a ver a los ojos.

-¿Quién?

-Milka.

Fueron la únicas palabras que pude decir y me quede dormida otra vez.

Días Nublados Donde viven las historias. Descúbrelo ahora