SOLO ELLA.

22 | Kendall

VEINTIDÓS.

Madyson Grey

—Sí —contesté intentando contener mi sonrisa— Charlie es super simpático, super guapo, super... ¡No, Colton! —chillé riendo mientras él me cogía del rostro y dejaba un montón de besos por todo mi rostro— ¡Colton! —me levanté un poco y me volví a colocar aprovechando que ya se había quedado quieto. Lo miré y ví que tenía la mandíbula apretada mientras miraba hacia otro lado— ¿Qué pasa?

—¿Te importaría no moverte tanto? —preguntó algo incómodo y entonces sentí un bulto en mis piernas— Es que tengo un problema en la espalda y...

—Ya, la espalda —reí sin poder evitarlo y me bajé de encima suyo para ir hacia su biblioteca— ¿Todos estos libros son de administración y todo eso?

—Los de la primera y la tercera fila sí, los otros son de otras cosas —contestó y supe que agradecía que le daba la espalda— Herbología, conjuros, cultura, ...

—¿Conjuros? ¿Para que lees conjuros? —pregunté confusa.

—Son interesantes —respondió sin más— Además, algunos tienen anotaciones que... —se quedó callado y me giré a verle— Olvídalo, son tonterías.

—No son tonterías si hablas así de eso —comenté— ¿Lo has leído todos?

—Sí, si quieres puedes tomar el que quieras pero te advierto que algunos están en latín y que son más antiguos que los de la biblioteca —advirtió.

—Mhm —tomé uno de tapa negra y lo abrí encontrándome con la tinta sobre las páginas marrones y gruesas. No entendía nada, eran garabatos. Lo volví a cerrar— Creo que será mejor que siga con los libros de la biblioteca.

Escuché su risa.

—Te lo dije —me recordó— ¿No estás cansada de los libros? —me giré a verle— Digo, creciste encerrada, estudiando todo el rato, viviendo entre libros.

—Colton —me acerqué a él— Te recuerdo que eres el menos indicado, tienes muchísimos años.

—Bueno, eso es verdad pero no sé. Yo podía salir y todo esto mientras que tú... veías a los mismos todos los días durante 20 años —ladeó la cabeza.

—Sí pero nunca necesité a más. Tuve a Alec, Hallie, Evan, mi hermana, Clayton y también a Will a veces —expliqué— Ellos fueron los tornillos para no volverme loca.

—Aunque no me guste —se refería a Clayton y a Evan— Me alegro de que hayan estado contigo —se levantó y cogió mis manos entre las suyas— Por cierto, pronto cumplirás 21 años.

—Ah, sí —apreté los labios.

—El 1 de febrero —habló seguro— Dentro de cuatro días.

—Sí —me limité a decir.

—Es la fecha que tanto querías para poder hablar con la Corte ¿no? —asentí— ¿Era para independizarte? —volví a asentir— Tu loba surgirá.

—De hecho, estos últimos días he notado algo —comenté separandome— Pero... —me encogí de hombros— He leído muchas cosas sobre la transformación , ¿Es tan malo como parece?

—Bueno... —ladeó la cabeza— es bastante doloroso, no te voy a mentir.

—¿Y tan sangrientos como en los cuadros? —pregunté insistente.

—¿Te gusta la pintura macabra? —cuestionó sorprendido.

—No lo critico, cada pintor tiene sus preferencias y cada cuadro tiene su historia —respondí.

—No es tan sangriento como los cuadros —contestó y fruncí el ceño— Estaré ahí para ti.

—Gracias —le sonreí y lo abracé— No quiero quedarme sola en ese momento.

—¡Colton! —alguien gritó y la puerta fue abierta.

Me giré y me encontré con unos preciosos ojos aguamarina que nunca había visto y que nos miraban sorprendidos.

—¿Kendall?

Me giré a ver a Colton confundida ¿Quién era es chica?

—¡Ay, Colton! —la chica corrió y me apartó de Colton como si yo no fuera nada y lo abrazó mientras Colton se mantenía sorprendido— Te he extrañado.

Entrecerré los ojos y retrocedí un paso, llamando la atención de Colton que enseguida separó a la tal Kendall.