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Cada vez que volteaba, Black Hat esperaba que el chico que dormía en su cama estuviera despierto.

Eran las cuatro de la mañana.

No había ningún ruido en aquella enorme mansión, nisiquiera se escuchaba la respiración de ninguno de los dos.

Calma. Silencio.

Espera...

Algo se movió en la cama con desesperación y respiración agitada para luego erguirse y establecer un sorpresivo contacto visual.

Los ojos los Black se llenaron de lágrimas. Pero no sabía de qué.

-¿Q-qué...? ¿Qué pa...? -el chico hablaba con voz rasposa.

Estaba confundido, muy confundido.

Divisó una figura delante de él; era alta e intimidante, delgada, que terminaba en un característico sombrero de copa, su postura era rígida con las manos fuertemente apretadas en un puño que derramaba sangre.

-Se... Se está lastimando sus-

No alcanzó a terminar de hablar, pues alguien le cortaba la respiración con un asfixiante abrazo.

Black Hat respetaba demasiado el espacio personal de los demás manteniendo una distancia prudente.

Pero eso se había ido al carajo cuando vio abiertos esos ojos tristes.

-No me importa. -habló en su oído acercándose aún más.

El chico tembló.

Sus brazos colgaban inertes a cada lado de su cuerpo mientras miraba un punto fijo en la pared ya que no sabía que pasaba.

Sintió algo húmedo en su hombro seguido de un lastimero sollozo.

-Es-estaba tan preocupado por ti.

Un carmesí se asomó en sus mejillas y lágrimas amenazaron con salir.

Nadie le había dicho algo tan lindo hace tanto tiempo.

Le quería responder al amable desconocido pero algo se atoró en su garganta.

Y vomitó.

Vomitó y vomitó.

El de sombrero se separó rápidamente por la sorpresa y con una mueca de asco por el olor que había en la habitación, agregando la humedad de su espalda.

-L-lo siento... Yo no...

-¡Mira lo que has echo, idiota! -gritó señalándolo.

El chico se cubrió el rostro con sus brazos y la bolsa se humedeció por debajo de sus ojos.

«Mierda...» se maldijo Black cubriéndose el rostro con vergüenza.

Se le acercó.

El se alejó.

Tomó una de sus manos y le besó suavemente el dorso vendado.

Flug tuvo un deja .

Lo ignoró.

-Lo siento tanto. Realmente soy un tonto por hablarle así. No soy muy bueno controlando mi ira. -habló con sinceridad tratando de calmarlo

El de la bolsa solo asintió y relajó sus músculos.

-Flug... -habló de repente -. Me llamo Flug. No se lo quise decir en la cafetería por... Por falta de confianza. Lo siento, señor Black Hat.

Algo se movió en el pecho de Black Hat con fuerza.

Él lo recordaba ¡lo recordaba!

-Flug -. Repitió.

Ese nombre fue una suave caricia en su paladar, unas mariposas en su barriga, un hermoso sueño echo realidad.

¿Realmente estaba pasando?

El chico de sus sueños hablaba con el y le había dicho su nombre.

Flug, Flug, Flug.

Quería tatuarse ese nombre por todo su cuerpo.

Bueno, tal vez exageraba.

Se contuvo de tenerlo entre sus brazos de nuevo -con un enorme esfuerzo.

-Gracias. -Black le sonrió con ternura y acarició el dorso de la mano, que aún sostenía, para luego dejarla sobre la cama. -Bueno, parece que mi cama está echa un desastre.

El otro desvió la mirada avergonzado.

-¡Oh! No, no te preocupes. Aunque ahora hay que limpiarte.

❌I Hate Sandwiches❌Re Pausada :/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora