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El día siguiente fue mucho mejor que esos dos meses de descuido personal, aunque el chico no apareció, Demencia lo distraía con cada estupidez.

Black agradecía en el fondo y maldecía por el exterior las niñerías de su, como el llamaba, "conocida".

La mañana pasó tranquila, ya que era por las tardes en las que comenzaba el dolor de cabeza, las sonrisas forzadas y la impaciente espera del cliente, ahora, no tan habitual.

No perdía la esperanza, pero si la paciencia y el sabía muy bien que no te puede faltar ninguna de las dos cuando estás enamorado.

"Enamorado" esa palabra le sonaba tan dulce y cálida, una caricia delicada y placentera en su paladar, que bailaba al salir de su boca en forma de espiral hacia arriba perdiéndose en un cielo lleno de eternos arreboles. Al momento de descubrirla nunca ninguna palabra había tenido tanto significado para el —omitiendo estúpido, idiota e inútiles claro —.

Era inexplicable y a la vez podría describirla con sensaciones, sentimientos, aromas, pensamientos, colores, formas, sueños.

Podría decirse que Black Hat era un mar de emociones y colores, pero sólo por dentro.

En el exterior, el permanente ceño fruncido no desaparecía de su rostro acompañado por supuesto, de una sonrisa que calaba hasta los huesos agregando un humor de perros.

Era el platillo más perfectamente imperfecto.

La noche pasó rápido debido a que había estado ocupado más que otros días y el horario de cierre se había pasado una hora ya que se quedó limpiando el local.

Cuando terminó, guardó los implementos de limpieza en la improvisada caja, que el mismo organizó, guardó sus cosas y cerró la puerta con llave asegurándose de que la alarma estuviera activada.

Observó a ambos lados de la calle.
Esta, era larga y ancha, pavimentada sin ninguna irregularidad por donde se viera. Era una calle muy transitada de día gracias a que estaba repleta de tiendas, aunque pequeñas pero muy populares como la zapatería, la heladería y una floristería.

La cosa es que era muy peligrosa por las noches, a algunas tiendas las separaban unos callejones algo estrechos y oscuros. Afortunadamente, Black no tenia que atravesar por esas partes.

Comenzó su caminata solitaria sólo acompañado del olor a lluvia y un frío fatal.

Algo sonó a su lado cuando pasaba por uno de los callejones. Unos contenedores eran golpeados con insistencia.

N-ngh... De- deten- ¡Ah!

—¿Qué? ¿Qué has dicho? —habló alguien de forma amenazante y agitada.

El golpeteo seguía.

—Por favor... ¡Ah! Mmm... —definitivamente eran gemidos, pero Black no distinguía si de placer o dolor.

¡Pero que rayos le importaba!

Guiándose por los sonidos llegó hasta un contenedor al final del callejón.

No le gustó lo que vio.

❌I Hate Sandwiches❌Re Pausada :/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora